Historias de territorialidades en Colombia

Juan Pablo Ruiz Soto
25 de enero de 2017 - 03:03 a. m.

Ahora que avanzamos en la construcción de la paz y de manera repetida se habla de la Paz Territorial, el libro de Patricia Vargas Historias de Territorialidades en Colombia —que acaba de ser publicado— resulta de gran utilidad.

La propuesta de manejo comunitario del paisaje, que burocráticamente se denomina Ordenamiento Territorial, debe partir de la diversidad territorial. Esta se expresa en regiones culturales diversas, cuya permanencia depende del diálogo de saberes y del reconocimiento de la existencia de distintas percepciones del mundo y diferentes formas de relación entre naturaleza y ser humano.

Cada cultura tiene derecho a su propia expresión, independiente de la intervención y pretensión de dominio cultural o económico de grupos externos —sean armados o no— que hayan intervenido su territorio.

La autora nos invita a reconocer la existencia de mundos diversos, asociados al pensamiento de los distintos pueblos. Lo que da origen a formas diversas de resistencia vinculada a organizaciones que luchan por defender sus intereses. La confrontación y tales formas de resistencia se han traducido en nuevos conocimientos y formas de interactuar con el mundo externo que les rodea. Conocimiento que debe ser incorporado como elemento determinante en la construcción de paz y el manejo del paisaje.

La construcción de la paz territorial significa diferencias, no solo debidas a la ubicación y diferenciación geográfica de los actores involucrados en la guerra, sino también y primordialmente en razón a esos mundos diferentes y a las aspiraciones y sueños de quienes habitan los territorios y aspiran legítimamente a retomar el manejo de los mismos.

Como señala el profesor Arturo Escobar, la autora articula de manera magistral la relación entre territorio, paisaje, cultura y pensamiento, y su expresión en la construcción territorial. Esto sucede, no solo en el ámbito de las relaciones internas, sino también en la manera como cada pueblo se relaciona con actores externos. Tener presentes estas relaciones es muy importante para entender la dinámica de la guerra en los diferentes territorios y las alternativas de construcción de paz. Por ello, es de suma importancia identificar las relaciones que cada pueblo establece entre naturaleza y ser humano.

Las historias y reflexiones sobre la territorialidad son de gran actualidad y relevancia en estos momentos de la historia de Colombia donde la construcción de la paz definirá el futuro de grandes extensiones del territorio. La manera como entendamos, vivamos e interactuemos con el medio natural será determinante y en algunos casos irreversible.

Los territorios de construcción de paz, como parte de nuestra querida, diversa y compleja Colombia, son territorios que presentan resistencia frente a la transformación homogénea que se pretende impulsar desde el modelo único de intervención propuesto por el gobierno. Modelo que olvida la condición cultural del territorio.

La autora señala la urgencia de lograr mayor equilibrio entre el biocentrismo y el antropocentrismo. El primero antepone la vida natural; el segundo, los desarrollos de los humanos y sus intervenciones. En medio de la hostilidad y confrontación entre grupos sociales, el libro de Patricia Vargas nos ayuda a entender y reconocer mejor nuestra sociedad y construir de manera colectiva un mejor país, basados en la diversidad y la complejidad.

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