Perdió Vargas, ganó Petro

Hernando Gómez Buendía
18 de marzo de 2018 - 02:00 a. m.

Hace un par de semanas escribí que estábamos pasando de la polarización alrededor de la paz a la polarización entre dos populismos: el de la izquierda y el de la derecha.

Por eso titulé mi columna “De Uribe contra Santos a Petro contra Vargas”. Pero el domingo pasado la derecha cambió de candidato y hoy tengo que cambiar un “Vargas” por un “Duque”.

En efecto: el interés inusitado que despertó la “Gran Consulta por Colombia” la convirtió en una preelección presidencial, con la más alta votación de la historia. Y el ganador de esta consulta le quitó la camiseta al que venía punteando, pero no figuró en el tarjetón.

Vargas se perfilaba como el ganador por ser el candidato del establecimiento, el de las maquinarias y el que más duramente atacó al castrochavismo. Pero la gente lo sigue detestando, él se perdió el pantallazo del domingo y el Centro Democrático mostró tener más votos que Cambio Radical.

Por supuesto que Duque es más simpático que Vargas, pero los dos promueven el mismo populismo de derecha, cuyas banderas son el miedo a que nos pase lo de Venezuela y la rebaja de impuestos para impulsar el crecimiento y el empleo. Dos ideas simplonas y engañosas que, sin embargo, atraen votos de los pobres y que en efecto les sirven a los ricos.

La diferencia entre los dos candidatos se reduce en realidad a que Vargas tiene el apoyo soterrado de Santos, y Duque es el nuevo pupilo de Uribe. Después de su insensato plebiscito por la paz y el no despegue de su vocero en La Habana, Santos acaba de perder un nuevo round en su vieja —y hoy ya surrealista— pelea con Uribe.

Los seis millones de votos en la “Gran Consulta” casi que alcanzarían para elegir a Duque en la primera vuelta de las presidenciales. Pero Duque tendrá que cargar con el antiuribismo y en todo caso con el peso de Vargas, que sigue siendo fuerte y que va a dividir a la derecha el 27 de mayo.

Así que aunque sacó 1’188.770 votos menos que Duque, el ganador del domingo fue Gustavo Petro:

—Primero, porque en la consulta de izquierda no había competencia, es decir, la “carrera de caballos”, que es el gran incentivo para votar en este tipo de elecciones.

—Segundo, porque al contrario de Duque, Petro no tiene padrino ni partido; Duque añadió 1,5 millones de votos al Centro Democrático, pero Petro sacó 2,8 millones por sí solo.

—Tercero, porque sin tener competencia ni partido, Petro tuvo más votos que Duque en Bogotá, la costa y el suroccidente, que es donde tiende a concentrarse la pobreza —donde la “bomba social” sería más explosiva—.

El potencial de la derecha no está muy lejos de lo que vimos el domingo. En cambio el potencial del descontento es gigantesco, y esto me obliga a cambiar el titular de la columna “Petro, presidente… en 2022” por “Petro, ¿presidente en 2018?”.

Si el amable lector que sigue mis columnas se desconcierta porque cambio de opinión, le diré simplemente que mi oficio es tratar de entender la realidad.

* Director de la revista digital “Razón Pública”.

 

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