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Uno de los torneos más esperados en el golf mundial se llevó a cabo la semana pasada en el TPC Sawgrass de Ponte Vedra, Florida, donde además está la sede principal del PGA Tour.
Se trata del Players Championship, el llamado quinto ‘major’ del golf, que gracias a la importancia que tiene para los jugadores mismos, hoy en día logra paralizar al mundo golfístico para ver a los mejores como lo hacen el Masters, el US Open, el British Open y el PGA Championship. Es, además, el torneo con mayor bolsa de premios, repartiendo US$9,5 millones, US$1,7 de los cuales le corresponden al campeón, el sudafricano Tim Clark.
Pocos pueden asegurar luego del sorprendente final del domingo que tenían a Clark entre los posibles ganadores. El jugador, de 34 años, siempre ha demostrado actuaciones importantes y sumó un segundo puesto en el Masters de 2006, detrás de Phil Mickelson, pero nunca antes había obtenido una victoria. Diez años y 205 torneos tuvieron que pasar para que este jugador de pegada corta —su promedio con el drive es de 267,5 yardas en comparación con las 282 que promedian el resto de sus competidores— consiguiera su primer triunfo PGA, demostrando que no hay rival pequeño, pese a los avances en tema de instrucción y tecnología, la distancia no lo es todo.
El buen juego corto y su rendimiento casi sin errores sobre el green le permitieron a Clark hacer rondas de 66 y 67 golpes y llegar desde atrás para quedarse con el título que parecía en manos del inglés Lee Westwood. Sin embargo, el triunfo de Clark no fue la única sorpresa que dejó el Players. La primera fue el putt de 4 metros para birdie que embocó John Merrick en su último hoyo en el segundo día, llegando a -2 y sacando del torneo a jugadores como Camilo Villegas, al dos veces campeón ‘major’ Ángel Cabrera, al ganador del British Open Stewart Cink, al inglés Ian Poulter e incluso al campeón defensor Henrik Stenson.
Quien no se quedó por fuera del corte fue el número uno, Tiger Woods, aunque en la ronda final se vio obligado a retirarse revelando una molestia en su cuello que le aqueja desde su regreso al golf competitivo. Lastimosamente el estadounidense todavía no regresa a su mejor juego enviando la bola a 40 yardas de la derecha del fairway con el tiro de salida y exhibiendo un juego corto inconsistente. Esto y su nueva lesión, que lo volverá a alejar de los campos, hacen que el mundo del golf continúe extrañando al mejor jugador del planeta y a su máximo referente de los últimos años.
