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Por ahí no es la cosa

Clara López Obregón
10 de mayo de 2021 - 03:00 a. m.

El detonante ha sido la reforma tributaria, pero la causa más profunda de las movilizaciones de estos tiempos es la desigualdad. Esa condición se manifiesta en la imposibilidad de ascender en la escala social sin importar cuánto se trabaje o cuánto se estudie. Según Latinobarómetro, en Colombia solamente el 12 % de las personas consideran que la distribución de la riqueza es justa o muy justa, lo que deja al 88 % restante con sentimientos de frustración e injusticia.

Las manifestaciones externas de la desigualdad son una condena para los jóvenes que la policía perfila y discrimina en el diario vivir. Cuando protestan, sale a castigarlos por osar desafiar a los que mandan. Hay que recordarles que el taponamiento de una vía no es violencia, así se le considere ilegal, ni significa terrorismo como lo pretende la narrativa de la derecha.

En las protestas, la autoridad debe entrar a mediar y buscar acuerdos para alternar el bloqueo con el paso de los vehículos. Así actuamos desde el gobierno de Bogotá, sin que se presentara violencia entre manifestantes, estudiantes y la policía. Durante las grandes movilizaciones de la minga en 2008 y la MANE en 2011, nos resistimos a las presiones soberbias del Gobierno nacional. En su lugar, el acompañamiento democrático aseguró que las protestas fueran respetadas y protegidas como corresponde. La policía debe cumplir el mandato constitucional de mantener las condiciones para el disfrute de los derechos y no contribuir a convertir las protestas en batallas campales.

La policía sabe apartar a los violentos de los manifestantes pacíficos, sin disolver sus marchas. ¿Por qué no usa esos conocimientos para proteger de infiltrados y tropeleros el derecho a la protesta? ¿Quién incita u ordena a la Fuerza Pública a violentar a los jóvenes manifestantes?

De otra parte, es falsa la premisa de que un saqueador no merece el respeto de sus derechos humanos. La policía debe intervenir para resguardar la propiedad, pero está obligada a hacer un uso medido de la fuerza.

El expresidente Uribe y el vicerrector de la Universidad Militar están promoviendo una nueva versión del “enemigo interno” enmarcada en la desgastada matriz anticomunista que culpa a la izquierda del descontento social. Califican las marchas, incluso las pacíficas, de amenaza terrorista contra la seguridad del Estado. Con ello justifican el perfilamiento de ese enemigo interno. Cualquier joven cae en la descripción y se convierte en blanco de la represión policial, haya o no cometido una infracción.

Según el expresidente Uribe, basta limpiar al país de “comunistas” y todo estará bien. Grave error. La negación uribista y de gran parte del establecimiento de responsabilidad por la desigualdad creciente es doblemente peligrosa. De una parte, justifica la salvaje represión policial y, de otra, abona el inmovilismo frente a las demandas sociales. Es lamentable la imagen del expresidente César Gaviria, sentado con el nuevo ministro de Hacienda y con Bruce MacMaster, el representante del alto empresariado, negociando resucitar la reforma tributaria. No han entendido nada, ni siquiera escuchar. Por ahí no es la cosa.

Clara López Obregón

Por Clara López Obregón

Excandidata a la Presidencia de la República, exalcaldesa (e) de Bogotá

 

Ricardo(35219)10 de mayo de 2021 - 02:01 p. m.
Derecho a la protesta claro. Pero todos los ciudadanos tenemos derechos que deben respetar los que protestan. Los bloqueos se deben de levantar sin que dependa de los manifestantes, como esperan que los respeten a ellos, ellos deben de respetar. Los saqueadores resultan tener más derechos que a los que saquean, Sra. Lopez... razone.
  • Jesus(25812)10 de mayo de 2021 - 05:12 p. m.
    Se nota que solo leyó el titular
Marco(h72w4)10 de mayo de 2021 - 01:30 p. m.
Excelente artículo, puntual y claro.
Carlos(23773)10 de mayo de 2021 - 01:02 p. m.
Y por donde Rea la cosa, que hizo usted para la igualdad en la alcaldía, lo único que hizo fue poner a los policías en bandeja para que fueran atacados, escupidos, pintados, ultrajados y tenían que estar cruzados de brazos, permitiendo que sus manifestantes hicieran lo que les dio la gana
  • Gustavo(54504)10 de mayo de 2021 - 10:38 p. m.
    Todos son amnésicos cuando les conviene , igual que el patrón : jamás ha dicho una mentira en sus 68 años.
  • usucapion1000(15667)10 de mayo de 2021 - 06:45 p. m.
    Dónde te tenían encanado o te estabas escondiendo que revives como una pesadilla, la mesurada y certera administración de Clara López?. Aterriza Carlos, la Bogotá que has pintado solo está en tu sucia mente.
Atenas(06773)10 de mayo de 2021 - 01:01 p. m.
Esta lamentable y desvergonzada como ignara señora habla d sus gestas en la alcaldía q' terminó desfalcada sin q' ella dijera nada. Mas, en su conchudez d nuevo invoca un discurso seudorevolucionario con el cual supo vender su cuento q' más d un necio rápido se lo comió. Y experta como es en sus sandeces, el Sr. J. Mora le dio gallina cuando hizo de microbióloga hace 15 días y se hace la loca.
  • Gustavo(54504)10 de mayo de 2021 - 10:41 p. m.
    Este comentario del baboso apenas digno de su pútrida boca. Desvergonzado ud que no respeta a una dama sólo porque no tiene la mente retorcida suya ni le come cuento al Matarife y sus secuaces.
  • Antonio(sa3gs)10 de mayo de 2021 - 02:47 p. m.
    Robot
usucapion1000(15667)10 de mayo de 2021 - 06:48 p. m.
MUY BIEN EXPRESADO, CLARA LÓPEZ, APUNTASTE BIEN Y DISTE EN EL BLANCO.
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