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“¿Por qué no ensayar la paz?”

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11 de noviembre de 2009 - 02:08 a. m.
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Mi primer recuerdo en este mundo es un bombardeo que mis padres disimularon diciéndome que estaban clavando caramelos en las paredes. Yo no había cumplido cuatro años.

En mi memoria también han quedado grabadas las enseñanzas de mis mayores, liberales y republicanos, en cuanto a que nada justifica una guerra, entre otros argumentos y tal vez el más valioso, el de que la mayor víctima, si no la única, es el pueblo inocente.

Desde hace varias semanas siento una gran preocupación y la necesidad de hacerles una petición. Ustedes tienen un gran poder y pueden lograr lo que para un ciudadano del común como yo sería imposible. Ustedes pueden hacer que los pueblos de Colombia, Ecuador y Venezuela unánimemente se manifiesten en contra de cualquier acto bélico que nos separe. Ustedes pueden conseguir que todos juntos nos neguemos a participar en una guerra.

Los pueblos hermanos que siempre hemos tenido relaciones de afecto, históricas, culturales y comerciales digamos “NO” a cualquier acto bélico que nuestros gobernantes, directa o indirectamente, pretendan llevar a cabo.

Estoy segura de que los ciudadanos de estas naciones nos uniremos con entusiasmo y energía para pedir cordura, negándonos a empuñar las armas que sólo significan muerte.

Guillermo Cano, en un momento difícil para Colombia, escribió: “¿Por qué no ensayar la paz”. Unámonos para lograrla.

 Ana María Busquets de Cano. Bogotá.

En su propia cancha

Con la exitosa presentación de Rafael Pardo en el consejo comunitario presidencial, celebrado en Villa Garzón (Putumayo), han quedado claramente evidenciadas no sólo las fortalezas propias del candidato frente al debate (y sus merecidos réditos electorales, como es de suponer), sino, lo que es aún más relevante, las vulnerabilidades de lo que se creía hasta entonces como el cuartel inexpugnable usado por el uribismo para apalancar su populista y demagógica política social al menudeo: el consejo comunitario. Prueba de ello, fue el hecho incuestionable de que los asistentes putumayenses se decidieran sin tapujos por respaldar a Pardo, en cinco oportunidades y con sonoros aplausos, por cuenta de sus serias denuncias en contra de una vergonzosa y pervertida política agraria.

 Ramón Francisco García S. Ocaña.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.

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