Presagios de una crisis económica mundial

Gonzalo Hernández
20 de agosto de 2019 - 05:00 a. m.

A pesar de ser poco atractiva, la respuesta más seria a la pregunta de si estamos cerca o lejos de una nueva recesión a escala global es ¡ni idea! Eso, sin embargo, parece importarles poco a los que están pronosticando una crisis económica mundial.

Seguro no quieren dejar pasar la oportunidad de poder afirmar: ¡se los dije!, ¡lo predije! Y saben que, si sus augurios no ocurren, podrán decir que fueron sus predicciones las que permitieron una reacción efectiva de la política económica en contra de la descolgada, o comentarán, tal vez, que la pifia fue resultado de un cambio de tendencia de la economía mundial que nadie habría logrado imaginar en el momento en que hicieron sus presagios. ¿Cuándo se equivoca acaso el brujo?

En este punto cae bien la respuesta reciente del exministro Juan Carlos Echeverry ante la pregunta de un periodista sobre la tasa de cambio en Colombia: “Hay dos tipos de tontos: los que intentan pronosticar el dólar y los que les creen”.

Sorprende, eso sí, que el exministro caiga en su propia encrucijada y se atreva a decir, en la misma entrevista, que él calcula que hay un 30% de riesgo de una crisis económica mundial. ¿De dónde habrá sacado el numerito?

Este asunto de adivinar cambios profundos en la economía expansiones explosivas o recesiones agudas no es muy diferente al oficio de la charlatanería. La complejidad de la economía, con sus numerosos actores y relaciones, no queda resuelta con presagios.

Claro que estamos atentos a la desaceleración de China y Alemania y a la todavía sólida situación económica de los Estados Unidos, respaldada por un consumo fuerte.

Claro que la guerra comercial entre Estados Unidos y China y el brexit han intensificado la incertidumbre sobre las posibilidades que tiene el sector empresarial para generar ganancias en los mercados globales. Y como las inversiones dependen de las utilidades futuras esperadas, algunas empresas postergarán sus expansiones. Pero estamos atentos también a una posible disminución de la intensidad de la guerra comercial, ahora que los guerreros han confirmado que ambos pierden con el conflicto.

Y está claro también que, en caso de una desaceleración generalizada en varios países desarrollados y China, el margen para una reacción efectiva de la política económica es mucho menor que hace 10 años. Sería más difícil activar estímulos monetarios con tasas de interés de intervención que se encuentran en niveles relativamente más bajos. Y sabemos que una política fiscal expansiva coordinada a nivel mundial siempre es difícil de alcanzar.

¿Alguien espera en serio poder sintetizar todos estos asuntos complejos con un numerito o con un augurio sobre cuándo ocurrirá la siguiente crisis económica mundial?

Coletilla. Los economistas viven constantemente la tragedia de ser emboscados por familiares y amigos para que presagien el crecimiento de la economía, el desempleo o la tasa de cambio. Evadir la pregunta es imperdonable, y se convierte en prueba inmediata para los familiares de que la profesión es inútil. Por eso lo más probable es que algunos digan cualquier número en acto de legítima defensa y supervivencia: ¡3.550 pesos, tío! No lo saben, pero si ceden a la presión del público sediento de conocer el futuro sin reservas inician su experiencia como analistas amateur y adoptan la rigurosidad de quien lee el futuro en las cenizas dejadas por un cigarrillo.

* Ph.D. en Economía, University of Massachusetts-Amherst. Profesor asociado de Economía y director de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co/blogs/gonzalohernandez/).

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar