Presidente de la Asociación de Educadores de Cundinamarca, denunciado por acosador

Ella es periodista de la Asociación de Educadores de Cundinamarca-ADEC, el sindicato del magisterio más grande del departamento y filial de FECODE, el más grande del país. Y esta es su historia.

Yahara, la denunciante.Archivo Particular

La comparto porque como feministas debemos hacer todo lo posible para que los casos de violencia machista salgan a la luz pública. Justo por eso escribo, para ayudar a que estos casos tengan seguimiento social y las mujeres no estemos solas en nuestra lucha por una vida libre de violencias, mientras se define a nivel jurídico.

Cuenta que la Junta Directiva de cada uno de estos sindicatos se renueva cada cuatro años por voto interno del gremio magisterial y que en octubre del año pasado fue la última votación y 11 directivos nuevos fueron nombrados y cuatro repitieron dirección para un total de 15 directivos de ADEC.

Desde que el nuevo presidente, Nilson Almanza Montero, asumió el cargo, la empezó a acosar sexualmente con actos grotescos evidentemente morbosos, con palabras y propuestas abusivas. Su contrato se vencía en el mes de febrero pasado, un contrato por prestación de servicios que ya se había renovado antes por tiempo de un año en tres oportunidades, y esta vez, en enero, al seguirse negando contundentemente a las pretensiones del presidente electo, este le dijo que tenían que ver entonces la renovación del contrato cómo iba a ser.

Esa situación, en sus palabras, fue la punta del iceberg, razón por la cual decidió denunciarla ante la Junta directiva de ADEC como primera instancia. Al no recibir respuesta de apoyo por la mayoría de los directivos, nuevos en el cargo y que manejan intereses políticos y económicos, realizó la denuncia en Fiscalía general en Paloquemao.

Sacó pantallazos de las conversaciones en WhatsApp, tiene algunas grabaciones de conversaciones con su ex jefe inmediato cuando reconoce que fue testigo del comportamiento inadecuado del señor presidente hacia ella y grabaciones con el presidente de ADEC directamente. Además de una grabación en la que la señora fiscal de ADEC y el presidente acosador tratan de persuadirla para que no presente la denuncia, diciendo que el señor sólo estaba galanteando y que ella es una mujer bonita, que eso no tiene nada de malo. En esa grabación el señor reconoce los hechos, afirmando que para él eso no es acoso. 

Este material probatorio, que yo conozco, ella no lo expone en medios porque es material crucial para su denuncia penal.

Pregunto: ¿Hasta cuándo tenemos que soportar este tipo de afirmaciones? ¿Es muy dificultoso entender que si una persona se niega más de una vez al “galanteo” efectivamente es acoso insistir?

El hombre en este tiempo, al menos en Colombia, no importa la edad que tenga, debe tener ya claro esto.

Ya muchísimo se ha trabajado a nivel internacional para dejar claro este punto ante todas las sociedades. Si a un hombre se le dice en varias ocasiones que no (con dos veces debería bastar. Algunas activistas consideran que, con una sola vez; yo doy cabida al error humano y a la confusión y por eso hablo de dos veces, máximo tres).

Ya no es válido decir: “para mí eso de estar detrás suyo todo el tiempo, aunque me diga que no, no es acoso”. No en este tiempo, con toda la información pertinente que hay en diferentes medios de difusión.

Nadie puede tener dudas sobre qué es acoso y qué no es acoso.

Yahara afirma que aún de la Fiscalía no la han llamado. El tema de acoso siempre es un tema demorado.  Esperamos que el señor Almanza no esté usando su poder para mover influencias para obstruir el proceso.

Yahara me comentó que el señor Almanza instó a la mayoría de directivos para que no se le renovara el contrato y la minoría --que son los directivos que repitieron cargo y la conocen por llevar casi cuatro años trabajando para ellos-- pidió que se prorrogara por tres meses al menos, mientras la Fiscalía se pronunciaba. Y que, desde antes de firmar el contrato por tres meses, le habían estado demorando los pagos aduciendo a varios argumentos que antes jamás se tenían en cuenta. Que han estado presionando hasta con la relación con sus compañeras de trabajo, que ya ni la saludan porque les han advertido que estén lejos de ella. Le he dicho que esto desgraciadamente es más común de lo que parece. Que es la historia de cientos de mujeres en Colombia.

“No encuentro más salida sino la de medios de comunicación y colectivos de mujeres, para dar a conocer mi caso para que tal vez la ley vuelva su mirada y podamos hacer justicia. Hoy me han negado la renovación del contrato, bajo el argumento de no tener obligación de hacerlo; sin embargo, es evidente el castigo hacia mí por no complacer los deseos del señor presidente de esta organización", comenta con voz entrecortada Yahara. Y cierra con estas palabras:  “Con humildad pido me ayuden a levantar".

Actualmente está separándose del padre de su hija, quien la culpa de todo lo sucedido por ir al trabajo con ropa “provocativa”.

Este es el infierno de las mujeres

Hacer visible esto es aportar simbólicamente para llegar a la meta de que todas las mujeres podamos vivir al fin putamente libres.

Tenemos que seguir unidas apoyando todas las denuncias posibles.  Esto es un modo de salvar las vidas de las mujeres.

* Ideóloga, Feminismo Artesanal