¿Qué le estará pasando a María Isabel?

Patricia Lara Salive
22 de noviembre de 2019 - 08:00 a. m.

¿Qué le estará pasando a María Isabel?, es lo que muchos nos preguntamos cuando leímos su sorprendente columna del domingo, en la que planteó que llegó “la hora de que el gobierno de Duque cometa un acto de audacia y anuncie su intención de iniciar una mesa preliminar exploratoria con la guerrilla del Eln”.

Y María Isabel, que ha sido tan crítica del expresidente Juan Manual Santos y de su proceso de paz, y tan defensora del presidente Duque, agregó que Santos “tuvo la inmensa habilidad de gobernar con un libreto” del cual carece Duque. Por eso le sugirió que, como se está clamando que se abra a otras fuerzas políticas, convoque “los fervores más opuestos a él y a lo que representa”, y se lance “a invitar al Eln a que se siente a explorar una manera de entenderse con este Gobierno”.

Como cosa rara, esta vez estoy de acuerdo con esa columnista a quien aprecio, pero con quien casi siempre estoy en desacuerdo. ¡Eso es lo que justamente tiene que hacer Duque! Y eso es lo que con insistencia la bancada de la paz, mayoritaria en el Congreso, le plantea desde hace tiempos: que haga un gran pacto político para impulsar la implementación completa del Acuerdo de Paz con las Farc y que reanude el diálogo con el Eln.

Pero lo más interesante de la columna de María Isabel es que dice que Estados Unidos vería con buenos ojos la reapertura de los diálogos con el Eln y que el embajador Philip Goldberg, en una entrevista que le hizo, soltó esta perla: “Tenemos simpatía política con la idea de que haya líderes del Eln que estén presentes en La Habana”.

¿Eso qué significa? ¿Acaso lo que ocurre es que, al insistir en que Cuba como país garante del proceso con el Eln incumpla los protocolos y extradite a los negociadores de esa guerrilla, el presidente Duque y su antiguo canciller han seguido los lineamientos no del Departamento de Estado, sino del amigo de Duque, el senador Marco Rubio, quien quiere tumbar a toda costa al gobierno cubano y seguramente se pondría feliz de que la isla volviera a ingresar a la lista de países que apoyan el terrorismo? ¿Eso era lo que había detrás de esa terquedad del excanciller que ni escuchaba a los países europeos ni a los juristas expertos que le insistían en que estaba equivocado? ¿Eso es lo que se ha estado jugando? Si así fuera, no solo sería vergonzoso sino muy desleal con Cuba, un país que se ha empeñado en ayudar a que Colombia consiga la paz.

En todo caso, la afirmación del embajador, unida a otra que indica que para EE. UU., como para todos los conocedores del tema, tienen validez los protocolos (“entendemos la razón de que Colombia pida una acción cubana. Pero (…) hay razones legales que se involucran también en el asunto”), debe ser tenida muy en cuenta por la nueva canciller, Claudia Blum, una mujer capaz y con experiencia en asuntos multilaterales como embajadora que fue ante la ONU, quien no puede seguir equivocándose en el manejo de la política exterior como se equivocó su antecesor en el trato que le dio al tema de Cuba y al de Venezuela, donde casi sería factible que Trump acabará negociando con Maduro, como lo hizo con Corea, y Colombia se quedará viendo un chispero.

¡Así que ojo, presidente Duque, y ojo, canciller: bien vale la pena que, en este caso, escuchen lo que se está preguntando María Isabel!

Nota. Ojalá el paro de ayer se haya convertido en una masiva y pacífica presencia que haga reflexionar al presidente sobre la urgencia de que convoque a las otras fuerzas políticas y cambie de rumbo.

www.patricialarasalive.com, @patricialarasa

 

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