¿Quién extorsiona a quién?

Cristo García Tapia
23 de agosto de 2018 - 08:40 a. m.

Jaime Amín, alto consejero presidencial para la Política, congresista que fue, lanza el anatema regenerador de la nueva y muy particular oposición debutante, el Gobierno, en tono imperativo y lenguaje de juzgado penal, a los que hasta ayer fueron sus colegas, aliados y convidados en las lides congresales.

Y, como dicen coloquialmente en las tierras caribeñas de Amín, si habla de la fiesta es porque se la parrandió, bailo, bebió y comió, y a gusto, solo que en esta ocasión en la cual el funge de prefecto de disciplina, la banda que toca y apenas abre el baile, es la misma con la que él tocó, bailó y comió, en la guapachosa fiesta de los últimos cuatro años que estuvo por las enramadas festivas del Capitolio Nacional y aledaños, razón de peso que puede interferir, y ojalá no, con las miras de su jefe, el presidente Duque, de “cambiar las costumbres políticas”, un retruécano  para que nada cambie.

Pero tranquilos, honorables senadores, que todo va a cambiar para que todo siga igual.

Y a fe que sí, ya cambió el presidente, ya son otros los ministros, más jóvenes y millenialls; ya las carteras, ministeriales claro, las llevan más mujeres, aunque siguen siendo de poco tamaño y calidad, las carteras que lucen, pero algo tiene que denotar cambio; el contralor general no fue el que dijo Uribe, sino el que dijeron Pastrana, Vargas, Gaviria, y votaron los de Uribe.

Y lo más audaz y novedoso de cuanto cambia para que todo siga igual: la oposición ponzoñosa a Santos del uribismo hoy en el poder, ya no es a Santos, es a Duque Presidente, a sus ministros, y viene de su misma camada.

Cerrera, a la vez que domeñada con el toque exultante de la mermelada, más agradable al gusto de la muy particular oposición de la que ahora Duque y sus ministros son blanco; que hace piruetas, fuego amigo, para mantenerse en el foco del reparto al por menor de la mermelada que, dice Amín, repartía “al por mayor” el gobierno de Santos a los congresistas a cambio de su apoyo a las iniciativas del Ejecutivo.

Y que ahora, tocará a Duque hacer lo mismo como parte del cambio prometido.

Y como para que se note que todo cambia, pero sigue igual, la mermelada, que es “inherente” al modelo, seguirá, solo que ahora, y quizá fue lo que quiso decirles Amín a sus compadres parranderos de la última legislatura, las dádivas y el clientelismo “al por mayor” a los parlamentarios, sí cambiará, pero seguirá igual.

Se repartirá y negociará lo mismo, pero individualmente, al detal; es más, el presidente Duque irá con los congresistas a sus regiones para “valorar el nivel de necesidad de los proyectos”, sus proyectos, que van a demandar para su ejecución cupo indicativo, otro retruécano para que todo cambie, pero siga igual: endulzando una cosa por otra en los augustos recintos congresales.

Sí, irá al teatro de operaciones de los congresistas, a sus cotos electorales, ha dicho su avanzada en la Alta Consejería para la Política, solo que no le va a quedar bien que lo vean, al presidente Duque, junto y revuelto, relacionado a cielo abierto con quienes, al decir de su consejero en conversación con El Heraldo, domingo 19 de agosto de 2018, “la relación entre el Gobierno y el Congreso debe desprenderse del método extorsivo”.

Y con El Espectador, domingo 19 de agosto de 2018, del “perverso binomio de Gobierno y Congreso pasando por el cedazo de la mermelada”.

Y el que habla de la fiesta es porque se la parrandió, bailó, bebió y comió gustoso, dicen por acá, por los calenturientos cotos de Amín, representante y senador que ha sido hasta la víspera de la posesión del presidente Duque.

* Poeta.

@CristoGarciaTap

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar