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Reforma o revolución

Andrés Hoyos
30 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.

La espartaquista alemana Rosa Luxemburgo le puso este título a su libro más famoso antes de ser fusilada por cuenta de una insurrección fracasada. Y ojo que los nazis todavía no llegaban al poder. Las revoluciones suelen ser emocionantes; las reformas, aburridas. Ergo, vamos a quemar palacios de invierno, qué demonios, y después vemos lo que sigue. ¿En qué desemboca una revolución con el tiempo? Lo más probable es que uno se tope con José Stalin, Pol Pot o Daniel Ortega. O sea que las emocionantes revoluciones tienen una alta probabilidad de conducir a regímenes represivos y asesinos. ¿Qué actitud tienen entonces los responsables de promoverlas? Por lo general se lavan las manos.

 

Belcebú(10227)03 de octubre de 2020 - 05:12 a. m.
Cuando al poder se llega por la fuerza, con la fuerza hay que sostener el poder
Adrianus(87145)01 de octubre de 2020 - 12:08 a. m.
Para lograr cambios significativos en este platanal de país, necesitamos con mucha urgencia a un estadista en el poder, sólo así se logrará salir del pantanero en el que estamos metidos por cerca de 200 años, desde el funesto y sinuoso Santander.
Libardo(10892)30 de septiembre de 2020 - 11:17 p. m.
Una revolución produce una contrarevolución que a su vez produce una contra... Es decir, salimos de un círculo virtuoso para ,eternos en otro que puede ser peor. El problema con los cambios, más que reformas, es que son lentos y empiezan con lo que menos le gusta al establecimiento: la educación, o sea, definir qué sociedad queremos construir,qué maestros se necesitan y con cuáles recursos. Eso...
  • Libardo(10892)30 de septiembre de 2020 - 11:41 p. m.
    es de mediano y largo plazo y a nuestros políticos les gustan las promesas inmediatistas, los fuegos artificiales. Estos cambios son lentos y discretos. La Educación, valga la pena aclarar, va mucho más allá de las Pruebas Pisa. Empieza en casa y se refuerza en la escuela y se aprende con ejemplos, no con discursos falaces e imposturas.
Camilo(gibaw)30 de septiembre de 2020 - 10:25 p. m.
Buen artículo. Gracias. Falto un poco mas de fuerza en las necesidades: aprovechar en enfocar la atención en lo que se necesita en Colombia; claro a nivel de su propuesta. Pero es necesario centrarnos en pocos puntos. Por lo demás, creería que se castiga la memoria de Rosa Luxemburgo
Ricardo(68260)30 de septiembre de 2020 - 08:00 p. m.
¿audaz la constitución del 91? El problema más serio en Colombia, origen de todos los demás problemas es la desigualdad. Esa constitución no consiguió una sola concesión de parte de los dueños de la nación. No consiguió ni siquiera priorizar el sistema educativo para que en unas generaciones tuviera Colombia una clase popular educada. No consiguió ni quitarle las licoreras al estado, por Dios!
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