Si la historia jugara

Jorge Tovar
19 de marzo de 2018 - 02:00 a. m.

La fecha FIFA pone en presente a Rusia 2018. Si se cree que la historia y la camiseta pesan, los puntos conseguidos en los mundiales pueden ser un indicador de los equipos favoritos al título. Así sería el Mundial de Rusia si los históricos ganaran.

La estrategia, por supuesto, elimina automáticamente a los debutantes Islandia y Panamá, que más allá del ciego fanatismo de algún hincha, pocas opciones de título tienen. Aunque el paso a segunda ronda no es una quimera, particularmente para Islandia, en este ejercicio no pasarían de primera ronda.

La tabla muestra que pasarían cuatro equipos sudamericanos y doce europeos. La mayor igualdad se da entre Suiza y México, que han obtenido el mismo número de puntos, pero se privilegia a los helvéticos porque han jugado menos mundiales. Se premia su mayor efectividad.

En octavos de final quedarían las llaves de Uruguay-Portugal; Francia-Croacia: Brasil-Suiza; Inglaterra-Colombia; España-Rusia; Argentina-Dinamarca; Alemania-Serbia y Polonia-Bélgica. Nuevamente, definiendo las eliminatorias por el número de puntos logrados a lo largo de los mundiales, los cuartos de final serían entre históricos que, sorprendentemente, salvo uno, disputarían partidos con poca historia.

Uruguay y Francia se han enfrentado tres veces, siempre en primera fase. Con apenas tres goles anotados, nunca ha pasado nada espectacular. España y Argentina jugaron una única vez en primera ronda de 1966. Alemania enfrentó y derrotó en dos ocasiones a Bélgica, una en 1934, otra en octavos de final de Estados Unidos 1994.

El Brasil vs. Inglaterra sí trae a la memoria partidos de leyenda. El primero en Suecia 1958, que quizás porque Feola aún no confiaba en Pelé y Garrincha no pasó de un anodino 0-0. En cuartos de final de Chile ‘62, dicen las crónicas, Garrincha jugó su mejor partido en mundiales. Dos goles del crack de las piernas chuecas contribuyeron al triunfo de Brasil por 3-1. En México ’70, en primera fase, Banks realizó a Pelé la parada del siglo. No le alcanzó para evitar la derrota, gol de Jairzinho tras gran jugada de Tostao. En 2002, Ronaldinho decidió el partido con un tiro libre imposible que culminó la remontada iniciada por Rivaldo.

Las semifinales están llenas de historia. Brasil pasaría a la final tras derrotar a Francia por primera vez desde 1958 gracias, entre otros magos, a Pelé. En cuartos de final de 1986 y 2006, y en la final de 1998, Francia prevaleció. En siete ocasiones se enfrentaron Alemania y Argentina. La historia seguiría diciendo que únicamente en la final de 1986 logró la albiceleste derrotar al cuadro teutón. Nunca tan cerca como en 2006, cuando incomprensiblemente Pékerman con Messi, Aimar y Saviola en el banco, optó por Julio Cruz.

El tercer puesto sería para Argentina, y la final la ganaría Brasil a Alemania. Seguramente no anotando siete goles, pero sin duda quedaría saldada la afrenta de la semifinal del 2014. Todo esto, si la historia jugara.

Si la historia jugara

 

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