Sin interseccionalidad el feminismo es ineficiente

Columnista invitado EE
31 de mayo de 2017 - 12:13 a. m.

Por: Mar Candela*

¿Qué es interseccionalidad? 

La interseccionalidad es un término acuñado en 1989 por la activista y académica Kimberlé Williams Crenshaw. Es el estudio de las identidades sociales solapadas o intersectadas y sus respectivos sistemas de opresión, dominación o discriminación. La teoría sugiere y examina cómo varias categorías biológicas, sociales y culturales como el género, la etnia, la raza, la clase, la (dis)capacidad, la orientación sexual, la religión, la casta, la edad, la nacionalidad y otros ejes de identidad interaccionan en múltiples y a menudo simultáneos niveles.

La teoría propone que debemos pensar en cada elemento o rasgo de una persona como inextricablemente unido con todos los demás elementos para poder comprender de forma completa la propia identidad. Este marco puede usarse para comprender cómo ocurre la injusticia sistemática y la desigualdad social desde una base multidimensional. La interseccionalidad es un marco que debe ser aplicado a todo trabajo de justicia social, un marco que reconozca los múltiples aspectos de identidad que enriquecen nuestras vidas y experiencias, y que componen y complican las opresiones y marginaciones.

Cuando me reconocí feminista y entendí que mi vida no sería nunca una vida libre sin feminismo entré en crisis existencial.

Varias voces visibles me dijeron que mi voz era muy inmadura, neófita, ignorante e inconsistente para levantarse en nombre del movimiento aun cuando expliqué que no me levantaba en nombre de nadie sino en nombre propio, acompañada de todas las mujeres que sentían igual que yo. Fue todo un desgaste. Recuerdo que yo no sabía de feminismo nada más que lo que decía Google y que tuve que leer mucho porque me sentía avasallada de críticas que no compendía en voz de expertas feministas.

Han pasado casi 10 años desde entonces. Hoy soy una voz entre muchas entre cientos alrededor del planeta. Una voz tenida en cuenta en diferentes campos académicos, cotidianos y sociales. No siempre fue así. NO quería comprobarle a alguien algo. Yo sabía que mi voz valía en sí misma por el simple hecho de reclamar lo justo.
Lo que sí necesitaba era fortalecer mis argumentos y crecer en entendimiento para poder ayudar a cambiar el país para las mujeres. Y por eso invertí meses de lectura al feminismo y nada de lo que leía lograba definir lo que para mi realidad era vivir como una feminista. Leí a muchas teóricas y me faltaron tantas.

Sin embargo, no podía quedarme ahí. Yo soy una mujer de acción. Y asumí el riesgo de “inventar” un concepto que definiera lo que para mí era la resistencia feminista y fue ahí cuando nació Feminismo Artesanal. En su definición más simple: la práctica cotidiana de tejer y destejer la realidad de las mujeres desde nuestra propia cosmovisión y experiencia. Desde lo que somos. Con el único objetivo de reivindicar todas las formas de ser mujer.

Hoy esta idea llega a más de un millón de personas en redes sociales compartiendo este concepto y recibo cartas diarias de personas sintiendo que esta iniciativa afectó positivamente su realidad. Cuando empecé yo solo sabía una cosa. Y es que quería un “pre escolar” del feminismo. Algo didáctico. Algo que llevara a todas las formas de ser mujer --obvio, y a los hombres receptivos y abiertos al cambio-- el entendimiento de esta causa; después de eso conocí también el concepto de nuevas masculinidades. Hombres anti patriarcales, y gracias a eso se ha tejido un feminismo que ha llegado a todas las realices sociales, económicas y humanas. Aun así, no pocas personas me han preguntado por la teoría que respalda nuestro trabajo en Feminismo Artesanal.

Hoy, después de un largo trasegar y una búsqueda intelectual diaria, con toda confianza puedo decirles sin duda alguna: Feminismo Artesanal, visto desde la academia, sería la práctica del feminismo interseccional.

Me regocijo en este descubrimiento intelectual. Puedo parecer tonta, pero para mí y para muchas mujeres como yo esto es toda una revelación. Me da mucho orgullo saber que en Colombia, lejos de libros y debates teóricos del feminismo, y de un modo visceral y orgánico desde la ignorancia, parí una manera de practicar esta maravillosa teoría que tantas personas desconocen.

Para que el feminismo sea realmente inclusivo es necesario tomar en cuenta las condiciones particulares de cada mujer y no sólo su género. Nos lo explican Jarune Uwujaren y Jamie Utt, de Everyday Feminism. ¡¿En qué basan su afirmación?!

El feminismo que no considera la interseccionalidad nos impide expresar plenamente quiénes somos. La falta de interseccionalidad nos lleva a “borrar” la identidad de cientos. Los privilegios económicos también pueden aislar a las mujeres de algunas clases de violencia. Tengamos en cuenta por ejemplo que las mujeres (y hombres) de color de piel diferente a la blanca tienen mayor probabilidad de experimentar muchas formas de violencia que jamás una persona blanca y acaudalada padecerá.

Es por ello que nació Feminismo Artesanal para defender el derecho a vivir sin miedo de todas las mujeres desde su realidad específica. Para que los hombres sean libres de asumir su masculinidad nueva desde su verdad. Y es desde ahí que hago mías las palabras de Flavia Dzodan: “Mi feminismo será interseccional o será una basura”. Y hago la invitación a hacer lo mismo.

* Ideóloga, Feminismo Artesanal

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