Sin leyes para el futuro

Juan Carlos Gómez
29 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.

Las obras del autor de moda, el israelí Yuval Noah Harari, cada vez son más agobiantes. Sus inteligentes e inquietantes reflexiones empequeñecen al hombre frente al vértigo del desarrollo tecnológico.

Después de Animales y dioses: Una historia de la humanidad, con un final relativamente optimista, vino Homo Deus; la narración de una osadía, según la cual el hombre suplantará a dios. Ahora en 21 Lecciones para el siglo XXI, se impone el sumun del pragmatismo y se plantea el rompimiento de todas las reglas de las que depende el precario ordenamiento normativo, tanto ético como jurídico.

Según Harari, el desafío tecnológico y político es de tal magnitud que pronto se echarán abajo las ideologías y principios establecidos. La humanidad está a un paso de enfrentar el dilema de resignar las creencias de los últimos 200 años. Los dilemas éticos serán prácticamente irresolubles. Por ejemplo, ya existe la tecnología para crear un mercado de órganos humanos. Se crearían “granjas de cuerpos” en países subdesarrollados que tendrían una insaciable demanda de compradores ricos y desesperados.

Hoy en día los Estados se resisten, pero cada vez se ven más superados por los gigantes de la tecnología. El poder de Facebook, Amazon, Apple y Google desborda todos los parámetros conocidos. Además de que generaron nuevos hábitos a escala global, sus modelos de negocio desbordan las normas jurídicas con las que los quieren someter, principalmente en Europa.

Cuestiones como la protección de la intimidad, la incidencia en la información y la opinión pública y el poder tributario de los Estados nacionales, hacen evidente que la realidad superó al derecho y que se está muy lejos de concebir las leyes que pueden llegar a resolver los nuevos desafíos. Como lo advierte Harari, la humanidad está perdiendo la fe en el relato liberal.

En Colombia el panorama normativo frente a la tecnología es desolador y está lejos de defender el bienestar de los usuarios, como lo demuestra el caso de Uber en el cual, por lo pronto, lo único que importó fue cobrar impuestos.

El nuevo marco normativo requiere un esfuerzo inmenso de imaginación y anticipación. Poco se va a lograr con simples reformas legales.

@jcgomez_j

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar