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Con gran preocupación hemos visto que este año se perdió por completo la esencia de nuestra feria. Si bien es cierto que traer unos países invitados mejora nuestras relaciones, también lo es que pocas veces ellos hacen lo mismo por nosotros.
Anteriormente se invitaba un país, pero sólo se le dejaba exhibir lo que nosotros no fabricáramos. Hoy vemos cómo se les montó una competencia desleal por parte de los organizadores a nuestros productos, ya que es imposible competir con países que tienen 7 millones de personas dedicadas a las artesanías.
Algunas preguntas:
¿Qué enseñanza nos dejó la visita de los invitados? ¿Dictaron algún taller? ¿Nos mostraron los procesos? ¿Dictaron alguna conferencia? Y nosotros los pagamos…
Porque la esencia de la feria fue más o menos la siguiente: vimos productos importados compitiendo con los nuestros; a la mayoría de los nacionales se les exige ser fabricantes, no entendemos por consiguiente qué hacían distribuidores de artesanías en la feria; a los nacionales se les exigen muestras desde febrero o marzo de cada año, y aquí hubo expositores que llegaron a último momento, filtrando los canales normales y la tramitomanía; tanta subdivisión desorientó al visitante, anteriormente había un pabellón de sólo madera, uno de sólo porcelana, etc.; el interés fue el de ir llenando todos los pabellones de la feria, no importa cómo: hubo 10 productos de lo mismo en todos los pabellones; faltó vigilancia en todo sentido, muy ocasionalmente visitaron los organizadores los estands para ver si coincidían las muestras presentadas con las exhibidas, o para ver qué problemas pudieran tener los expositores más vulnerables, como puede ser el caso de quienes provienen de provincia; no vimos, como en las anteriores ferias, las rondas de vigilancia ni vigilantes fijos por pabellón (de ahí las pérdidas por robo); la rotación de los productos por pabellón fue muy grave, ya que los visitantes tenían la referencia del producto por las ferias anteriores y esta vez incluso pensaron que ese producto no estaba en la feria; anteriormente se realizaba una feria de manualidades, ya que todo lo que aquí se exhibe no es artesanía y puede que no se conozcan los procesos.Reflexionemos: ¿Qué quieren de nuestra feria? Es preciso que el fabricante artesano que se prepara todo el año para vender sus productos lo haga en un entorno que le dé tranquilidad, y no en un ambiente de zozobra derivado de la competencia y los precios. Por lo demás, tanto de lo mismo se presta para la copia.
Esperamos que estos comentarios enrumben nuevamente la esencia de esta feria y que dejemos a un lado, y sin presiones, lo político y lo económico pues no creemos que este sea el propósito de Artesanías de Colombia, ni del gobierno; esperamos poder dedicarnos a lo esencial, a las artesanías colombianas.
Alfredo Ocampo. Bogotá.