Tiempo para el luto

Luis Carlos Vélez
21 de enero de 2019 - 05:00 a. m.

Luis Carlos Vélez
Las serpientes suelen alimentarse de los huevos de las aves. Saben que incluso las valientes águilas en algún momento son inofensivos prospectos de polluelos que aún no están listos para salir del cascarón. Es el momento en que más vulnerables se encuentran en toda su existencia, por lo que los reptiles entienden que será tal vez la única vez que puedan vencer a su eventual retador. 

Esa fue precisamente la lógica de los terroristas del Eln la semana pasada. Al atacar a los cadetes de la Policía, golpearon a los más jóvenes, más débiles y menos preparados de toda la institución. Un acto de inmensa sevicia e infinita cobardía.  

El atentado también pone en evidencia otra característica de los terroristas: la traición. Según lo que se ha podido determinar en las investigaciones, el carrobomba contaba con un sistema de activación remoto y alguien se bajó del vehículo cuadras antes de la escuela de cadetes. No tendría nada de raro que engañaran al conductor para que ingresara el carro y que el pasajero lo volara a la distancia en mil pedazos. El verdadero plan inicial siempre habría contado con asesinar al autor material para que con su muerte no quedara rastro de su planeación. Así pasó en El Nogal, con seguridad ocurrió también en esta oportunidad. El Eln no tiene ideología, pensar que actúan como terroristas de ISIS con suicidas es desconocer que lo suyo es el negocio, no la religión. Son narcos y secuestradores, no extremistas religiosos. 

¿Qué se viene? El presidente Duque actuó con la contundencia que merece un hecho de tal magnitud. La firmeza de sus determinaciones, acto seguido a la bomba, es coherente con su discurso inicial de no dialogar hasta que se muestre voluntad de paz. El Eln, por el contrario, ha seguido con una postura de violencia creciente e intransigente. 

¿Sentarse a conversar? Esa no es una cuestión que se se pueda resolver ahora. Presionar para abrir un diálogo sería premiar la actitud de violencia, cobardía y traición que ha venido demostrando el Eln. El proceso de paz con las Farc trajo beneficios indudables para nuestra sociedad, pero también es cierto que su implementación ha agotado la gasolina política de otra eventual negociación.  

En todo el mundo, cuando hay un atentado terrorista, hay llamados firmes a la unidad y se arropa la nación. En Colombia, algunos mezquinos, cuando la sangre esta derramada y los cuerpos aún están calientes, saltan a hacer política y buscar ganar réditos en la opinión pública. Son igual de oportunistas a las serpientes que se comen los huevos de las águilas. Las cosas como son.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar