Todo por jugar

Iván Mejía Álvarez
26 de septiembre de 2017 - 03:00 a. m.

Da la impresión de que los líderes del torneo están aflojando y que ya no tienen el ritmo avasallador de las primeras jornadas. Son más vulgares, pierden partidos adentro y afuera, no tienen la autoridad imperial que mostraban hasta hace poco.

A Santa Fe le descubrieron que no era tan sólido en defensa y que era también vulnerable, como lo mostró Bucaramanga, que le ganó con dos errores defensivos del equipo de Pérez, algo inusual en un plantel montado para aguantar y contraatacar.

A Nacional le abren esa defensa de tres que pregona Lillo, sin soportes de marca, sin recuperación de pelota desde arriba, sin presión, y lo dejan desnudo de una manera vulgar. No juegan bien, andan a la deriva, perdieron el libreto del técnico y este arregla todo en sus charlas pospartido, donde es un auténtico mago de la palabra vana.

Ya se sabe que Júnior sufre mucho por fuera, que le cuesta sacar resultados y que sus derrotas ante Once y Alianza dejan la sensación de que Julio volverá a ser muy “táctico” cada vez que salga del Metropolitano.

Y el Medellín gana y pierde con cualquiera, no es un equipo fiable, carece de la identidad de gran equipo que algunos desearían. Cuando no juega Quintero, se ve ramplón y sin destellos de juego colectivo. Y la tabla acosa porque los rojos de Peláez, a diferencia de Santa Fe, Nacional y Júnior, todavía, tienen que pelear para asegurar su clasificación, que con esa irregularidad se puede embolatar en cualquier momento.

Faltando un tercio de campeonato, ni Millos ni Cali pueden sentirse seguros. Al Cali le siguen favoreciendo de manera sospechosa los fallos arbitrales. Esta vez ante Tolima no alcanzó con el regalo de un penal por simulación de Giraldo, que no irá a tribunales pese a que logró hacer equivocar en forma grave al juez. Además, en el comité de disciplina el Cali también maneja los registros favorablemente y en varios casos sale indemne.

La pelea por esos cuatro o cinco cupos restantes incluye al irregular Millonarios que carece de gol, pegada, potencia ofensiva, aunque luzca ordenadito. A Millos le faltan jugadores de jerarquía, los que la tribuna reclama aunque se lesionen como dice el inútil Camacho, quien justifica la ausencia de buenas contrataciones porque de pronto se lesionan.

De ahí para abajo la guerra es total incluyendo a Tuluá, Jaguares y Tigres, que no solo pelean el descenso sino también cupo a las finales. Tolima ya le agarró la mano a Gamero, Equidad sigue siendo fuerte, Envigado viene marcando el paso y hasta el mismo América se encuentra cerca. Quedan muchos puntos por repartir, pero el que no apriete el paso no entra o se va a la B.

 

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