Trabajar unidos, superar la crisis

Dolly Montoya Castaño
28 de marzo de 2020 - 00:00 a. m.

En diciembre de 2019 se anunció al mundo la existencia en Wuhan, China, de un coronavirus responsable de causar la enfermedad COVID-19, caracterizada por generar síntomas de infección respiratoria aguda como la neumonía. Desde su origen hasta ahora el virus alcanzó una rápida expansión que hoy afecta prácticamente a todos los países del mundo con miles de infectados que se diagnostican diariamente, llegando a convertirse en la segunda pandemia declarada en este siglo y uno de los principales retos del mundo contemporáneo.

La globalización, el elevado tráfico aéreo, terrestre, marítimo, fluvial y la alta densidad poblacional del planeta contribuyeron, junto a las características propias del virus, a su rápida expansión en el mundo. Esta propagación que se vale de los encuentros humanos para acelerar su transmisión llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a establecer lineamientos para frenar el avance del virus; entre ellos destaca la recomendación de distanciamiento social, una medida que apunta a romper las cadenas de transmisión reduciendo al máximo los contactos humanos y con ello desacelerando el contagio.

Estas medidas, aún con las diferencias de implementación en cada país, están causando un sobresalto a la cotidianidad de millones de personas como lo evidencian las imágenes y noticias de ciudades enteras que se ven vacías por las medidas de confinamiento o cuarentena. Muchas personas, entre ellas maestros y estudiantes, han tenido que transformar y adaptar sus rutinas. La UNESCO informó esta semana que 1.370 millones de estudiantes, equivalentes al 80% de la población estudiantil a nivel mundial, se encuentran, producto de la pandemia, en sus casas adelantando diversas estrategias para no detener su proceso de aprendizaje.

En Colombia, asumimos la primera cuarentena de nuestra historia como país. Aunque, sin duda, no es el primer gran desafío que habremos enfrentado, este en particular representa una inmensa oportunidad para revisar mucho de lo que somos y lo que hacemos como sociedad. En estos días de contrastes, hemos visto algunas protestas que llaman la atención sobre la fragilidad de nuestro modelo económico que ha normalizado una informalidad laboral que ronda el 50% y que, además, es la fuente de sustento de al menos 13 millones de colombianos en condición de pobreza y que serán los más afectados por la actual crisis de salud pública. Al tiempo hemos visto todo tipo de muestras de solidaridad, empatía y compromiso social para intentar resolver, al menos un poco, la angustiante situación; quizá una de las más importantes tiene que ver con las acciones y llamados desde diversos sectores sociales a trabajar en comunidad, reconociendo a nuestras instituciones y rodeándolas para alcanzar el propósito común de superar esta crisis ocasionada por el coronavirus.

Desde el sector educativo sabemos que el conocimiento es un producto colectivo y que generar nuevo conocimiento implica cuestionar el saber y las creencias previas. Ese cuestionamiento, que pasa por la duda y se hace pregunta, lleva a poner en crisis el conocimiento, crisis que hace posible el nuevo conocimiento. Esta crisis que hoy enfrenta el mundo y nuestro país debe convertirse, precisamente, en ese impulso a la construcción de nuevos escenarios y mejores condiciones como sociedad.

Cien años atrás, en 1918, el mundo enfrentó la epidemia conocida como gripe española, las condiciones de sanidad de la época, sumadas a las dificultades propias de la I Guerra Mundial, en pleno desarrollo, significaron la muerte de al menos cincuenta millones de personas. Esta fue una tragedia de tal magnitud que llevó, entre otras cosas, a una fuerte reducción de la población apta para el trabajo, contribuyendo al reconocimiento de los movimientos de mujeres y su reclamo por vincularse de forma activa y con iguales derechos a las fábricas y cadenas de producción. Traigo a cuento esta historia como antecedente que muestra cómo las crisis son oportunidades que, además, han cambiado al mundo positivamente.

La forma en la que construimos nuestras relaciones sociales será, posiblemente, uno de los principales cambios que tendremos la oportunidad de asumir una vez superada la crisis y no por el hecho de que sea presencial o virtual, sino porque hoy, cuando estamos más aislados, somos más conscientes de que hacemos parte de comunidades y que nuestra individualidad carece de sentido sin los otros. Hoy el autocuidado, es expresión de cuidado con el otro y así debería ser superada la crisis, cuidar de cada uno, cuidar del otro, cuidar de nuestras familias, cuidar de la comunidad y de nuestro medio ambiente.

Además, como país tendremos que promover nuestros propios cambios, uno de ellos debe ser el robustecimiento de nuestro aparato productivo, generando riqueza, empleo y formalización para nuestra población. Esto será posible si sumamos los esfuerzos de universidades, empresas, comunidades y Estado para fortalecer el campo colombiano que, además de ser una de nuestras principales ventajas comparativas, hoy es el sustento que garantiza que se adelante la cuarentena en las ciudades.

Las acciones colectivas para detener la propagación del virus son muestra de que solo unidos saldremos adelante en esta crisis, así lo ratifican también los esfuerzos de científicos e investigadores que desde todas las latitudes trabajan compartiendo toda la información (consecuencia de la construcción colectiva del conocimiento y del desarrollo de la ciencia abierta), como un solo equipo que busca dar con el tratamiento o la cura definitiva que contrarreste esta pandemia.

Aún es pronto para saber qué tanto va a cambiar el mundo y, en particular, nuestro país cuando pase la crisis, en especial porque esos cambios dependen de nuestra voluntad para asumirlos, comprenderlos e implementarlos. Así como en el conocimiento, la crisis es fuente de nuevos saberes que son colectivamente construidos y socialmente aprovechados, en nuestra vida social, política, económica y cultural esta crisis que hoy afrontamos, si trabajamos todos juntos para superarla, puede ser fuente de nuevas y mejores condiciones de vida para todos los colombianos, garantía de superar la inequidad social y de un desarrollo en armonía con el medio ambiente.

Cuidar de cada uno es cuidar de todos, trabajemos juntos.

@DollyMontoyaUN

* Rectora, Universidad Nacional de Colombia.

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