Transparencia

J. William Pearl
11 de junio de 2019 - 06:00 a. m.

Si a Coronell le parecía que la revista donde escribía no era totalmente transparente, ¿por qué no renunció antes?, ¿para qué esperar a que lo despidieran?, ¿pretendía verse como una víctima o un incomprendido?

La salida de Daniel Coronell de la revista Semana ha motivado que se escribiera al respecto una inmensa cantidad de artículos, casi todos a favor del columnista. Él manifestó muchas veces que la revista no era transparente. ¿Si eso era lo que pensaba, por qué no renunció antes de que lo despidieran?

A Semana la chivió The New York Times por el afán de los denunciantes anónimos de los falsos positivos, los cuales salieron a la luz pública por el afán del periódico de publicar una chiva, mientras Semana se tomaba el tiempo necesario para lograr escribir un artículo más completo. Sí, The New York Times le ganó a Semana, pero este no es un asunto de ganar, es de ser objetivos y en ese punto el periódico se equivocó. Cabe anotar que con esto no quiero decir en absoluto que estoy de acuerdo con aumentar las bajas por parte del Ejército con vidas inocentes.

Si a Coronell le parecía que la revista donde escribía no era totalmente transparente, ¿por qué no renunció antes?, ¿para qué esperar a que lo despidieran?, ¿pretendía verse como una víctima o un incomprendido? Cuando un medio no es transparente, oculta la verdad a sus lectores. No es este el caso de Semana, donde la mayor parte de sus columnistas no son afines al Gobierno y Coronell sin duda tampoco lo era; nunca han sido censurados los columnistas por la revista. El asunto de la transparencia es complicado, pues en periodismo es necesario actuar igual al dicho, no solo hay que ser sino parecer, que viene del emperador romano Julio César. Semana ha demostrado ser y parecer, lo cual algunas veces es demorado, pues para escribir con la verdad es necesario estar seguro de lo que se escribe, de lo contrario se trabaja para los intereses de otros, en este caso de los interesados en ver publicado el asunto.

Otro elemento mínimo de cortesía es atacar desde afuera, ya Cononell está afuera y lo puede hacer, pero tiene que tener en cuenta que escribió allí por cerca de 14 años y entonces le quedaba muy complicado hacerlo, o se puede, pero a un costo muy alto pues la revista sigue, pero sin él.

Los columnistas de Semana se solidarizaron con Coronell y la pregunta que el lector se hace es si este acto fue por simple solidaridad de cuerpo o para demostrar que los columnistas se apoyan. No creo que sea fácil ser columnista y ver que salen de uno de ellos, lo que creo es que en este caso actuó más el miedo que la solidaridad.

Cuando un periodista no comulga con su medio debe renunciar en el momento, no esperar mucho tiempo, pues pasa lo de Coronell, quedando muchas dudas sobre su manera de proceder. Coronell es un magnifico columnista, ha tumbado con sus columnas a muchos funcionarios; ojalá el asunto con Uribe no sea una obsesión, pues Colombia tiene muchos asuntos que afectan a los ciudadanos y tenemos como sociedad que evolucionar si queremos progresar.

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