Viva la Fiscalía, que viva

Yohir Akerman
22 de diciembre de 2019 - 05:00 a. m.

El pasado 13 de diciembre la Fiscalía General de la Nación celebró su fiesta decembrina en la sede del búnker en Bogotá. La reunión fue animada, entre otros, por el cantante de vallenato Poncho Zuleta, uno de los más importantes del género y ganador del premio Grammy Latino en 2008.

El contrato del concierto se pagó a través de la oficina del Departamento de Bienestar de la Fiscalía y esta a la caja de compensación Compensar, que tiene un contrato con el ente investigador.

“Viva la Fiscalía de la Nación (…) hoy en manos de este prohombre, doctor Fabio Espitia”, clamó animadamente el vallenatero.

Que viva, sobre todo por contradicciones como contratar a cantantes que han sido investigados por esa misma entidad por vínculos con paramilitarismo, o a cantantes que tienen hijos con investigaciones abiertas, por ejemplo, por asesinato. En el caso de Zuleta, las dos.

El periodista de Noticias Uno Guillermo Gómez estuvo en el evento e indagó al fiscal general encargado por esta contratación.

Periodista: “¿Por qué contratan a Poncho Zuleta aquí si están investigando al hijo por un asesinato?”.

Fiscal Fabio Espitia: “Eso no tiene ninguna relación con un tipo de contratación en especial. Estamos investigando una persona, una cosa diferente es la contratación de un artista”.

No es cierto, pero vamos por partes. (Ver Noticias Uno).

El 29 de diciembre de 2009 la Fiscalía Quinta Especializada de Valledupar ordenó la captura de Tomás Alfonso “Poncho” Zuleta, por el delito de favorecimiento de grupos paramilitares que delinquían en el corregimiento Astrea, jurisdicción de Valledupar.

El cantante fue señalado por varios desmovilizados del Bloque Norte como colaborador del grupo ilegal. Así de claro y así de sencillo.

Como lo reportó Verdad Abierta, el exparamilitar del Bloque Norte Omar David Celedón Calderón, alias Cocoliso, dijo en una versión libre ante la Fiscalía que Zuleta “subía a La Mesa, a 15 minutos de Valledupar, a llevarles dinero y rendirles cuentas a los jefes paramilitares de la zona”.

Según Cocoliso, el cantante también se reunió con José Daniel Mora López, alias 101, uno de los exjefes del Frente Resistencia Tayrona, y organizó una reunión con jefes paras en su finca Las Tamacas. (Ver Orden de Captura).

Esto fue confirmado por otros paramilitares como alias Tatú y Donaldo José Monzón Pitalua, alias Centella, exmiembros del Bloque Norte. En septiembre de 2009, Zuleta ya había dado su versión sobre las acusaciones de los desmovilizados del Bloque Norte, reiteró que no los conocía y que jamás se reunió con ellos en su finca.

Frente a esto, el representante del artista, Joaco Guillén, dijo en ese momento que Zuleta estaba tranquilo y que en los próximos días se iba a presentar ante la Fiscalía para “darle la cara al país”.

Pues el pasado 13 de diciembre sí que se presentó y con toda su orquesta.

La cercanía del cantante Poncho Zuleta con los paras ya se comentaba desde 2004, gracias a una grabación que circuló por toda la Costa de un contrapunteo de él y su hermano Emiliano Zuleta en el municipio de Astrea, en el departamento del Cesar, donde se escucha una voz como la del cantante dedicándole una de las canciones a los paramilitares.

La supuesta voz del cantante dice: “No joda, viva la tierra paramilitar, vivan los paracos”, después de lo que parece ser una ráfaga de una ametralladora. (Oír Grabación).

¿Al fin qué? ¿Que viva la Fiscalía o que viva la tierra paramilitar?

Pues para Poncho parecen ser las dos ya que, pese a las pruebas y las acusaciones en su contra, el 8 de febrero de 2010 un fiscal especializado revocó la orden de detención impartida en primera instancia por un fiscal de Valledupar en su contra, porque el cantante le garantizó a la Fiscalía que estaba dispuesto a presentarse cuantas veces lo necesitaran y que no huiría de cualquier requerimiento judicial. (Ver Revocan orden).

Mientras tanto el polémico cantante ha seguido celebrando fiestas para importantes parapolíticos, al igual que para el grupo del narcoparamilitar Marquitos Figueroa, con quien tenía una estrecha relación y por eso lamentó tanto la muerte de su amigo y vecino, alias Ñeñe Hernández. (Ver Instagram y Twitter de Zuleta).

No se puede olvidar que, después de su muerte, se comprobó que José Guillermo Hernández Aponte, alias el Ñeñe Hernández, era un lavador de narcotraficantes y paramilitares con apariencia de ganadero y empresario perteneciente al grupo criminal de Marquitos Figueroa (Ver Fotografías).

Pero vamos a su hijo, que no es menos polémico.

El 3 de mayo de 2019, Ilina María Guerra Solera, de 38 años, salió pasadas las 9:00 de la noche de un gimnasio ubicado en el barrio Altos de Comfacesar, al noroccidente de Valledupar, cuando fue abordada por un hombre armado que le propinó dos disparos que acabaron con su vida.

Esto se relaciona con los Zuleta ya que Guerra Solera mantenía una supuesta relación amorosa con Andrés Alfonso Zuleta, hijo de Poncho Zuleta. Según reportes periodísticos, el señor Alfonso Zuleta había presuntamente amenazado públicamente a Guerra Solera por infidelidades durante un festival vallenato.

Frente a esto Andrés Alfonso Zuleta declaró ante la Fiscalía el 20 de mayo de 2019 y dijo que no era cierto que estuviera relacionado con el feminicidio y que durante esas fechas no estaba en la ciudad.

Pocos días después, el 6 de junio, fue asesinado en Fonseca (La Guajira) el señor Omar Yesid Gómez Salinas, más conocido como alias Papita, quien se comprobó fue el sicario contratado para ejecutar a Guerra Solera.

¿Quién contrato a alias Papita para asesinar a Guerra Solera? Eso todavía lo tiene que determinar el fiscal del caso pero, mientras tanto, que los fiscales sigan bailando al ritmo de las canciones de Poncho Zuleta. ¡Que viva la Fiscalía, que viva!

@yohirakerman, akermancolumnista@gmail.com

 

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