Xi Jinping, ¿un emperador?

Beatriz Miranda
27 de febrero de 2018 - 03:00 a. m.

Pocos días después de celebrar el inicio del año chino, la agencia estatal china Xinhua anunció la posibilidad de un cambio significativo en la Constitución de 1982, que establece límites a los mandatos de funcionarios chinos y abolió el liderazgo vitalicio.

El Partido Comunista Chino (PCCh) recomendó eliminar el límite de dos mandatos para presidente y vicepresidente. La decisión estará en manos del Parlamento, que se reunirá el 5 de marzo. Si se aprueba, el presidente Xi Jinping podrá ser elegido por tercera vez y permanecerá en el poder después de 2023. En octubre de 2017 su segundo mandato presidencial fue ratificado.

Los medios chinos afirman que hay enormes posibilidades de que esto suceda, pues el actual mandatario cuenta con un apoyo mayoritario del Partido, ejército y de los empresarios, lo que para muchos lo convierte en el líder chino más poderoso después de Mao y además no se nota la emergencia de líderes jóvenes que pudieran sucederlo.

Muchos consideran que su inmensa popularidad y la significativa acogida que ha tenido “su nuevo pensamiento chino”, identificado oficialmente como “Pensamiento de Xi Jinping sobre el Socialismo con Características Chinas para una Nueva Era” y que probablemente será adoptado en las escuelas, exaltan su figura y su representatividad, opacando el Partido Comunista Chino, que ha gobernado China desde 1949.

Su pensamiento puede ser resumido en algunos puntos:

1. “Garantizar el liderazgo del Partido sobre todo el trabajo.

2. Comprometerse con un enfoque centrado en la sociedad.

3. Continuar con una reforma integral y profunda.

4. Adoptar una nueva visión para el desarrollo.

5. Defensa de los valores socialistas.

6. Garantizar y mejorar las condiciones de vida de la sociedad a través del desarrollo.

7. Garantizar la armonía entre el humano y la naturaleza.

8. Defender la absoluta autoridad del Partido sobre el Ejército popular.

9. Defender el principio de “un país, dos sistemas” y promover la reunificación nacional.

10. Promover la construcción de una sociedad de futuro compartido con toda la humanidad.

11. Ejercer un control total y riguroso del Partido”.

Para muchos, desde su llegada al poder en 2013, uno de sus éxitos es la llamada “Gran Purga”, una herramienta de lucha contra la corrupción que promovió una limpieza en las filas del Partido y prácticamente eliminó a la oposición.

Pareciera ser que la permanencia de Xi Jinping concede a segmentos importantes de la población la esperanza de “modernizar el socialismo con características chinas”, posibilidad de cumplir metas a largo plazo y revitalizar la economía. El lunes hubo varias protestas en las redes sociales, pues sectores críticos temen que este cambio constitucional le conceda demasiado poder, propicie su permanencia en el cargo indefinidamente y que a la larga se vuelva un dictador. Pareciera ser que en estos días decisivos, el complejo contexto de Corea del Norte es recordado.

Ojalá, las recientes palabras de Xi Jinping se mantengan: “Ninguna organización o individuo tiene el privilegio de sobrepasar la Constitución o la ley”.

Profesora Universidad Externado de Colombia.

 

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