Desde que el presidente Juan Manuel Santos estableció, el pasado 12 de julio, un plazo de cuatro meses para evaluar el avance de las negociaciones de paz entre Gobierno y Farc en La Habana, los ojos se enfocaron en la guerrilla y el país quedó a la espera de nuevos anuncios de desescalamiento del conflicto que permitieran ver progresos significativos en los diálogos.
De ahí la importancia del anuncio hecho este jueves por las Farc sobre la prórroga del cese al fuego unilateral que habían decretado hace exactamente un mes. La noticia deja en el ambiente la sensación de que las conversaciones van por buen camino y que de seguir así, en cuatro meses, cuando llegue la hora del balance, la posibilidad de discutir los términos de un cese bilateral y definitivo estaría sobre la mesa.
Aunque el anuncio se venía cocinando desde hace algunas semanas, e incluso ya se había dicho que la tregua se podría extender hasta el 20 de noviembre, las Farc mantuvieron el tema en el tintero, entre otras cosas porque, según ellos, el Ejército continúa los bombardeos en contra de sus campamentos, aun después de que el jefe de Estado ordenó la suspensión de los mismos.
De hecho, ese fue uno de los reclamos que hizo Carlos Antonio Lozada, negociador las Farc en La Habana, cuando leyó el comunicado en el que se anunciaba la prórroga del cese. Según el jefe guerrillero, las acciones militares ponen en riesgo las medidas para bajar la intensidad del conflicto, por lo que pidió “una actitud correspondiente por parte del Gobierno para que se pueda consolidar el desescalamiento hasta llegar al cese al fuego y hostilidades bilateral y definitivo”.
A pesar de las críticas de la guerrilla, lo cierto es que el balance que ha dejado la tregua unilateral al cumplirse un mes de su implementación es bastante positivo. Las cifras recopiladas por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) revelan que desde el 20 de julio, fecha en la que entró en vigencia el cese del fuego de las Farc, las acciones ofensivas se han reducido a niveles mínimos nunca antes registrados en la historia del conflicto armado colombiano.
Y a diferencia de lo manifestado por Lozada, el informe del Cerac señala que hubo una disminución casi total de las acciones contra las Farc por parte de la Fuerza Pública, que concentró sus esfuerzos en combatir otros grupos armados ilegales, como el Epl y las bandas criminales. “Se trata del menor nivel de actividad ofensiva en contra de esta guerrilla en la historia del conflicto en Colombia y supone un cumplimiento completo de los compromisos de desescalamiento”, explica el centro de investigación.
Por parte de la guerrilla, agrega el documento, se registró una reducción del 81% de acciones ofensivas de las Farc frente a los promedios mensuales en períodos anteriores de cese unilateral al fuego. El Cerac explica además que si bien es cierto que en el último mes se presentaron acciones que podrían ser consideradas violatorias del cese, aún no hay comprobación sobre las mismas: “En el último mes se registraron tres acciones con posible participación de las Farc, pero que están pendientes por verificación de las autoridades, y tres denuncias de las Farc de presuntos bombardeos de la Fuerza Pública a campamentos, los cuales también están pendientes de verificación”.
El reporte de las acciones coincide con el entregado por la Defensoría del Pueblo, según el cual en los últimos 30 días se presentaron tres enfrentamientos con la Fuerza Pública, seis presuntos ataques contra policías y militares, cuatro accidentes por mina antipersonal y algunos episodios aislados en contra de las comunidades.
Respecto a las acciones militares, la Defensoría insistió en que no se puede olvidar que el Gobierno no ha declarado un cese bilateral “y por lo tanto las acciones ofensivas, excepto los bombardeos que fueron suspendidos por el Gobierno y que de acuerdo con el Ministro de Defensa no se han vuelto a presentar, están autorizadas”.
Aún así, el organismo destacó la significativa reducción de las acciones bélicas como un alivio importante para quienes viven en las regiones históricamente afectadas por el conflicto armado.
Una situación que se ve reflejada en uno de los datos más relevantes del análisis del Cerac: durante dos días –el 12 y el 13 de agosto– no se presentaron en el país eventos relacionados con el conflicto armado, acciones de violencia política o crimen organizado, una situación que según los registros no se daba en Colombia desde noviembre de 2012.