
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hoy 7 de agosto de 2.024 hace 50 años tomó posesión de la presidencia de Colombia un hombre de letras perdido en la política de nombre Alfonso López Michelsen. El profesor universitario había escrito con anterioridad ensayos tan interesantes como la “Introducción al Estudio de la Constitución de Colombia”, “La Estirpe Calvinista de Nuestras Instituciones”, “El Estado Español y la Nación Colombiana”, entre muchos otros, y “Consideraciones sobre la Reforma Constitucional por medio de la cual se establece la alternación forzosa de los partidos en la Presidencia de la República”, que lo lanzó a la arena política. Entonces acuñó eslóganes de campaña como “Pasajeros de la Revolución favor pasar a bordo”. Eran los mejores días del MRL. Y en la campaña presidencial de 1.962 le prometió a los colombianos que “Los grandes días están por venir”.
Y había escrito una novela que él tituló “Los Elegidos” y que B.K., el personaje central del relato llamó “Du côté de la Cabrera”. El prologuista de la 8ª Edición, el escritor y periodista Andrés Oppenheimer escribe: “desde las primeras páginas, el relato me atrapó… Me pareció –y todavía me parece—una de las radiografías más descarnadas de la élite colombiana, y de las mayorías de las élites latinoamericanas… no tardé en darme cuenta que pocos como López Michelsen estaban más capacitados para describir la sociedad de la ´gente bien´ de su país… Los nombres que aparecen en Los Elegidos parecen provenir de la alta sociedad de Colombia, pero podrían ser trasplantados fácilmente a México, Argentina, Venezuela o Perú”.
Más información: Entre promesas y trinos, ¿cómo han sido los primeros dos años de Petro?
La institución de la alternación era tan antidemocrática que, si él, Liberal, hubiera ganado en 1.962 la elección frente al doctor Guillermo León Valencia, Conservador, la voluntad mayoritaria del electorado habría podido ser declarada nula porque según la Constitución el turno en la Presidencia correspondía a un Conservador. Como él lo escribió, la alternación establecía “limitaciones a los derechos ciudadanos” y conspiraba contra “el principio de la igualdad de oportunidades para todos”. Y agregaba en el documento crítico de la Alternación de los partidos Liberal y Conservador en el gobierno algo que guarda plena actualidad:
“La prueba de fuego… no está en gobernar sin oposición o gobernar contra ella sino en gobernar con ella, como una limitación necesaria y obligada a la acción del gobierno dentro del proceso democrático, que consiste en vivir en paz no solamente con quienes comparten nuestras opiniones sino con aquellos que las combaten y aspiran a imponernos las suyas. Por eso he creído que el mayor problema de nuestra vida pública está en educar al país para la oposición, creando una mentalidad nueva no sólo entre quienes la ejercen sino entre quienes la tienen que soportar, aprendiendo a examinar desprevenidamente, como manifestaciones de inconformidad legítimas, no sólo las que se expresan en el campo político sino en todos los órdenes de la vida social, en donde instintivamente aspiramos sin razón a que se imponga una uniformidad de pareceres”.
Le puede interesar: Este es el cumplimiento de cuatro ejes claves del Plan de Desarrollo de Petro
La principal razón de su lucha ya no sólo contra la alternación sino contra el Frente Nacional es que éste era la negación de la Democracia al tiempo que un club exclusivo de poderosos, y no solo por cuanto excluía de la posibilidad de acceso a las funciones estatales a quienes no fueran Liberales y Conservadores sino porque la paridad en el Congreso, las Asambleas y los Concejos, le daban un mayor valor al voto de los electores pertenecientes al partido minoritario en cada departamento y en general en el país, al tiempo que el sistema de votación de las dos terceras partes en los cuerpos colegiados jugaba a favor del statu quo y en contra del cambio, de las causas populares, que siempre habían sido banderas Liberales.
Pocos colombianos deben saber que es descendiente de “la melindrosa” Bernardina Ibáñez por cuenta de que su hija Carmen Uribe contrajo nupcias con Carlos Michelsen, el primero de ellos que llegó a Colombia, proveniente de Curazao donde había sido cónsul en representación de Dinamarca. Nieto de quien fuera el hombre más rico de Colombia a comienzos del Siglo XX, Don Pedro A. López, y bisnieto del revoltoso directivo de una de las Sociedades Democráticas, don Ambrosio López, sastre que se oponía al libre comercio especialmente de paños ingleses. Hijo de Alfonso López Pumarejo quien fuera presidente de la República dos veces, el hombre que introdujo en la Constitución el concepto de que la propiedad privada es una función social, que en ciertos casos la expropiación fuera sin indemnización, que creó en la Ley 200 del 36 la figura jurídica de la extinción de dominio, que puso el Estado al lado de los trabajadores en contraste con quienes fueron responsables de la Masacre de las Bananeras y estableció el sufragio universal para los varones, entre otras muchas reformas sustanciales al orden jurídico y político colombiano. Nieto de Rosario Pumarejo, distinguida dama del Valle de Upar. Se entiende que con el tiempo fuera agricultor y ganadero en su finca “El Diluvio”, cerca de la capital del Cesar, a donde llevó el primer tractor que conoció la región y con el correr del tiempo el primer gobernador del recién creado departamento. Nada es de extrañar en su siguiente afirmación: “Yo soy experto en tres cosas: en música de mi provincia de Valledupar, en películas mexicanas y en trucos santistas”.
Consulte aquí: Los 8.420 trinos de Petro: en su segundo año en el poder aumentó su actividad en un 40%
López Michelsen comienza su quehacer político con banderas que podrían sintetizarse diciendo que buscaba el hilo perdido de la Revolución en Marcha. Para ello creó con una pléyade de jóvenes figuras de la intelectualidad colombiana el Movimiento de Renovación Liberal que luego pasó a llamarse Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), al tiempo que dirigía el semanario llamado “La Calle”, posteriormente “La Nueva Calle” y finalmente “Izquierda”. Esos semanarios le sirvieron de trinchera intelectual y política, aunque lo que él llamó “la mano negra” trató de asfixiarlos económicamente quitándole todos los avisos.
En 1.967 se produce la unión Liberal, “Después de matrimonio previo”. Al respecto le encantaba traer a cuento la anécdota del novio que terminó siendo Napoleón III cuando cortejando a Eugenia de Montijo le preguntó a ésta en su palacio: “¿Y dónde queda su alcoba?” y ella respondió: “Después de la capilla”.
La unión Liberal fue pues fruto de la síntesis entre el proyecto de reforma constitucional presentado en 1.966 por Alfonso Gómez Gómez en nombre del MRL y del cual había sido autor principal el líder del movimiento, y el proyecto del gobierno Lleras Restrepo. Se discutieron simultáneamente bajo la dirección del doctor Darío Echandía, presidente de la Comisión Primera del Senado.
Otras noticias: Lo que se está jugando Petro para sostener su proyecto progresista más allá de 2026
Después de la unión, Alfonso López fue designado gobernador del Cesar y meses después ministro de relaciones exteriores. En esta condición le tocó recibir a Pablo VI, que como pastor visitaba a sus ovejas colombianas.
No le quedaba a Alfonso López para culminar su carrera política sino la Presidencia de la República. Queríamos que llegara con el apoyo del doctor Carlos Lleras quién alcanzó a proclamar su candidatura en una manifestación Liberal en Palmira. Desafortunadamente le tocó derrotarlo en la Convención de junio de 1.973, pues el doctor Lleras resolvió aspirar también. Era el día 30, cumplía años. Por la tarde, antes de salir para la Convención me dijo: “Me duele ser el verdugo de Carlos Lleras”. Tenía las cuentas hechas y sabía que derrotaría al expresidente. El resultado fue de 162 votos a su favor contra 88. Esta cifra incluye su voto pues en la Convención lo depositó por el doctor Carlos Lleras y éste por el doctor Echandía que no era candidato.
Era un enamorado de lo colombiano: “Yo no resisto a la tentación de repetirme en el amor por la autenticidad colombiana… una ambición de rescatar los valores colombianos, de elevarlos, de crear la solidaridad social a base de hacer aflorar a la superficie todo lo colombiano” … Su padre había escrito en su célebre discurso de la Universidad Nacional ya casi al borde del sepulcro: “Bendigo la Providencia que me deparó por campos de acción este suelo fecundo y por conciudadanos a mis compatriotas”.
En cuanto a su Presidencia, nada mejor para demostrar el éxito económico de su cuatrenio que acudir a las mediciones que hace José Ignacio López G. en “Carta Financiera, ANIF, No.125 Diciembre 2.003″, con base en el Índice Okun corregido con los aportes de Barro, ambos eminentes economistas americanos, el cual arroja como resultado que el suyo fue el mejor respecto de los once Presidentes medidos en cuanto a desempleo, inflación y crecimiento:
Cuadro. 1. Ranking de la gestión económica.
Periodo Presidente Puesto*
1974-1978 Alfonso López 1
1966-1970 Carlos Lleras Restrepo 2
1990-1994 César Gaviria 3
1958-1962 Alberto Leras Camargo 4
1998-2002 Andrés Pastrana 5
1982-1986 Belisario Betancur 6
1994-1998 Ernesto Samper 7
1986-1990 Virgilio Barco 8
1978-1982 Julio César Turbay 9
1962-1966 Guillermo León Valencia 10
1970-1974 Misael Pastrana 11
*De acuerdo al índice de Okun. Cálculos del autor.
Volvió a aspirar a la Presidencia de la República en el año 82. Desafortunadamente para Colombia, en mi opinión, ni él ni el doctor Carlos Lleras después, pudieron repetir mandato. En su lugar lo fue el doctor Belisario Betancur. Y en el del doctor Lleras, el doctor Julio César Turbay.
(Vea aquí todas las notas sobre los dos años del presidente Gustavo Petro en el poder)
En los últimos años de su vida una de sus preocupaciones esenciales fue el tema de la paz, habiendo siempre prestado su concurso para alcanzarla. Y valga la pena recordar que la paz fue su bandera principal en la campaña presidencial del 82.
Fue un apóstol del Derecho Internacional Humanitario cuya aplicación reclamaba tanto al Gobierno como a las guerrillas. Ambos estaban obligados a cumplirlo. El Congreso incorporó en 1.995 a la legislación nacional el “Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1.949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional”. No sólo actuó cada vez que tuvo oportunidad en función de él para aliviar las penalidades de los combatientes y de la población civil, mientras se lograba la paz tan esquiva entonces como ahora, sino que son innumerables sus columnas explicándolo y reclamando su aplicación.
7 de agosto 2.024
👁🗨 Conozca cómo votan los senadores y representantes a la Cámara en ‘Congreso a la mano’.
👉 Lea más sobre el Congreso, el gobierno Petro y otras noticias del mundo político.
✉️ Si tiene interés en los temas políticos o información que considere oportuno compartirnos, por favor, escríbanos a cualquiera de estos correos: hvalero@elespectador.com; aosorio@elespectador.com; dortega@elespectador.com; dcristancho@elespectador.com; mbarrios@elespectador.com ; lbotero@elespectador.com o lperalta@elespectador.com.