Alto turmequé: de almuerzos, poderes y preocupaciones

¿Tendiendo puentes?

Muchas especulaciones se escucharon entre los asistentes a la celebración de los 10 años al aire del programa Los Informantes, de Caracol Televisión, esta semana, cuando en un momento se vio en una esquina al asesor de temas económicos del presidente Gustavo Petro, Juan Fernández, conversando largo con el recién elegido alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. ¿Tendiendo puentes? ¿Pacto de no agresión? ¿Mejor que no se enteren en Palacio? Solamente ellos dos saben lo que hablaron.

A manteles

En el mismo almuerzo en el restaurante La Brasserie, norte de Bogotá, el político que más llamó la atención fue el nuevo alcalde de Tunja, el profesor de origen ruso Mikhail Krasnov. Agradeció porque un reportaje de Los Informantes lo hizo más conocido en la capital de Boyacá y luego de pasar por todas las mesas del lugar para responder saludos y posar para fotos, escapó a un rincón para disfrutar de un postre de chocolate. “Como ahora soy alcalde, no puedo comer tranquilo como me gusta”, dijo. En otras mesas estaban la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y los exalcaldes capitalinos Enrique Peñalosa y Jaime Castro.

Poderoso

Ahora que pasaron los torbellinos de las elecciones regionales del pasado 29 de octubre, y con la inminente salida de Alexánder Vega como registrador nacional -en diciembre próximo-, los ojos están puestos en quién será elegido como su reemplazo. En esa tarea están los presidentes de las cortes Suprema y Constitucional, y del Consejo de Estado. Pero hay alertas porque el funcionario saliente quiere que alguien de su cuerda sea el ungido y, más allá de lo político, es por el poder que se maneja. Esta semana se habló en los pasillos del Palacio de Justicia y del Congreso de datos claves: los comicios locales y generales de 2022 y 2023 tuvieron procesos de contratación por US$935 millones y la gran mayoría se evacuó, acudiendo al pretexto de la seguridad nacional, a través de modalidades abreviadas. Además, alrededor de 1.000 de los más altos cargos de la Registraduría los nombra directamente quien lidera la organización electoral.

Al rojo vivo

La elección del próximo registrador está al rojo vivo. Tras varias turbulencias presentadas durante el concurso, como la caída del sistema en el examen de conocimientos, el reajuste de preguntas mal formuladas y la lluvia de tutelas, los presidentes de la Corte Suprema, el Consejo de Estado y la Corte Constitucional llamarán en los próximos días a entrevista a las 10 personas que sacaron el mayor puntaje en las pruebas de conocimiento, formación profesional, publicaciones y experiencia. Hasta ahora van liderando la carrera Virgilio Almanza (con 511 puntos), José Joaquín Vives (con 500 puntos) y Leonardo Augusto Torres (con 490 puntos). Pero varias organizaciones de la sociedad civil, como la MOE, han pedido a los magistrados Fernando Castillo, Jaime Enrique Rodríguez y Diana Fajardo que transmitan públicamente las entrevistas en aras de garantizar una mayor transparencia en la elección de uno de los cargos más importantes y apetecidos en el Estado colombiano.

Preocupación

La cuestión es que no se repita la historia del actual registrador Alexánder Vega, quien fue el último en la lista por sus puntajes en las pruebas de conocimiento y hoja de vida, pero que en la entrevista con los magistrados de las altas cortes a puerta cerrada obtuvo un puntaje perfecto que lo llevó a ser escogido. La gran mayoría de entrevistas o presentaciones, previas a las elecciones de altos cargos, se hacen de forma pública, como los magistrados de la Corte Constitucional en el Senado, la terna para la Fiscalía ante la Corte Suprema y los candidatos a magistrados de la Corte ante la Sala Plena de ese alto tribunal. A propósito del registrador saliente, esta sección confirmó que hace pocos días tuvo un encuentro social con el presidente de la Corte Fernando Castillo. ¿De qué habrán conversado?, se preguntan todos, pues Vega es muy amigo de dos candidatos que están disputándose el cargo de registrador: Virgilio Almanza y José Darío Castro.

Fuerte oposición

En el Congreso se gestó esta semana, y va para largo, una especie de coalición no formal de oposición cuyos integrantes sostienen reuniones, se mandan mensajes de Whatsapp y buscan impulsar proyectos juntos. Solo en la Cámara, donde ya comenzaron a moverse formalmente y desplegaron toda una estrategia de bloqueo -hasta ahora exitosa- a las iniciativas de la Casa de Nariño, suman al menos 64 de las 187 curules que hay en esta instancia con solo cuatro partidos: Centro Democrático, Cambio Radical, Liga Anticorrupción y Partido Conservador. No tienen una cabeza visible, pero ya se comparten fotos posando en las plenarias después de algunas victorias, como la que obtuvieron en la última plenaria frenando el segundo debate de la reforma a la salud. El Ministerio del Interior les sigue el paso, porque si suman otra colectividad como aliada harán mayoría y ahí sí el gobierno de Petro perdería todo margen de maniobra.

De golpe en golpe

Esta semana la Corte Constitucional le dio un nuevo batacazo a la Casa de Nariño por cuenta de los decretos de emergencia económica en La Guajira. El decreto, que ordenaba a cada hogar de estratos 4, 5 y 6 pagar $1.000 y a cada empresa $5.000, se cayó con efectos retroactivos. Esto significa, ni más ni menos, que el Gobierno deberá devolver todo lo recaudado en las próximas facturas. Otro que no alcanzó ni siquiera a ser nombrado por el Ejecutivo como gerente del Instituto de Gestión del Agua de La Guajira fue el pastor Alfredo Saade. En virtud del decreto que tumbó la Corte, el aliado del petrismo se quedó viendo un chispero.

Pendiente

Y hablando de la Corte Constitucional, en la agenda de esta semana está el estudio de la norma de la reforma tributaria que no permite deducir de la base gravable de la renta el volumen de las regalías pagadas por los exploradores petroleros. Si se cae esta norma, el golpe será de casi $4 billones menos de ingresos tributarios. Una discusión que tiene al alto gobierno y a los empresarios con los pelos de punta y a la expectativa de esta decisión trascendental.

Oscuro panorama

En el círculo más cercano del presidente Gustavo Petro se comenzó a escuchar esta semana, con cierto tono de desilusión, que 2024 tampoco sería el año en el que su administración, bajo el sello de la ahora maltrecha paz total, se dé un acuerdo definitivo o al menos irreversible con el ELN. Y no solo por el secuestro de 13 días de Luis Manuel Díaz, padre del jugador Luis Díaz, ni por los otros 30 plagiados que algunas fuentes de inteligencia dicen que esa organización ilegal tiene en su poder y menos, aunque también, por la negativa de sus voceros de hablar de desarme o justicia transicional para su desmovilización. La razón es que el otro año cumplirá 60 años de actividades delictivas y desde ya se prendieron todas las alertas para evitar que las lastimosamente tradicionales acciones terroristas de cada aniversario se vuelvan otro golpe desde el orden público a la mesa de negociación.

Cinismo

Dos trinos destemplados del comandante del ELN, Antonio García, el pasado viernes revelan también las dificultades para avanzar en la negociación con ese grupo ilegal. En esencia señaló que con la liberación del padre de Luis Díaz esa guerrilla “cumplió con la familia y con Lucho”, como si hubiera que agradecerles esa libertad, y que en materia de secuestros nada se había conversado en la mesa de negociación sobre “retenciones económicas, políticas o judiciales”. Para muchos, en medio del repudio nacional e internacional que causó el plagio del papá del jugador de la selección Colombia, el ELN sigue atrincherado en discursos recalcitrantes e inamovibles y sin hacer gestos que permitan recuperar la confianza de la ciudadanía en una mesa que hoy está en crisis.

MICROLINGOTES

Por ÓSCAR ALARCÓN NÚÑEZ

Con el ELN, que cese el juego.

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Tal parece que el comisionado de paz, ni Rueda ni truena.

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El presidente Petro se declaró adicto al tinto, afortunadamente no al perico.

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El gran derrotado de los pasados comicios fue Juan Manuel Galán... ya no puede aspirar.

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En el Congreso hay mucho mico... tráfico.

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Las siliconas de Gustavo Bolívar no encajaron.

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