Distanciados
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Según el precandidato presidencial Alejandro Gaviria, la reunión que sostuvo el lunes pasado en el Metropolitan Club con los miembros de la Coalición de la Esperanza “no salió bien”, pues no encontró “ánimos de unión”. Sin embargo, desde esa otra orilla cuentan que el exministro de Salud llegó y lo primero que dijo fue: “Solo tengo una hora”. Y que fue él quien les notificó que no le interesaba y descartaba su llegada a la Coalición, que lo que quería era ir a una consulta en marzo, aunque no habló de las reglas de juego para ella. Además, Gaviria habría dejado en claro que no piensa tomar distancia del Partido Liberal y su director, el expresidente César Gaviria, al ratificar la postura de que es inconcebible un triunfo electoral alejado de los partidos tradicionales. Sergio Fajardo, sin embargo, asocia que el tema Hidroituango, donde está procesado fiscalmente, ha sido movido tras bambalinas por César Gaviria, muy cercano del contralor Felipe Córdoba. Y algo más: se dice que la exministra María Ángela Holguín, actual pareja de Fajardo, tampoco puede ver al expresidente ni en pintura. Aunque la Coalición de la Esperanza mantiene su postura de seguir conversando, la verdad es que cada vez se ven más lejos.
La CPI
Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional, tras ser elegido con el voto de Colombia, vino a anunciar que cerraba la investigación preliminar por falsos positivos en el país. Luego de sus reuniones con la JEP y la Corte Constitucional, que pidieron aplazar la dura decisión, al final el presidente Duque celebró esta victoria diplomática. El lío es que la Fiscalía de la CPI podría reabrir el caso si no se respetan las decisiones de la JEP o el Gobierno desconoce el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que contempló el Acuerdo de Paz. Las víctimas del conflicto temen que este giro pueda repercutir en la impunidad de miles de procesos.
El candidato
Este miércoles el Consejo de Estado por fin integrará la terna para reemplazar al magistrado Alberto Rojas en la Corte Constitucional. Los tres más opcionados serían Miguel Polo, Natalia Ángel y Álvaro Motta, que es el candidato de la Casa de Nariño. Héctor Riveros, que es un estupendo constitucionalista, sería descartado al final, a pesar de sus buenos amigos juristas, por su continua exposición de opinión en Mañanas Blu, donde es panelista. Si llega Motta a la Corte se daría un giro en las mayorías liberales de ese alto tribunal.
Caso Uribe
A propósito de la Corte, es muy probable que esta semana haya humo blanco sobre el caso del expresidente Álvaro Uribe. Como se sabe, los abogados del exmandatario interpusieron una tutela que busca quitarle la calidad de imputado a su cliente, investigado en su momento por la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia por fraude procesal y soborno. Tras su renuncia al Senado, su expediente pasó a la justicia ordinaria y recuperó su libertad, pero desde entonces ha habido controversia sobre si las pruebas que recogió la Corte pueden ser usadas, así como las consideraciones de los magistrados en la medida de aseguramiento. El proceso le correspondió al magistrado Alejandro Linares, quien presentó una ponencia respaldando lo hecho por la Corte Suprema. El tema es que, todo indica, dicha ponencia será derrotada. Si esto ocurre, la Fiscalía, sin la intervención de un juez, podría cerrar definitivamente el caso.
La fractura
Este episodio de división en la Corte Constitucional podría generar una fractura en las buenas relaciones entre los magistrados. De hecho, estas cuentas del caso Uribe podrían tener efectos en otros expedientes muy sensibles que analiza la Corte, como el aborto, la reforma a la justicia, el Código Electoral y las facultades judiciales de la Procuraduría. El magistrado Linares estaría tratando de buscar fórmulas jurídicas para allanar este camino pantanoso o para encontrar una fórmula intermedia, pero el miércoles 3 de noviembre es probable que el uribismo celebre a rabiar.
Mal parado
Camilo Gómez, director de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, terminó muy mal parado con el caso de la periodista Jineth Bedoya. A muchos no se les olvida el desaire de Gómez en plena audiencia cuando recusó a los jueces internacionales y los acusó de tener un sesgo. Pero, además, en septiembre anunció que el Estado había ganado un litigio internacional promovido por la multinacional Eco Oro por cuenta de las prohibiciones a la minería que impuso la Corte Constitucional para proteger el páramo de Santurbán. El lío es que, en realidad, Colombia fue condenada por el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias con sede en Washington por violación del estándar de “trato justo y equitativo” y en los próximos días se conocerá el monto de los daños que el Estado deberá pagar.
Dololed
A los líos administrativos y judiciales que tiene el laboratorio Pronabell, fabricante y distribuidor del producto Dololed (cuyos hallazgos de diclofenaco como ingrediente oculto fueron denunciados en estas páginas), acaba de sumarse otro proceso. El Juzgado 40 Civil del Circuito de Bogotá acaba de admitir una acción de grupo contra esa compañía por este episodio y, además, citó a la Fiscalía para que intervenga en este proceso, así como la Defensoría del Pueblo. La acción de grupo pretende una indemnización de $63.000 millones, cifra que el laboratorio reconoció como el valor total de las ventas de su producto Dololed en los últimos años en Colombia.
El ropero de Gabo
Fue noticia mundial la subasta de vestidos de Gabriel García Márquez por sus nietos, como parte de una campaña en beneficio de la niñez indígena en México. Nos contaron que las más solicitadas fueron las clásicas chaquetas escocesas del fallecido Nobel de Literatura, con las que evadía las ceremonias formales en las que le exigían corbata o esmoquin. Una aversión que reveló así en “Vivir para contarla”: “Yo tenía unos ocho años en Aracataca cuando vi en un periódico la foto impresionante del cadáver embalsamado de Enrique Olaya Herrera, un antiguo presidente de Colombia que había muerto en Roma, y había sido expuesto en cámara ardiente durante varios días en el Capitolio nacional. Lo que más me impresionó fue que estaba vestido de etiqueta. Desde entonces pensé que esa clase de ropa solo se usaba para exhibir a los muertos ilustres, y aquella idea se me convirtió para siempre en una superstición”.
MICROLINGOTES
Por ÓSCAR ALARCÓN NÚÑEZ
“Yo me llamo Álvaro Uribe”, Duque.
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Maduro se pregunta: “¿Quién pidió Pollo?”.
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En la próxima encuesta, vote si, Anatolio.
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Gracias a la Corte Penal Internacional pasamos al JEP set.
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Uribe no busca candidatos sino cándidos.
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El candidato del gobierno para la Corte Constitucional se nota, perdón se Motta.
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