Alto turmequé: de paternidades, acuerdos y cartas

Paternidad I

Vladimir Fernández Andrade es y seguirá siendo hasta diciembre de este año el secretario jurídico de la Casa de Nariño, aunque ya fue elegido nuevo magistrado de la Corte Constitucional en reemplazo del saliente Alejandro Linares, cuyo período acabará ese mes. Pero con la victoria se revivió una vieja historia de un hecho de su juventud: un problema de paternidad que fue llevado a la Corte Suprema de Justicia. En el documento que empezó a circular tras la victoria del abogado huilense se le acusa de no reconocer a una menor de edad y de haber golpeado a la madre al enterarse de su embarazo. Los hechos que narra el documento de 2012 refieren que contra Fernández inició un proceso para que respondiera por la paternidad, pero que supuestamente se escondió de la justicia por años. Cuando el caso llegó al alto tribunal, Fernández trató de tumbarlo, porque, según él, nunca se le notificó y la madre de la niña entregó información falsa de su dirección para que no pudieran ponerlo al tanto. Sin embargo, la Corte ordenó que se practicara la prueba de ADN para definir si Fernández era o no el padre.

Paternidad II

Después de ordenar las pruebas de ADN, la persona que comenzó el proceso contra Fernández desistió de la demanda, es decir, pidió se cancelara todo. Ese hecho ocurrió en 2017, y hasta la fecha no se supo qué pasó con el proceso ni con el resultado de la prueba. Sin embargo, en la Notaría Tercera de Neiva, Huila, reposa una declaración juramentada de la madre de la menor, en la que asegura que todo lo dicho en contra de Fernández Andrade era mentira y que los supuestos hechos de violencia nunca ocurrieron. Ese documento tiene también la respuesta sobre la paternidad del ahora magistrado electo: sí es el padre de la niña. En el documento se lee que, cuando se conoció el resultado positivo de las pruebas, Fernández aceptó inmediatamente su responsabilidad y, señala el papel, el próximo magistrado hoy en día tienen una sólida relación de padre e hija.

Acuerdo en marcha

De forma sigilosa, y buscando que la exposición mediática no afecte de alguna manera el proceso que viene andando hace algunas semanas, delegados de la Casa de Nariño y cacaos empresariales y gamonales políticos -de diversas tendencias- han venido dialogando para tender puentes en torno a la propuesta de lograr un acuerdo nacional. Los acercamientos se han hecho de forma independiente y, según fuentes enteradas, ya hay luz verde en algunos aspectos, al punto que -tras las elecciones del próximo domingo- se podría comenzar a mirar una fecha (en noviembre) para anunciar qué se acordó y cómo se ejecutaría esa propuesta que viene promoviendo el presidente Gustavo Petro. Hace un mes, asunto que pasó muy de agache en la agenda mediática, el propio jefe de Estado dialogó con empresarios de la talla de Alejandro Santo Domingo, Carlos Julio Ardila y Luis Carlos Sarmiento padre e hijo; fueron charlas informales, pero en Palacio dijeron que eso ayudó a destrabar todo. Tras las regionales, el foco estará en convencer a los jefes políticos a los que mejor les vaya en esa cita a urnas para que se sumen a esta apuesta.

Justicia transicional

Algunas personas a las que el Gobierno suele consultar con frecuencia en asuntos de paz le han venido recomendando que busque el espacio para que, en la mesa de diálogo con el ELN -tal vez la que más ha avanzado en medio de la apuesta de la llamada “paz total”-, se comience a hablar de justicia transicional. La razón es que este, junto al desarme, puede ser el tema más álgido de la negociación, pues aún no es claro si la Casa de Nariño buscará o no ampliar las facultades de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para que el ELN tenga cabida, tema que ya se ha esbozado en algunas reuniones del Ejecutivo, y si esa guerrilla, que en 2024 cumplirá 60 años de existencia, tendría disposición de someterse a esa órbita o si abogaría por algo diseñado para sus militantes. No es un asunto menor y, de acuerdo con las recomendaciones y tras casi un año de haber retomado los diálogos, ya es momento de abrir el debate. Otra duda es si en el ciclo que falta por realizar en este 2023 habrá alguna mención.

De carta en carta

El senador Miguel Uribe, una de las voces de la oposición que más exposición mediática ha tenido en el último semestre y quien busca mayor relevancia dentro del Centro Democrático -partido al que llegó hace unos años por invitación del expresidente Álvaro Uribe-, está en una férrea campaña internacional para advertir que, según él, en Colombia la libertad de prensa está en riesgo por cuenta del gobierno del presidente Gustavo Petro. Esto, por supuesto, lo niegan tajantemente el jefe de Estado y la Casa de Nariño, pero el congresista en solo una semana remitió más de 100 comunicaciones a igual número de asociaciones y fundaciones internacionales de prensa para que, de acuerdo con sus argumentos, se ponga la lupa sobre lo que pasa en el país. Incluso, hace 15 días, dejó una constancia en ese sentido en la plenaria del Senado. Aún no es claro qué tanto eco tendrán sus misivas, pero él mismo advirtió que seguirá insistiendo hasta tener alguna respuesta.

Discusión clave

El más reciente informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP) expresa con preocupación que Colombia está retrasada en el cumplimiento de la Agenda 2030, llegando a un 60,2 % de efectividad. Este es un llamado de atención para alinearnos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y enfocar esfuerzos públicos y privados para alcanzar la meta propuesta por el presidente Gustavo Petro. Uno de los aspectos que trabajan en este objetivo es la inversión de impacto, la inyección de capital con miras a generar bienestar social y medioambiental. Por primera vez en Colombia se planteará una discusión sobre esta financiación y cómo diferentes sectores pueden sumarse a esta tendencia, de la mano del Consejo Nacional Asesor de Inversión de Impacto en Colombia (NAB, por su sigla en inglés) el 2 de noviembre en la Cámara de Comercio de Bogotá.

Realismo mágico

En Montevideo se celebró por partida doble el reciente juego entre Colombia y Uruguay por la eliminatoria al Mundial de Fútbol. Esto porque coincidió con la apertura de la instalación artística Expo Macondo, un homenaje a la obra del nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez. Allí se recordó a sus amigos uruguayos como el escritor Carlos Martínez Moreno, de quien Gabo se reía por subirse a los aviones con el mismo ejemplar casi desbaratado de Madame Bovary, pues era su método y fetiche contra el miedo a volar, que también atormentaba al autor colombiano. Claro, también se evocó al crítico literario Ángel Rama, uno de los responsables de la fama mundial de Cien años de soledad. Y a ritmo de buen mate, se habló de los golazos de James Rodríguez.

MICROLINGOTES

Por ÓSCAR ALARCÓN NÚÑEZ

A Petro le pusieron una franja de gaza en la rodilla y el MinTIC creyó que le hablaban de Israel.

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El presidente se accidentó, por meter la pata.

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Sobre la guerra deberían dar unos cursos para que la gente se medio oriente.

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La cura de la Guajira estará en manos de un pastor, Alfredo Saade.

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Al cementerio central de Bogotá lo cerraron por duelo.

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El jurídico de Palacio quedó ex ternado, porque salió electo. Y llegó a la Constitucional.

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