Tensión y ajustes
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La reedición de la pelea entre la canciller Laura Sarabia y el ministro del Interior, Armando Benedetti, desató de nuevo un caos en el gabinete, que tiene al presidente Gustavo Petro analizando decisiones. Si bien la declaratoria de la emergencia sanitaria por la fiebre amarilla y su campaña por una consulta popular para que el progresismo mida fuerzas en urnas le dieron ventaja en el relato público, los nuevos dardos entre Sarabia y Benedetti generaron que la atención otra vez se ponga sobre la “guerra fría” que hay en la Casa de Nariño. Varias fuentes de Palacio confirmaron que el jefe de Estado ya expresó su molestia y que es cuestión de días para que tome una postura que le permita hacer el respectivo control de daños. La duda es si en alguna de esas dos carteras habrá nuevos relevos.
Cartera acéfala
Y siguiendo con el gabinete, y la falta de cohesión que hay entre varios de sus integrantes, aún está pendiente que se dé la designación de un ministro de Comercio en propiedad. Si bien Cielo Rusinque viene liderando esa cartera bajo la figura de encargo, pues además está al frente de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), la itinerancia de ese puesto tiene un impacto político. El sector del Partido Liberal que aún apoya al Ejecutivo envió varias hojas de vida, pero hasta el momento ninguna convence al presidente Petro. Además, la minirreforma laboral que esta colectividad radicó en el Congreso podría impactar en la decisión sobre esta representatividad burocrática, pues de lograr apoyos en el Capitolio podría desinflar la consulta oficialista, algo en lo que el mandatario no quiere ceder. Otro punto de tensión palaciega.
Buscando plata
En el alto Gobierno, en especial en los equipos que conducen las políticas de la llamada paz total –estancada en varios frentes por el accionar de las narcobandas rurales y urbanas que han buscado acercamientos con el Ejecutivo e igual siguen delinquiendo–, hay una creciente preocupación por la falta de recursos para la implementación de procesos, como la sustitución de cultivos de uso ilícito. La razón es que una parte importante de esos fondos provenían de Usaid y, tras la decisión de la administración del republicano Donald Trump de cerrarla, el golpe se ha sentido en diversos países, incluyendo Colombia. Fuentes oficiales confirmaron que la duda está en cómo darles viabilidad a los acuerdos que se lograron en ese campo en regiones de Nariño y Putumayo con la disidencia elena que se autodenominó Comuneros del Sur y con la que surgió de la Segunda Marquetalia (de alias “Iván Márquez”) y que se erigió bajo la chapa de Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano. La comunidad internacional también está revisando el tema para evitar que se frustren los avances, a través de embajadores que vienen reuniéndose con algunos ministros.
Sin marco
En esta misma línea de los asuntos de negociación con ilegales, reporteros de este diario estuvieron indagando sobre la viabilidad de que se presente o no algún marco legal que dé espacio a la entrega de armas de alguno de los grupos que están dialogando con el Gobierno, en especial por los vacíos jurídicos que el propio Ejecutivo ha reconocido. Y aunque El Espectador contó en su momento que la extensión de Justicia y Paz podría ser una vía, ya que en este 2025 se culmina su vigencia, y hay un proyecto de ley andando en el Congreso para ampliarla, lo cierto es que ante el ambiente adverso en el Capitolio no le ven futuro. Por eso, en un documento que la Oficina del Comisionado de Paz le envió al Legislativo se dijo esto: “La presentación de una iniciativa legislativa al respecto no está contemplada en este momento”.
El retorno
El Gobierno viene sosteniendo acercamientos con delegados del mecanismo de cooperación internacional contra el lavado de activos, que se conoce como Grupo Egmont, del cual Colombia fue suspendida por revelar información confidencial cuando el presidente Gustavo Petro quería buscar responsabilidades sobre el software espía de origen israelí llamado Pegasus. Ese bloqueo al país se dio en septiembre pasado y afectó la lucha contra la ilegalidad, ya que se impide el acceso a datos confidenciales a nivel global. Sin embargo, desde el Ejecutivo confirmaron que los diálogos van por buen camino y que en mayo próximo podría darse el levantamiento a ese veto. Tanto la Casa de Nariño como autoridades judiciales de diversos niveles esperan que la respuesta sea positiva.
Efecto sueco
Quienes se quejaron por el anuncio oficial de la multimillonaria compra de un escuadrón de aviones supersónicos Saab 39 Gripen a Suecia en tiempos de crisis fiscal, es probable que tengan un motivo adicional, porque el Gobierno Nacional estudia la posibilidad de comprar uno o dos robots submarinos, también fabricados en ese país europeo, para culminar la fase de exploración del galeón San José y proceder a sacar a la superficie los primeros objetos de la embarcación hundida en inmediaciones de las Islas del Rosario en 1708. Esto porque el robot Lynx, operado a control remoto desde un buque militar colombiano, fue vital para la expedición que hizo el año pasado la Armada Nacional junto a expertos del Ministerio de las Culturas y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), y permitió la prospección arqueológica previa a la intervención del naufragio. Se habla de un costo de varios millones de dólares, que incluiría asesoría científica para que la carga, sean vajillas, monedas o lingotes, pueda ser conservada y estudiada en un laboratorio de la Armada en Cartagena.
De exposición
Por estos días el famoso semanario “The New Yorker” celebra su centenario de fundación con una exposición en la Gran Manzana, en la que incluye documentos curiosos, como una carta del 15 de julio de 1981, enviada al escritor Gabriel García Márquez y firmada por Roger Angell, editor de ficción, en la que le informa que no publicará uno de sus cuentos. “Creo que Carmen Balcells le ha informado que, no sin pesar, hemos decidido no publicar su nueva historia ‘El rastro de tu sangre en la nieve’. La historia se caracteriza por la acostumbrada genialidad de su escritura, pero a nuestro modo de ver la resolución no lleva al lector a aceptar su osado y bello concepto. Esta fue una decisión difícil para nosotros, y le mando nuestras disculpas. Esperamos con gran expectativa tener el placer de considerar más trabajos suyos en un futuro próximo”. Para críticos y amantes de la literatura esa decisión fue incomprensible, más cuando el 21 de octubre de 1982 la Academia Sueca le concedió al cuentista y novelista colombiano el Premio Nobel de Literatura.
MICROLINGOTES
Por ÓSCAR ALARCÓN NÚÑEZ
No había derecho a que Petro tuviera tres horas y hubiera un solo Minuto de Dios.
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Emilio Tapia va a cumplir la pena en un centro poblado.
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Entre ser vil y servil solo hay un espacio de diferencia.
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Petro y Claudia siguen peleando. Deben resolver el problema por Lo.... sano.
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En el Ecuador “¿Será que me Quito?”: Correa.
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La novela latinoamericana está de luto. Vargas Llora.
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Por Redacción de El Espectador
