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Álvaro Gómez Hurtado, “fundamental”

Tras 30 años de promulgada la Constitución de 1991, recordamos a 10 destacados constituyentes que no nos acompañan hoy, pero que aportaron sus ideas a la construcción de la norma de normas que rige la vida política, social y cultural de Colombia.

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20 de febrero de 2021 - 02:10 a. m.
Álvaro Gómez Hurtado
Álvaro Gómez Hurtado
Foto: Archivo
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La participación de Álvaro Gómez Hurtado en la Asamblea Nacional Constituyente, como copresidente, se puede calificar como una paradoja. En ese escenario compartió lugar con Antonio Navarro Wolf, miembro del M-19, guerrilla que había secuestrado al líder conservador tres años atrás, en 1988. Ese hecho, posiblemente, fue el iniciador de la idea de Gómez Hurtado de llevar a Colombia hacia una transformación estructural.

Sin duda, fue uno de los más destacados líderes políticos del siglo XX en Colombia y tanto la constituyente como su producto final, la Constitución Política de 1991, pudieron ser en ese momento, incluso hoy, lo que siempre planteó para Colombia a través de su conocido “acuerdo sobre lo fundamental”.

Perdió las elecciones en 1990, pero de esa campaña electoral salió fortalecido el Movimiento de Salvación Nacional (MSN), que fundó, del que fue cabeza de lista, que lograría 11 curules en la Asamblea Nacional Constituyente y, además llegaría con la fuerza necesaria para llevarlo a ser copresidente de ese escenario. Al ser un político de larga trayectoria, con el talante presidencial sobre sus espaldas, por supuesto que el líder conservador llegó a tirar línea en las sesiones que se desarrollaron durante cinco meses en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, den Bogotá.

La marca de Gómez en la Constitución de 1991 quedó puesta, de manera especial, en los aspectos de justicia. La creación de la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo, el Consejo Superior de la Judicatura o el sistema acusatorio terminaron convirtiéndose en el reflejo de su deseo por la modernización de la justicia.

Fue autor de cuatro proyectos que quedaron inscritos en varios artículos de la Constitución del 91, la buena fe con la que deberán ceñirse las actuaciones de los particulares y las autoridades públicas; lo referente a los derechos reglamentados; el derecho a gozar de un ambiente sano y la obligación del Estado de protegerlo; o las responsabilidades que recaen sobre los funcionarios públicos por omisión o extralimitación de las funciones. Alrededor de esas ideas trabajó desde la Comisión IV de la Constituyente.

Para muchos, un hombre de convicciones. Otros más complejizan sobre su personalidad. “Digo que sus propuestas fueron exóticas porque Gómez Hurtado quería darles altura ética y altura intelectual a los debates sobre la existencia, el mundo, las ideas, el destino, la historia, la política, en fin. Decía que había más conservatismo que Partido Conservador. Hoy ya no queda ni una cosa ni la otra”, lo ha descrito el profesor José María Baldoví.

Sus aportes directos se cuentan, pero en los que participó de manera indirecta quedaron regados por la Carta Magna, de cuyos principios no pudo ser un testigo activo en su cumplimiento pues fue asesinado cuatro años después de su promulgación, el 2 de noviembre de 1995, cuando justamente salía de una clase de historia de la Constitución que impartía en la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá. Un crimen que hoy reivindican los antiguos combatientes de las Farc.

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