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El ataque del ELN del miércoles pasado dejó un triste balance: nueve soldados fallecidos y otros nueve heridos en El Carmen, Norte de Santander. No podría ser más lamentable. Por las vidas perdidas de tantos jóvenes, y por sus efectos sobre la sicología colectiva en un país que estaba ilusionando por las expectativas que había generado el nuevo gobierno. El discurso de la paz total, pronunciado además por un mandatario como Gustavo Petro -ex M-19, elegido por la izquierda, progresista y apoyado por sectores del electorado diferentes a los tradicionales- había ilusionado a amplios sectores, en el país y en el exterior. (Recomendamos: Lea el análisis de Rodrigo Pardo sobre el impacto de la caída de la reforma política de Petro).
Porque Petro, en verdad, había sido generoso al volver a generar esperanzas de un entendimiento con el ELN, después del carro bomba puesto por este grupo en la escuela general Santander en enero de 2019. Y había alimentado la fe en que su posición ideológica, su trayectoria política y su sensibilidad hacia el tema, podían hacer una diferencia para lograr una disminución en las prácticas de guerra interna (y urbana).
Habrá que ver cómo responde el mandatario, que hasta el momento ha sido parco y cuidadoso. Pero el daño causado es lamentable y además de eso y de las vidas perdidas, genera un enorme desafío para un gobierno que había generado esperanzas de una “paz total”. Petro y el gobierno en general han sido prudentes y cuidadosos en sus actitudes y reacciones, pero en los próximos días se pronunciarán en mayor profundidad. Han generado expectativas de una reacción concreta el lunes próximo.
Y la gran pregunta es si cambiará los ambiciosos planes de paz total. Porque según análisis como el del diario madrileño El País, este ataque del ELN “le hace jaque” a esa política. ¿Significa esto que el nuevo gobierno, desde ahora, tendrá que revisar una de sus banderas principales? Porque si bien el presidente Petro se ha caracterizado por emitir propuestas múltiples sobre muchos temas, la consolidación de la paz parecía ser una de las que más lo ilusionaban. Al mandatario se le notaba confianza en sus esfuerzos por dar un gran paso hacia adelante en la construcción de la paz y su gobierno, en general, se veía optimista sobre lo que podría avanzar en la materia.
Habrá que ver cómo reacciona. El cuatrienio petrista todavía está en pasos iniciales (acaba de cumplir sus primeros seis meses) y un hecho de la magnitud ocurrida obliga a repensar la agenda planteada y los medios para alcanzarla. Lo cual, sin duda, es lo último que desea un presidente que todavía tiene todo por delante y con una agenda amplia, a quien sin duda el asunto de la paz le generaba ilusiones y esperanzas.
Y por supuesto, hay que preguntar a qué juega el ELN. No es la primera vez que actúa de una manera que contradice las ilusiones generales, pero ¿volver a lo mismo de siempre justo cuando hay cambios de rumbo con el gobierno Petro? ¿Justo bajo un gobierno que cree en la “paz total”? ¿Y que pretende cambiar métodos e ideas en el ejercicio del poder? Porque la imagen que proyecta el atentado en El Carmen es la de un grupo incapaz de entender realidades cambiantes y oportunidades nuevas como las que el gobierno Petro todavía puede ofrecer.
Y habrá que hacer un esfuerzo -otro más- para entender a qué juega el ELN. Según declaraciones de Antonio García, la cabeza del grupo, los actos de la semana pasada son respuesta a eventos anteriores en los que el Ejército había actuado en contra de ellos. “El ELN tiene derecho a responder a los ataques”, escribió en Twitter. Pero, ¿cómo no tener en cuenta el momento que atraviesa el país, todavía en el arranque del primer gobierno de izquierda en su historia?
Y habrá que ver qué camino sigue el presidente Petro. ¿Insistir en el diálogo (lo cual puede ser costoso)? ¿Cerrar la comunicación (lo cual puede ser frustrante)? ¿Buscar una prolongación pero con mayor afán (que puede ser difícil de tramitar)? El momento no es fácil para una administración que por su orientación ideológica, sus antecedentes y las primeras acciones del presidente Petro en la materia, claramente tiene fe en que los mecanismos políticos son adecuados para terminar las guerras. ¿Lo cree también para el ELN?
* Periodista y excanciller.