Las prioridades del ministro del Interior, Armando Benedetti, cambiaron en los 20 días que lleva en firme en el cargo. Si el 1 de marzo, cuando salió el decreto que formalizó su nombramiento, llegó con el propósito de garantizar el trámite de las reformas del Gobierno en el Congreso, ahora su tarea mutó para enfocarse en la consulta popular.
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Más allá de la prioridad que tendrá la convocatoria en la agenda del presidente Gustavo Petro, ese viraje también muestra que la relación entre el Ejecutivo -representado por Benedetti- y el Legislativo se encuentra en cuidados intensivos. Por un lado, el ministro ya se concentra en la campaña por el Sí y en conformar los comités regionales para impulsarlo, pasando a un segundo plano la relación con el Congreso, sin dejarla del todo suelta. Y por el otro, enfrenta una moción de censura que, más allá de si resulta o no, muestra la distancia que incluso la Cámara, una corporación que ha sido benevolente con los proyectos del presidente Gustavo Petro, está marcando distancia con el Ejecutivo.
No significa que vaya a quedarse quieto. Este jueves, junto con el ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez, dirigió un consejo de seguridad en Aguachica (Cesar), antes de acompañar al presidente Petro en la entrega de un centro de salud en Los Patios, Norte de Santander. Y el pasado 8 de marzo, también con Sánchez, estuvo en Popayán (Cauca) para un diálogo social que resultó en la liberación de 29 uniformados secuestrados por la comunidad de El Plateado, en el Cañón del Micay.
Solo pasaron 24 horas entre el hundimiento de la laboral en la Comisión Séptima del Senado y la radicación de la moción de censura contra Benedetti, que firmaron 28 representantes de ocho partidos y promovida por José Jaime Uscátegui (Centro Democrático).
Al respecto, el representante, en conversación con este medio, explicó que “le reprochamos al ministro las amenazas al Congreso. Vemos que hay un linchamiento del Congreso por parte del presidente y sus funcionarios y no lo podemos aceptar. A él le correspondería tratar de recomponer las relaciones y el diálogo con el Congreso, pero le está echando es más gasolina”.
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Una de las incomodidades llegó, precisamente, por una declaración del mismo Benedetti. Cuando en la Comisión Séptima del Senado se debatía la ponencia negativa de la reforma laboral -que prosperó, lo que hundió el proyecto-, el ministro de la política aseguró que “no nos importa si se hunde o no se hunde la reforma laboral en el Congreso”. Varios representantes que estuvieron en el recinto de la comisión, para respaldar el proyecto que ya había sido aprobado en la Cámara, manifestaron su incomodidad con el comentario de Benedetti.
Y, en todo caso, aunque reconoce lo complejo de que prospere la moción, el uribista asevera que “es una realidad que el debate se hará. Ninguna moción de censura ha sido avalada, pero lo más importante es que el debate se lleve a cabo”. Resalta, también, que fueran varios partidos y no solo los opositores -Cambio Radical y Centro Democrático- los que se sumaran a la moción.
Ese “no nos importa”, que lo dijo asegurando que ahora la prioridad será la consulta popular, también se ha visto en los pasillos del Capitolio. Los primeros días en su cargo, recorrió el Congreso y se le vio cercanía con parlamentarios incluso críticos del Gobierno, como se vio con la foto publicada por El Espectador del chat con la representante Katherine Miranda (Alianza Verde).
Sin embargo, desde que se aprobó la reforma a la salud -el 6 de marzo-, cada vez se le ha visto menos a Benedetti en el Congreso. De hecho, no estuvo en el debate de la reforma laboral, toda vez que acompañó al presidente en la tarima instalada en la Plaza de Bolívar. Ahora, ello no significa que haya dejado de hablar con los congresistas del oficialismo. Desde el Pacto Histórico confirmaron que el ministro ha conversado, uno a uno, con ellos. Y en el evento realizado por Presidencia en Los Patios, Norte de Santander, se le pudo ver conversando con varios congresistas de la bancada del petrismo.
Pero los vientos que soplan con el resto de los congresistas, incluso con aquellos con los que estuvo negociando para fortalecer la coalición de Gobierno para lo que queda del actual Congreso, son otros. Un representante aseguró que tanto el presidente Petro como Benedetti “romperán con el Congreso, no con su bancada, pero sí con el resto”.
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En ese sentido, habría conversaciones preliminares sobre lo que pasará con la “representación política” que consiguieron partidos, como el Liberal, el Conservador y La U, en el gabinete ministerial, pese a que el remezón apenas terminó con la salida de Diego Guevara del Ministerio de Hacienda.
Según varios parlamentarios, que el Congreso le diera la espalda a la reforma laboral, algo que también ocurriría con la de la salud (que, en el papel, tiene nueve votos en contra en la Comisión Séptima del Senado), llevaría a que pase a un segundo plano en las prioridades del Ejecutivo.
A ello se suma que Benedetti tendrá una nueva responsabilidad, más allá de la interlocución con el Congreso. A partir de ahora, estará al frente de la campaña por el Sí de la consulta popular. Y no estaría solo. Ya el presidente y el ministro habrían conversado con Roy Barreras, embajador de Colombia en Reino Unido, para que regrese al país e impulse también la convocatoria que necesitará de, por lo menos, 13 millones de votos para que sea válida.
De hecho, los congresistas que aún tienen una comunicación directa con Benedetti admiten ese cambio en la postura. “Nos vamos a las calles y a la consulta popular, porque adelantaron las elecciones”, dijo la representante María Fernanda Carrascal, luego de que la Comisión Séptima tumbara la reforma laboral.
Y un congresista del Pacto, que optó por hablar off the record, aseguró que “el Congreso sí pasará a un segundo plano, porque ya las reformas no pasaron. Yo no sé hasta qué punto vayan a desbaratar los acuerdos con los partidos tradicionales”. A renglón seguido aclara que “no ha cortado comunicación conmigo y tengo entendido que están arreglando representación política para nosotros”.
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Pese a ello, Jaime Raúl Salamanca, presidente de la Cámara y del ala petrista de Alianza Verde, asegura que el Gobierno sí tiene proyectos importantes como el proyecto de ley para la reglamentación de la jurisdicción agraria, la reforma al financiamiento de las universidades públicas y la de la justicia. Pero incluso si esa ruptura se materializa, “la agenda de proyectos y de control político de la Cámara es muy amplia y no dejaremos de trabajar. Nuestra tarea no se circunscribe a la agenda del Gobierno”.
En todo caso, el ministro Benedetti ahora apostará por fortalecer la consulta popular. Mientras tanto, el Congreso pasará a un punto más bajo a su prioridad, incluso cuando, en abril -según el calendario de Uscátegui- tendría que defenderse de la moción de censura.
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