La figura de la Vicepresidencia de la República en Colombia fue restablecida con la Constitución de 1991 (había sido eliminada en 1910). Su función, sin embargo, ha sido siempre cuestionada, pues consiste en reemplazar al jefe de Estado en sus faltas temporales o absolutas. Tal vez por ello la misma Carta Política estableció la posibilidad de que al vicepresidente se le puedan asignar misiones o encargos especiales dentro de la Rama Ejecutiva.
Ejemplos de ello hay varios. Para no ir tan lejos, el primer vicepresidente de Juan Manuel Santos en 2010, Angelino Garzón, lideró asuntos de derechos humanos e iniciativas relacionadas con la reparación a las víctimas del conflicto y la lucha contra la pobreza. Luego, en el segundo mandato, Germán Vargas Lleras asumió las tareas de infraestructura, en vivienda y vías. Y, actualmente, Óscar Naranjo se encarga, básicamente, de asegurar una adecuada implementación del posconflicto, ante los brotes de inseguridad tras la desmovilización de las Farc.
¿Cuál es la verdadera utilidad del cargo? Si bien en un principio se consideró al vicepresidente como una figura decorativa, en la actual coyuntura electoral que vive el país se hace fundamental para quienes aspiran a convertirse en el próximo inquilino de la Casa de Nariño. Hay que escoger esa fórmula pensando en el liderazgo, los votos y las futuras alianzas. Una tarea muy compleja que se debe calcular milimétricamente para no cometer equivocaciones, más aún cuando el panorama de polarización se agudiza cada día entre quienes lideran la intención de voto en las encuestas.
Las opciones de Fajardo
Y los cálculos pintan así. Desde la candidatura de Fajardo hay cinco nombres sobre los cuales está gravitando el exgobernador de Antioquia: Judith Pinedo, conocido como Mariamulata. Fue alcaldesa de Cartagena y con ella, según fuentes de la llamada Coalición Colombia, Fajardo ha adelantado conversaciones, y amigos cercanos afirman que quiere contar con una fórmula vicepresidencial con el suficiente músculo político en la Costa Caribe, que les haga frente a las fuerzas tradicionales que allí subsisten.
Dentro de la baraja estaría también Antonio Celia, un importante empresario barranquillero, con alto reconocimiento en la región. “El único lío es que no es tan conocido ante la opinión pública ni ante los votantes”, dijo una voz cercana a la campaña. Y está además el filántropo y empresario barranquillero Samuel Azout Papu, quien asesoró a Fajardo en la campaña de 2010 y lo acompañó cuando aceptó ser la fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus, en la Alianza Verde, donde se contemplan otras posibles opciones.
Por ello, las conversaciones con el senador Antonio Navarro para este rol tampoco están descartadas. Ni con la senadora Claudia López, quien, pese a “haberse bajado de ese bus desde el año pasado” —como contaron algunos allegados— la puerta no está cerrada de manera definitiva. Sin embargo, parece ser que el exgobernador esperará hasta el último día que tiene de plazo para inscribir su candidatura, el 9 de marzo, para revelar el nombre de la persona que lo acompañará en la carrera presidencial.
También sonó el senador Juan Manuel Galán, con quien Fajardo habló a fines del año pasado, para consultarle en qué proceso político se encontraba. Y aunque entre los dos para nada tocaron el tema de la Vicepresidencia, a través de uno de sus amigos más cercanos, el candidato al Senado Iván Marulanda, le hizo saber que las puertas están abiertas y que ojalá acompañe su candidatura a la Presidencia. Galán dice estar esperando que las autoridades electorales definan el futuro del Nuevo Liberalismo, para apuntar a su fortalecimiento para las elecciones regionales de 2019.
El sonajero de Pinzón
Por los lados de la campaña de Juan Carlos Pinzón, ya anunció que el lunes hará pública su fórmula vicepresidencial. Desde hace tres semanas un comité de expertos trabaja exclusivamente en el tema. Se ha hablado, por ejemplo, de la exministra de Educación de Álvaro Uribe, Cecilia María Vélez, quien habría declinado la propuesta. En el sonajero también se cuenta a Ana Mercedes Gómez, comunicadora social antioqueña, electa senadora en 2014 por el Centro Democrático, pero, al final, renunció argumentando problemas de salud. Y se ha mencionado a Alejandro Éder, exconsejero presidencial para la Reintegración Social y Económica y Grupos Alzados en Armas.
La derecha
En la coalición de la derecha —la de los expresidentes Uribe y Andrés Pastrana— el asunto ya está acordado desde el 28 de enero. Una vez se decida en la consulta entre Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez quién será el candidato único, el 11 de marzo, asumirá como fórmula vicepresidencial quien ocupe el segundo lugar en votación. El tercero ejercerá como jefe de debate de la campaña. El pacto, contrario a lo que se había especulado, consiste en que los dos perdedores asumirán un rol importante en el apoyo a quien lleve las banderas de la derecha a la primera vuelta.
Vargas y Petro
Mientras tanto, la persona que acompañará a Germán Vargas Lleras sigue siendo una incógnita. En los últimos días se han escuchado muchos rumores: se habló, por ejemplo, de Óscar Iván Zuluaga, excandidato del uribismo, información ya desmentida y calificada como “especulaciones sin fundamento” por el mismo exvicepresidente. A Zuluaga no se le ha visto comprometido con la campaña de Duque y de ahí las especulaciones de un distanciamiento con Uribe. La exministra Noemí Sanín y hasta Pinzón también se han mencionado dentro de las opciones, pero gente cercana a Vargas Lleras lo descartaron de tajo.
Al parecer, lo que se estaría cocinando detrás de la fórmula vicepresidencial de Vargas Lleras tendrá mucho que ver con la consulta entre Duque, Ramírez y Ordóñez. Sólo después de esa fecha se tendrá claro el panorama. “La ley permite corregir o cambiar la fórmula hasta cinco días después de la inscripción. A Vargas, seguramente, le tocará inscribirse por ley el 9 de marzo con una persona que, probablemente, no sea la definitiva”, le dijo una fuente a El Espectador. Es decir, la idea es esperar el resultado de la consulta para ver si alguno de los perdedores acepta convertirse en fórmula del exvicepresidente.
En cuanto a la campaña de Gustavo Petro, el hermetismo es total. Aunque sigue liderando las encuestas de intención de voto, todavía no tiene a alguien cercano o previsible para acompañarlo como fórmula. Lo único que se ha dicho tímidamente es que, como sucede con los otros candidatos, se quiere que ese nombre sea el de una mujer, eso sí, comprometida con la Colombia Humana.