Los próximos tres días serán claves para la Alianza Verde de cara a las elecciones locales del próximo 25 de octubre. La puesta en marcha de un proyecto de formación en innovación política, así como la reunión de la dirección nacional para definir la metodología para la entrega de avales a candidatos y explorar la posibilidad de alianzas con otros movimientos, son las apuestas verdes para “modernizar” la política y erigirse como una alternativa real en los comicios de este año.
El próximo miércoles, los nuevos voceros y copresidentes de la colectividad, Camilo Romero y Jorge Londoño, presentarán la Escuela de Innovación Política, un curso virtual que se ofrecerá a líderes comunitarios o de movimientos ciudadanos y que consta de dos componentes: uno, el teórico, que se enfocará en conceptos como nuevas ciudadanías y adocracia (la ausencia de jerarquía, concepto opuesto a burocracia), y el práctico, en el que cada uno de los participantes debe reunir un grupo de cinco ciudadanos para desarrollar una acción concreta en una comunidad aplicando la teoría desarrollada.
Camilo Romero, quien asume la vocería de la Alianza y se perfila como candidato verde a la Gobernación de Nariño, ideó el proyecto que contó con el respaldo conjunto del partido. Para él, “esta iniciativa rompe el modelo de las escuelas políticas en las que sólo participaban los militantes de un movimiento. Una práctica extendida en la derecha y la izquierda. Queremos responder a los intereses y necesidades de los ciudadanos, no de las estructuras caducas de los partidos”.
Si bien los participantes de la escuela virtual que abre inscripciones desde mañana no serán necesariamente verdes, la apuesta de la Alianza con este tipo de acciones sí es “consolidarnos como el primer partido moderno en Colombia”, dice Romero, “aunque nos cueste tiempo y, probablemente, reveses electorales”.
La representante a la Cámara Ángela María Robledo coincide con Romero en que proyectos como este “deben ser abiertos para encontrar causas comunes entre sectores ciudadanos y políticos. Esa causa, en Colombia, debe ser la paz”. Incluso, sostiene Robledo, esta experiencia, que recoge en buena medida la Escuela de Formación Política que lideró Antanas Mockus en 2011, puede servir para capacitar a los líderes de lo que se ha denominado el Frente Amplio por la Paz.
Precisamente ese nombre ha venido rondando a los distintos líderes de la dirección nacional del partido, que se reunirán los días jueves y viernes, como un posible marco de alianzas para las elecciones de octubre.
El terreno ya está abonado. No sólo porque congresistas y líderes de esa colectividad han participado en reuniones con líderes de la Marcha Patriótica, el Polo Democrático, la Unión Patriótica, el Congreso de los Pueblos y otros movimientos que conforman el Frente, sino porque, en lo local, ya hay candidaturas conjuntas que se perfilan. Por ejemplo, en el Cesar, Rodolfo Quintero, de los verdes, e Imelda Daza, de la UP, asoman sus aspiraciones a la Gobernación y la Alcaldía de Valledupar, respectivamente, en nombre de los movimientos que le apuestan a la paz.
También ha sonado como posible aliado el movimiento Compromiso Ciudadano, del gobernador de Antioquia Sergio Fajardo y de Alonso Salazar, quien hoy tiene una aspiración seria a la Alcaldía de Medellín. “La mitad del equipo de Fajardo es verde. Él tiene un pie en la Alianza. Claro que lo vamos a buscar para las elecciones, pero todavía es muy temprano”, dijo un miembro de la dirección nacional consultado por este diario.
De acuerdo con las fuentes consultadas, hay problemas que la dirección deberá empezar a resolver antes de pensar en la posibilidad del Frente Amplio u otras alianzas como plataforma electoral. El primero, consolidar los estatutos aprobados en la fusión de 2014 con el movimiento Progresistas, un nombre que hoy reclaman dos sectores. Uno, en el que están figuras como Antonio Navarro, Carlos Vicente de Roux y Luis Carlos Avellaneda, que se mantiene fiel a la unión con el antiguo Partido Verde, y otro, el más cercano al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, que se ha proclamado movimiento ciudadano independiente.
Otras prioridades son consolidar las 26 direcciones departamentales que se construyeron en el último semestre y darles dientes para definir avales y posibles candidaturas; anunciar un marco programático en el que prevalezcan la búsqueda de la paz, la responsabilidad ambiental, la lucha contra la pobreza y la defensa de la educación y la salud pública, y, por último, ratificar la independencia frente a los sectores que hoy polarizan la política (el santismo y el uribismo) y convertir esa postura en la credencial para convertirse en opción de poder.
Por Camilo Segura Álvarez
