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El equipo negociador del Gobierno celebró la respuesta afirmativa del máximo comandante de las Farc, Timoleón Jiménez, a la propuesta de realizar un cónclave hasta alcanzar un acuerdo de fin del conflicto. El jefe guerrillero manifestó en una entrevista que la propuesta es interesante y busca agilizar las negociaciones. También propuso “una especie de dirección ejecutiva, un plan, un cronograma”.
A lo que el Gobierno contestó que la “propuesta discutida con el presidente Santos y socializada con las Farc busca alcanzar cuanto antes el acuerdo final” y que propondrán un “cronograma realista y responsable para acelerar diálogos”.
Mientras tanto en Colombia, la oficina de Naciones Unidas reveló un informe de seguimiento de la situación humanitaria en los tres años de diálogos de paz y resaltó las cifras de violencia en los últimos cuatro meses, desde que las Farc decretaron un cese unilateral del fuego y el Gobierno suspendió los bombardeos. En síntesis, el informe sostiene que hay una “notable mejoría en la situación humanitaria, aunque persisten grandes desafíos”.
Las cifras recogidas por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) revelan que ha habido una reducción significativa de la violencia asociada al conflicto armado. Por ejemplo, en cuanto a desplazamientos masivos, se encontró que desde el inicio del proceso de paz, en noviembre de 2012, se han disminuido en 27% con respecto a los tres años anteriores.
De igual forma, OCHA encontró que “mientras entre noviembre de 2009 y noviembre de 2012 se registraron 338 masacres, durante el proceso de paz han ocurrido 110”. Otra muestra de este mejor clima es el número de acciones bélicas reportadas, que pasó de 90 mensuales en promedio a 55.
Más aún, durante los últimos cuatro meses, en los que se han implementado las medidas de desescalamiento del conflicto, el número de acciones armadas se redujo a 25 mensuales, siendo la mayoría de estas perpetradas por grupos armados distintos a las Farc. La misma tendencia se registra en cuanto a ataques a la infraestructura, pues, según el documento, desde que se decretó el cese unilateral, en julio, se han reducido en 60% y la participación de las Farc en ellos ha descendido 90%.
Pero no todo es color de rosa. Aunque se registra el mejoramiento en el clima humanitario por cuenta de la reducción de actividades de las Farc, existen aspectos altamente preocupantes para Naciones Unidas, como el aumento de los homicidios selectivos, extorsiones y desplazamientos individuales.
Y en esto las cifras son aterradoras: mientras en los tres años anteriores al inicio del proceso de paz se registraron 956 amenazas, entre 2012 y 2015 se han reportado 1.466, es decir, un incremento del 53%, que se entiende por la expansión de grupos paramilitares a lo largo y ancho del país.
No menos preocupantes resultan las cifras en cuanto a extorsiones, que pasaron de 5.473 casos a 13.741 en el período estudiado. Así las cosas, para Naciones Unidas es claro que el principal desafío en un escenario de posconflicto será la violencia ejercida por grupos paramilitares, pandillas y estructuras del Eln y el Epl.