Publicidad

Carlos Ossa Escobar: La voz serena de la Constituyente

Tras 30 años de promulgada la Constitución de 1991, recordamos a 10 destacados constituyentes que no nos acompañan hoy, pero que aportaron sus ideas a la construcción de la norma de normas que rige la vida política, social y cultural de Colombia.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Natalia Tamayo Gaviria
20 de febrero de 2021 - 02:00 a. m.
Carlos Ossa Escobar
Carlos Ossa Escobar
Foto: Archivo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Se le recuerda por su silencio, por su calma y por encarnar los verdaderos principios del liberalismo y la connotación que trae consigo esa palabra en la práctica. Esas ideas tan férreas y abiertas llevaron a Carlos Ossa Escobar a hacer su carrera fuera de Manizales, una ciudad conservadora y encerrada entre montañas, también en las viejas costumbres. Se hizo economista de profesión y con el tiempo su perfil se fue decantando hacia la defensa de los derechos humanos, la paz, el agro, la autonomía del banco central, el saneamiento de las finanzas públicas y las libertades individuales.

Esto último, quizá, fue la constante que acompañó la diversidad de los cargos públicos que ocupó en más de 20 años de carrera como funcionario. Primero fue militante liberal, después consejero de paz en el gobierno de Virgilio Barco, asumiendo uno de los más grandes retos de respuesta institucional, el genocidio de la Unión Patriótica, director del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora), viceministro de agricultura, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), miembro de la junta directiva del Banco de la República, concejal de Bogotá, contralor general y rector de la Universidad Distrital. Último puesto que selló su trasegar de servicio a Colombia.

De esa variedad de experiencias profesionales queda una por sumar: fue elegido constituyente para participar del nuevo proceso de construcción política y social de Colombia, para cambiar la “dictadura constitucional”, como lo dijo hace unos años, en la que estaba sumida el país por cuenta de las potestades extraordinarias que gozaba antes el presidente de la República. Proclamando esa autoridad, antes de 1991, la única fórmula que veían los mandatarios a la convulsión social era el Estado de Sitio, la militarización de la vida, la guerra como única solución a las inequidades que seguían consagradas en una carta política del siglo XIX que permanecía vigente en un contexto internacional que reconoció los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres, la protección del medio ambiente, el reconocimiento y la protección especial a los pueblos autóctonos.

Ideas que socavaron su ser y con las que aterrizó como constituyente para que quedaran plasmadas en la carta política que se promulgó en 1991. “Fui miembro de la Asamblea en representación de la Alianza Democrática M-19. Mi tradición política había sido pertenecer al liberalismo, pero estábamos en un proceso de paz con el M19, que constituyó un movimiento amplio que incluyó elementos del Partido Liberal, Conservador, sectores independientes y de izquierda. En esas condiciones llegué allá”, narró Ossa Escobar en una entrevista a un medio de la Universidad Distrital cuando era su rector.

Conformó la Comisión Quinta, de asuntos económicos, pero eso no le impidió aportar en el debate de los derechos fundamentales, que tuvo lugar en la Comisión Primera, firmando en conjunto con Antonio Navarro, Álvaro Leyva, Rosemberg Pabón, Angelino Garzón, Orlando Fals Borda, María Mercedes Carranza, entre otros, el proyecto que consagró los derechos a la vida, libertad de expresión, salud, educación, agro. “Intervino muy especialmente en la construcción de los artículos que tienen que ver con el sector agropecuario. Intervino muy directamente y con un muy alto nivel”, resaltó el hoy senador Iván Marulanda, que compartió comisión con Ossa Escobar en el proceso constituyente.

Rafael Pardo lo recuerda en su libro De primera mano, durante su paso por el gobierno Barco, como la principal cabeza para decidir sobre temas de desarrollo agropecuario. Es decir, campesinos, caminos rurales, infraestructura, créditos. Asuntos que, por donde se miren, siempre tocan la paz, como medio para resolver el problema de tierras de este país. Ese trabajo, experiencia y conocimiento la ofreció en la construcción de la Constitución.

Y, por último, el Banco de la República, a quien dedicó años de su vida como miembro de la junta y codirector, y fue determinante para poner en marcha lo consignado en la Constitución, resaltando su aporte en la regularización del banco central como una entidad autónoma e independiente del Gobierno. “Antes existía la junta monetaria, y estaba presidida por el ministro de Hacienda. Asistía el ministro de Agricultura, de Desarrollo, el Superintendente Bancario, el director de Planeación. Esa era una junta estrictamente oficial. Ahora la autonomía no es solo de la junta sino del Banco”, enfatizó Ossa Escobar.

De su paso por el proceso también se recuerda de él como uno de los pocos que no cedieron a las intimidaciones del narcotráfico que buscaban, a través de la nueva Constitución, cerrar la puerta de la extradición. “Fue un voto muy valeroso y peligroso en ese momento, porque la Constituyente estaba amenazada por las mafias”, describió Marulanda, destacando de Ossa Escobar su rectitud y carácter. En marzo de 2019, retirado de la política y también en medio de las montañas del Eje Cafetero (ya no en Manizales, sino en Armenia), “el hacedor de paz”, como lo llamó Humberto de la Calle, falleció tras dejar una cosecha sin tacha, de la que todos hablan como ejemplo y como legado.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.