“Oportunista” llamó esta semana el presidente Álvaro Uribe al ex presidente César Gaviria, al conocer la carta de respaldo del ex mandatario liberal a la candidatura de Juan Manuel Santos, en la que lanzó fuertes pullas a su gobierno. Pero lo cierto es que ese acercamiento de Gaviria a Santos no es un tema de hoy y se venía cocinando desde antes de la primera vuelta, cuando en una reunión de bancada el ex presidente dijo que había que tender puentes con todos los demás partidos, previendo lo que iba a pasar: la debacle del candidato liberal en los comicios del 30 de mayo.
Lo que se está dando en la actualidad, con la adhesión de cerca del 85% de los congresistas liberales actuales y electos a Santos, es sólo la ratificación de esa postura, que cuenta con el visto bueno del ex mandatario. Incluso, si Santos gana, el liberalismo impulsará la recolección en los próximos dos meses de diez millones de firmas para presentarlas ante el país el 7 de agosto como relegitimación de su mandato.
El Partido Liberal cree que se hace necesario darle solvencia a la bancada santista en el próximo cuatrienio para evitar la posibilidad de chantajes por parte de algunos sectores del uribismo. La idea también es lograr el compromiso del Legislativo para sacar adelante una agenda programática de unidad nacional.
Por lo pronto, la senadora Piedad Córdoba ha pedido la realización de un congreso extraordinario en el mes de julio para decidir el camino a tomar frente al nuevo gobierno. Los santistas dicen que no se trata de “tumbar” a Rafael Pardo, ex candidato y director de la colectividad, aunque reconocen que su pensamiento no es el de las mayorías.