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Los hallazgos hechos hasta el momento por la Fiscalía y la Dijín sobre la presunta entrega de bienes de la Dirección Nacional de Estupefacientes como cuotas burocráticas para algunos legisladores —en especial del Partido Conservador—, estarían generando una fractura insubsanable en la coalición de la Unidad Nacional. Este martes, cuando se discutían varias de las iniciativas más importantes para el Gobierno en la plenaria del Senado, los congresistas conservadores brillaban por su ausencia, pero lo que no sabía el ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, era que este era el preámbulo de un fuerte enfrentamiento con el senador azul Hernán Andrade.
A su llegada al Elíptico, Andrade arremetió contra el Ministro y la DNE, por la presunta filtración a los medios de comunicación de documentos de la investigación que se está adelantando. Y advirtió, en tono airado: “Esto no se le hace al Partido Conservador”. De inmediato, Vargas Lleras tomó la palabra y manifestó: “Yo no he filtrado ninguna información sobre su señoría (Andrade), ni sobre ninguno de los congresistas que aparecen citados este miércoles en un informe publicado por la prensa. ¿Qué quiere? ¿Que se lo jure? Pues no lo puedo hacer, pero es mi palabra la que le estoy dando”.
Y agregó: “A partir del momento en que las autoridades investigativas intervinieron esa entidad, son ellas las que han estado a cargo de la información. Los computadores de la DNE se los llevaron ese mismo día a la Dijín, comisionada por la Fiscalía para adelantar la investigación. Yo tampoco estoy de acuerdo con que se empiecen a filtrar informaciones que no sean motivo de judicialización. Me parece también delicado y he hablado cuatro veces con el general Carlos Ramiro Mena, director de la Dijín, para que me den una explicación de lo que está ocurriendo. Esto no es un problema contra el Partido Conservador ni para tratar como temas de cocina o con chismes, de manera que le ruego me crea. Espero que mi palabra le sea suficiente”.
Este no es el único dolor de cabeza con el que está lidiando el Ministro del Interior y de Justicia al cierre de la legislatura. La posición del Partido Liberal de no apoyar el acto legislativo de sostenibilidad fiscal generó la inmediata reacción del Partido de la U y el mismo conservatismo, que se dispusieron a ‘embolatar’, en la Cámara de Representantes, el trámite de la ley de víctimas, iniciativa bandera del liberalismo. Más de 25 impedimentos fueron radicados por representantes de esos dos partidos políticos, todos recibieron aprobación en la Plenaria y la iniciativa estuvo a punto de hundirse. Finalmente fue aplazada para el lunes.
Ante esta situación, Vargas Lleras expresó su preocupación ya que el concepto del Consejo de Estado ha sido suficientemente claro advirtiendo que ningún parlamentario está impedido para votar la ley de víctimas, así sus familiares se consideren afectados por la violencia: “Yo esperaría que los partidos reflexionen, el país reclama una ley de víctimas, la comunidad internacional de igual forma y esperamos que el lunes sea aprobada”. Según el representante del Partido Liberal y ponente del proyecto, Guillermo Rivera, lo que sucedió fue que “algunos parlamentarios no han entendido que este es un tema de prioridad nacional y creen que con sabotear su aprobación y su discusión pueden pasar una cuenta de cobro política. Ellos están quedando muy mal ante el país”.
Ahora, cuando quedan pocos días para que culmine la legislatura, Vargas Lleras tendrá que buscar la forma de llegar a acuerdos con la U y el conservatismo, partidos que desde ya prometen convertirse en la principal talanquera de la agenda de gobierno. Y la posibilidad de citar extras para superar los inconvenientes y aprobar los proyectos, como sucede cada año, volvió a ser puesta sobre la mesa.