A la vez que recompone su gabinete ministerial, el presidente Gustavo Petro busca medir el aceite de cómo están sus apoyos en un Congreso al que, en varias ocasiones, ha acusado de ponerle palos en la rueda a su proyecto político. Para ello, las bancadas de los partidos declarados en “independencia” son claves en las matemáticas que hace el Ejecutivo para los proyectos que espera impulsar en medio de ruidos preelectorales y de escándalos de corrupción.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Los partidos que no son ni de Gobierno ni de oposición -al menos no con una declaratoria oficial, que trae consigo compromisos- son siete: Conservador, Liberal, La U, Alianza Verde, Nuevo Liberalismo, Dignidad y Verde Oxígeno. Y, si actuaran de manera cohesionada, sería una bancada que podría inclinar la balanza sin inconvenientes. En total, son 142 congresistas, de los que 47 son el Senado y 95 en Cámara, estando apenas a 6 y 8 votos, respectivamente, de la mayoría en cada cámara. Sin embargo, su declaratoria de independencia es con importantes matices, toda vez que ni dentro de las mismas fuerzas actúan de manera coordinada. Y ahora se están dando movimientos ante la coyuntura actual.
De hecho, ese reacomodo se vio este miércoles en la plenaria de la Cámara, porque, ante las dudas por la convocatoria, incluso voces cercanas al Gobierno en partidos como la Alianza Verde y los liberales manifestaron su preocupación. Ese episodio dejaría el clima aún más enrarecido para el Ejecutivo conseguir los apoyos necesarios en la plenaria de este jueves, cuando se discutirá la propuesta.
Al hacer ese rastreo, se encontró que, en total, 49 senadores y congresistas de esas bancadas suelen oponerse a Petro; 68 de ellos han respaldado algunos proyectos -bien por simpatía ideológica o por motivaciones políticas- y otros los han rechazado, y 30 son de la línea progobierno.
El más reciente partido en llegar a esa declaratoria, que se debe hacer ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), fue el Liberal. El pasado 29 de enero, mientras se discutía la declaratoria de la conmoción interior, el presidente de la colectividad roja, César Gaviria, anunció que su partido se declararía en independencia. Sin embargo, no fue una decisión que cayera bien en toda la bancada.
Puede leer: Se reanuda la investigación contra Petro en el CNE: Sala Plena negó nulidades
Tanto senadores como representantes liberales han apoyado al Gobierno Petro en varios proyectos y han esperado una retribución, en forma de puestos en entidades, por parte del Ejecutivo. Incluso el ahora exministro del interior Juan Fernando Cristo, consciente de esto, aseguró que esa era una “decisión de Gaviria y no de los congresistas”.
Para entender, entonces, cómo se están moviendo estos partidos, El Espectador revisó quiénes son los congresistas de cada uno y cómo han votado los proyectos del Gobierno. Pero, además, conversó con varios de ellos para comprender cómo es su relación hoy con el Ejecutivo. Se trata de una fotografía de cómo están los ánimos en el Capitolio a cinco días de que regresen las sesiones ordinarias y en medio de los ruidos alrededor de las extras para discutir la reforma a la salud.
Siguiendo con los liberales, el partido tiene 46 escaños, 13 en Senado y 33 en Cámara. Al revisar, la mayoría de ellos (6 en Senado y 26 en Cámara) han apoyado algunos proyectos y otros los han votado en contra. Por otro lado, la mayoría de senadores, siete, se han manifestado en contra de Petro, como es el caso de Karina Espinosa, Lidio García y Juan Pablo Gallo, quien ha sido mencionado en el escándalo de corrupción de la UNGRD como uno de los parlamentarios que habría recibido dádivas de funcionarios del Gobierno a cambio de votos a favor en proyectos del progresismo. Gallo ha insistido en su independencia.
Sin embargo, esa oposición no declarada, como aseguraron congresistas de ese partido a este medio, tiene también sus matices. Esto, porque en el Gobierno hay altos funcionarios con vínculos con el liberalismo y, sobre todo, con César y Simón Gaviria. En la Agencia Nacional de Hidrocarburos está Orlando Velandia, quien es de la cuerda del expresidente y fue representante con el partido. Y el ministro del Interior encargado Gustavo García, es hijo de Guillermo García Realpe, quien también estuvo en el Congreso con las banderas liberales y hoy, además, es miembro de la Junta Directiva de Ecopetrol.
Además: En 24 horas se gestó fractura a tres bandas en Mininterior, Palacio y Congreso
Un caso de una división similar se ve en el Partido de La U. La colectividad, cuyos directores, Alexander Vega y Clara Luz Roldán, se están moviendo para armar una coalición de centro derecha para las elecciones y que ha coqueteado con el liberalismo y con algunos uribistas, tiene en el Senado 11 curules de los que 10 suelen votar contra el Gobierno.
El único que no es Antonio José Correa, quien en varias ocasiones ha respaldado a Petro e, incluso, en septiembre del año pasado citó debates sobre el software Pegasus, tomando como propios los argumentos del presidente de que se había utilizado, supuestamente, para espiar a los opositores del presidente Iván Duque.
En todo caso, el partido sí ha tenido representación en el Gobierno. Hasta hace apenas pocas semanas, Mauricio Lizcano fue ministro de las TIC. Y en las conversaciones se estaría discutiendo que esa cartera siga en manos del partido.
En la bancada más nutrida, la del conservadurismo, hay un consenso, cuando se le consulta a los congresistas, de que, aunque son independientes, no respaldan al Gobierno. Incluso, como pasó con siete representantes que firmaron la ponencia de la reforma a la salud en la Comisión Séptima, están dispuestos a suspender a quienes no sigan esa línea. Sin embargo, al revisar los números, en efecto esa oposición no declarada está lejos de ser la norma.
También: Posible impuesto a iglesias en próxima reforma tributaria abre debate en mundo político
De los 53 azules con asiento en el Congreso, 12 senadores y 14 representantes la siguen pie puntilla. Entre ellos está el presidente del Senado, Efraín Cepeda, quien en varias ocasiones ha recibido los dardos del presidente Gustavo Petro, sobre todo, después de que las comisiones económicas no aprobaran el presupuesto de 2025 y de que hundieran la ley de financiamiento con la que el Ejecutivo esperaba recaudar $9,8 billones para fondear el déficit de caja que tiene.
Solo hay un senador que ha apostado por respaldar al Gobierno: Carlos Andrés Trujillo, quien, en 2022, logró llegar a la Presidencia de su partido y mover las filas para que se declarara como de Gobierno, al menos por unos meses y antes de que Efraín Cepeda, y ahora Nadia Blel, tomara las riendas de la colectividad. Hay, también, otras figuras como la de Wadith Manzur, también mencionado en el escándalo de la UNGRD, que aunque suele apoyar al Ejecutivo, en algunas ocasiones ha mostrado reparo con sus reformas sociales. Manzur, como Gallo, también ha insistido en su inocencia y que no estuvo involucrado en el escándalo.
Pero, además, está el hecho de que el partido sí tuvo representación en el gabinete ministerial, al menos hasta junio de 2024. El primer ministro de Transporte, Guillermo Reyes, llegó por recomendación de los godos. Adicionalmente, y aunque no se confirmaron nombres ni a qué entidades, el partido sí estaría moviéndose para recomendar hojas de vida. No obstante, Blel aseguró, a comienzos de esta semana, que “no buscaremos representación política o cargos en el Gobierno”.
Finalmente, la Alianza Verde está dividida, desde 2022, en dos sectores lo que, incluso, ha generado ruidos de división del partido. Esa división se da así: 13 congresistas suelen acompañar al Gobierno, seis lo cuestionan pero también lo han apoyado y cuatro cada vez marcan más distancia. El episodio que permitió ver los alcances de esa división fue cuando el ala petrista se impuso sobre la opositora para elegir a Jaime Raúl Salamanca en la Cámara, pese a que originalmente la dignidad sería para Katherine Miranda, quien se ha convertido en una de las voces fuertes de oposición a Petro en el Salón Elíptico.
Podría interesarle: Antonio Sanguino asume el Ministerio del Trabajo con el reto de la reforma laboral
Así las cosas, el Gobierno, en sus últimos 18 meses y sobre todo en 2025, tendrá que moverse no solo para mantener esos 30 votos que suelen acompañarlos entre los independientes, sino conseguir que los 68 que a veces lo han respaldado, se acerquen más. Una negociación que se da, en medio de las declaraciones de un presidente que, en repetidas ocasiones, ha convertido al Congreso en un enemigo en sus discursos.
👁🗨 Conozca cómo votan los senadores y representantes a la Cámara en ‘Congreso a la mano’.
👉 Lea más sobre el Congreso, el gobierno Petro y otras noticias del mundo político.
✉️ Si tiene interés en los temas políticos o información que considere oportuno compartirnos, por favor, escríbanos a cualquiera de estos correos: hvalero@elespectador.com; aosorio@elespectador.com; dortega@elespectador.com; dcristancho@elespectador.com; mbarrios@elespectador.com ; lbotero@elespectador.com o lperalta@elespectador.com.