
Jairo Rodríguez y Leonardo López con Álvaro Uribe, Iván Duque, Federico Gutiérrez, Fernando Botero, Gustavo Bolívar, María José Pizarro y Gustavo Petro.
Foto: Archivo Particular
La memoria no escrita del Congreso, esa que no aparece en las actas oficiales, reposa en una caja de embolar. En realidad, en dos. Sus dueños, Jairo Rodríguez y Leonardo López, han visto a representantes convertirse en senadores, y a senadores cambiar el Capitolio por la Casa de Nariño. Durante tres décadas, han sido testigos silenciosos de los debates que ocurren no solo en las plenarias y los pasillos, sino los que libran consigo mismas las figuras de poder. En esas cajas de madera, junto al betún y los trapos, caben las confesiones que...

Por Daniela Cristancho
Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos e investigación para la paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com
Conoce más