Un día antes de que la Sala Plena del Consejo Nacional Electoral (CNE) eligiera como presidente al magistrado Alfonso Campo Martínez, él había sido el ponente de 19 revocatorias de candidaturas en la audiencia del pasado 26 de septiembre. Ese día, Campo también fue uno de los togados que salvó su voto frente a la decisión de revocar o no la aspiración de Juan Daniel Oviedo a la alcaldía de Bogotá. En total, por estos días el CNE está decidiendo el futuro político de más de 750 candidatos.
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Campo Martínez en el mundo jurídico electoral no es una figura reconocida, de hecho, muchos lo reconocen como un rostro nuevo en ese gremio. Algunos exmagistrados del CNE aseguran que su trayectoria política se ha centrado en otros escenarios. En el gobierno de Iván Duque, por ejemplo, fue el director de la Unidad Nacional de Protección. Y antes había sido presidente de la Asociación de Personerías Capitales y de la Federación Nacional de Personeros.
Pero tampoco es un rostro nuevo por conocer. Su hermano es el excongresista Juan Manuel Campo Eljach, excongresista, quien en la legislatura pasada fue acusado por, supuestamente, haber promovido cultivos de plátano sin licencia ambiental en un parque nacional. Y su padre fue Alfonso ‘Poncho’ Campo Soto, un dirigente conservador que aspiró a la gobernación del Cesar y falleció el 14 de agosto de 2022.
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Germán Blanco, senador del Partido Conservador, contó que su acercamiento al partido azul se dio porque es hijo de dirigentes conservadores históricos en el departamento del Cesar. “Tuvo el respaldo de la bancada conservadora para llegar al CNE y nos sentimos bien representados con su presencia ahí”, aseguró.
Los conservadores más cercanos a él aseguran que uno de sus amigos personales es el representante Alfredo Ape Cuello. Ambos son oriundos de Valledupar y sus caminos se cruzaron en 2016, cuando Campo buscaba reelegirse a la presidencial de concejo municipal, mientras Cuello, que ya era congresista, impulsaba a una de sus candidatas para el cargo.
Aunque la elección fue unánime, Campo no estaba solo en esa contienda. César Lourduy, de Cambio Radical, era uno de los aspirantes al cargo y quien tenía parte de los votos de su lado, pero que finalmente habría cedido la presidencia para respetar un acuerdo interno. Lo trascendental de su llegada a la presidencia del CNE es el momento político: a un mes de elecciones regionales, en medio de la investigación a la campaña presidencial de Gustavo Petro y en un escenario de debates en el Congreso que buscan una reforma electoral para despolitizar esa entidad.
Sus decisiones no son menores: este jueves revocaron la candidatura de Rodolfo Hernández a la gobernación de Santander por, supuestamente, estar inhabilitado por tener sanciones en la Procuraduría. El miércoles pasado dejaron en firme la candidatura de Juan Daniel Oviedo, a quien le cuestionaron haber firmado un contrato en junio de 2023, como lo reveló este diario, y que le podría generar una inhabilidad para ser elegido.
Aunque hay algunas decisiones en vilo, como la de Carlos Amaya (Partido Verde) y candidato a la gobernación de Boyacá, y a quien le demandaron su candidatura por supuestamente haber tenido contratos un año antes de las elecciones. Un caso similar al de Tulio Gómez, que aspiraba a la gobernación del Valle, pero a quien el CNE revocó su candidatura el pasado lunes 25 de septiembre por haber tenido un contrato entre su equipo de fútbol, América de Cali, y la alcaldía para alquilar el estadio Pascual Guerrero en Cali.
Un candidato a registrador nacional y que conoce de cerca el funcionamiento del CNE aseguró que la llegada de Campo a la presidencia se debe, en parte, por la fuerza que están tomando los godos en el Congreso. “No es un secreto que antes los conservadores estaban en la coalición de Gobierno, pero luego pasaron a ser independientes y todo esto puede deberse a la reconfiguración que están haciendo los partidos en este momento político”.
Lo cierto es que la agenda política de los conservadores en el Congreso, que ya radicaron su contrarreforma laboral que propone reducir la jornada laboral y crear un subsidio de desempleo, pareciera también verse reflejada en el CNE. Aunque su única ficha es justamente Campo, quedan con la presidencia en uno de los momentos políticos más cruciales.
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Armando Novoa, candidato a registrador nacional y exmagistrado, afirmó que el papel del nuevo presidente es fundamental, entre otras cosas, porque será quien definirá parte de la agenda política del CNE. “Lo que se prioriza, el orden del día, las ponencias y toda la estructura organizativa de la entidad está en sus manos”, señaló.
Sin embargo, aunque Campo será la cabeza de ese órgano, no es el único que toma las decisiones. La vicepresidenta electa es la magistrada Maritza Martínez, del Partido de la U y a quien señalan de ser la heredera política de su esposo Luis Carlos Torres Rueda, quien en 2007 renunció al Senado tras ser investigado por parapolítica.
Aunque esas son las dos nuevas cabezas visibles del Consejo, los otros magistrados que también toman las decisiones son César Lourduy (Cambio Radical), Benjamín Ortiz (Partido Liberal), Cristian Quiroz (Alianza Verde), Alba Lucía Velásquez y Fabiola Márquez (Pacto Histórico), Álvaro Hernán Prada (Centro Democrático) y Pablo Julio Cruz (Comunes, con voz pero sin voto).
De hecho, este jueves 28 de septiembre dejaron en firme la decisión de revocar la candidatura de Rodolfo Hernández a la gobernación de Santander por las tres sanciones que tiene en la Procuraduría. En su defensa no solo salieron sus simpatizantes, sino también uno de sus más grandes contendores: el presidente Gustavo Petro, con quien se enfrentó en las elecciones presidenciales. “Es la población la que debe decidir libremente sus mandatarios locales. En muchas regiones, decisiones administrativas del Consejo Nacional Electoral están cambiando la decisión de los pueblos”, puso en su cuenta de X el Jefe de Estado.
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Por eso, desde varios sectores se ha impulsado la necesidad de avanzar en una reforma electoral en Colombia que permita despolitizar la entidad. Uno de sus voceros es el senador Humberto de la Calle, quien ha presentado dos iniciativas en el Congreso para cambiar la forma en que se eligen los magistrados del CNE. En diálogo con El Espectador, afirmó que “el hecho de que los magistrados sean postulados por los partidos políticos ha profundizado el grado de incidencia de los partidos en las autoridades electorales y en las decisiones que deberían tener independencia”.
El proyecto de Ley, que está en marcha y que es de su autoría, pretende que la elección se asemeje a la del registrador nacional, quien es elegido por méritos y después por las altas cortes. “Si el CNE tiene la labor de impartir justicia electoral, es cuestionable el sesgo partidista que pueda existir al momento de tomar decisiones, porque genera desconfianza que, en algunos casos, sean juez y parte”.
Aunque esa misma iniciativa ya había sido presentada en la legislatura pasada y había sido hundida apenas en primer debate, lo que esperan es que el Congreso ceda en su posición y pueda abrirse paso para la reforma electoral. “Sabemos que no es fácil pasar una reforma como esta que le quita poder a ciertos partidos, pero por lo menos esperamos que haya acogida de otros sectores que nos ayuden a que avance en los debates”, finalizó el senador De la Calle.
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