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El anunciado decreto del Gobierno Nacional que buscará decomisar la dosis mínima de droga que porten las personas en el país ha puesto en la mesa, nuevamente, el intenso debate sobre cuál debe ser en el enfoque para la lucha contra las drogas en Colombia.
Aunque la medida ha sido vista con complacencia por los sectores más cercanos al Gobierno, otros espectros políticos consideran que lo anunciado por el Gobierno no tendrá efectos, pues lo que se ha demostrado en los países que han llevado al extremo la prohibición es que se han llenado las cárceles de consumidores y se ha fortalecido el microtráfico.
Si bien, el decreto busca que se decomise la droga y no sería una medida propiamente en contra del consumidor, lo que se argumenta por parte de los opositores es que aún se insiste en un modelo que, se ha demostrado, ha dado muy pocos resultados. Para el senador Gustavo Petro, por ejemplo, la clave está en que el Estado entre a regular para que la droga no llegue a la población a través de las mafias.
Por su parte, el abogado Rodrigo Uprimny considera que la medida no responde a la prevención de un problema que no da señales de erradicarse a través de la prohibición.
En todo el debate, las redes sociales han traído a colación una columna titulada "Portugal y el consumo de drogas", que fue escrita por el hoy presidente Iván Duque Márquez, en Portafolio, en la que cuestiona el enfoque criminalista de la lucha contra las drogas que se da en los Estados Unidos, argumentando que, según estudios de la época, ese país se gastaba más de 40.000 millones de dólares al año y metía en las cárceles a más de 1’500.000 personas por posesión y consumo.
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“La eficacia de este enfoque 'criminalista' queda en duda cuando se hace evidente que a pesar de los arrestos realizados por las autoridades se estima que existen en Estados Unidos más de 28 millones de consumidores, con tendencia a seguir aumentando”, escribía Duque en ese momento.
El hoy presidente explicaba en aquel entonces que, si bien se mantenía la prohibición a la compra, posesión y consumo de drogas, no se tenía un tratamiento criminal a quienes tuviesen en su poder la dosis equivalente al consumo mínimo por persona para un período de diez días.
“En paralelo con este enfoque administrativo frente al consumo, las autoridades de policía portuguesas se han concentrado en perseguir a los peces gordos de la cadena criminal de las drogas, produciendo las mayores capturas e incautaciones de las últimas dos décadas”, señalaba Duque en su columna. Para Duque, en ese entonces, Portugal había demostrado que su enfoque era “correcto y más eficiente que la represión carcelaria”, y sugirió que América Latina debía considerar la experiencia.
Casi diez años después, ya como presidente, Duque señaló que se expedirá un decreto que facultará a la Policía para decomisar las dosis de drogas que porten los consumidores y esta solo le será devuelva a la persona si logra demostrar que se es adicta, como lo explicó en Caracol Radio la ministra de Justicia, Gloria María Borrero.
El borrador del decreto que ya se ha conocido señala que, “una vez identificado el presunto infractor, la autoridad de policía lo abordará en el sitio donde ocurran los hechos, si ello fuera posible o, en aquel donde lo encuentren, y le informará que su acción u omisión configura un comportamiento contrario a la convivencia. El presunto infractor deberá ser oído en descargos. La autoridad de policía hará una primera ponderación de los hechos y procurará una mediación policial entre las partes en conflicto. De no lograr la mediación, impondrá la medida correctiva a través de la orden de policía”. El asunto, por lo visto, tendrá mucha tela para cortar.