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Triunfo visible y otro invisible
Camilo Rojas *
En las elecciones de ayer el ganador visible fue Juan Manuel Santos. Después de algunas semanas, en donde las firmas encuestadoras vaticinaban una contienda cabeza a cabeza, nos encontramos con la cruda realidad: la aspiración de Juan Manuel Santos alcanzó más del 46%, sacándole casi 26% al segundo en la contienda. Estas elecciones fueron una caja de sorpresas. Es sorpresa el liderazgo electoral de Juan Manuel Santos, es sorpresa la consolidación del proyecto uribista en el electorado colombiano, es sorpresa la crisis de los partidos Conservador y Liberal, cuyos candidatos dilapidaron lo alcanzado en las elecciones parlamentarias. Antanas Mockus no la tiene fácil.
A boca de urna es interesante hacer las siguientes anotaciones: el electorado de Andrés Felipe Arias se fue completo con Juan Manuel Santos, al ciudadano no le importó mucho cuál fue el candidato de los generadores de opinión que construyeron, junto con los encuestadores, una falsa percepción de triunfo en el Partido Verde, al electorado no le hizo mella la llegada de J. J. Rendón, las ‘chuzadas’, los falsos positivos o la yidispolítica, la gente está contenta con el rumbo que lleva el país y no quiere experimentar ni arriesgar lo conseguido. Sin lugar a dudas, el gran ganador invisible se llama Álvaro Uribe Vélez, pues se jugó de tal forma por la sostenibilidad de su proyecto, que podría interpretar esta elección como un plebiscito hacia su gestión.
Los derrotados son muchos, pero entre los más evidentes están Noemí Sanin, Rafael Pardo, Andrés Pastrana, Fernando Araújo, César Gaviria, Ernesto Samper y las firmas encuestadoras, que iniciarán esta semana su malabarismo numérico para explicar. El candidato Santos tiene un camino despejado hacia la Presidencia; quien no la tiene fácil es Antanas Mockus, ojalá entienda que en política se necesita más que intuición y sinceridad. Santos necesita, de acá en adelante, no cometer errores y trabajar, trabajar y trabajar. Mockus necesita no seguir cometiendo errores, su vulnerabilidad serán los debates, ojalá lo preparen.
(*) Gerente de e-estratégica.com.
La era Uribe no ha terminado
Jorge Iván Cuervo *
La contundente victoria de Juan Manuel Santos tiene unos factores atribuibles a estrategia política y otros al contexto político en el que se ejecutaron las elecciones.
El país sigue siendo mayoritariamente uribista y en la campaña de la U advirtieron ese sentimiento a tiempo cuando dieron el viraje para mostrar a Santos como el legítimo heredero de la seguridad democrática y los otros dos huevitos. El país aún no considera posible ni deseable un giro drástico en el tema de seguridad con unas Farc dando señales de vida y un entorno hostil, con Chávez mostrando los dientes y exacerbando la fibra nacionalista.
Con la ola verde se abrió una puerta para que un sector de opinión manifestara su inconformidad por algunas formas de conseguir seguridad por parte del Gobierno, pero con cautela esperó que esa ventana de oportunidad ética se transformara en un discurso político y una opción razonable. La ola verde no fue capaz de ocupar ese espacio, creyó que bastaría con la indignación ética para que los colombianos salieran de la hipnosis del uribismo, desconociendo una clave del quehacer político: hacer propuestas concretas.
Santos le gana el pulso a Mockus al haber sacado el debate de la ética al escenario de la política, donde los verdes no tienen buenas credenciales para moverse en aguas turbulentas. El famoso empate técnico que anunciaban las firmas encuestadoras no se dio y su rol debe ameritar una profunda reflexión. Con el tercer puesto, Vargas Lleras queda en inmejorables condiciones para una candidatura en cuatro años.
La intervención del presidente Uribe en las últimas tres semanas en favor del candidato de la U fue determinante. De cara a la segunda vuelta, Santos no tiene necesidad de ninguna alianza. De todos modos, se trata de hacer política, y los verdes tendrán que ser coherentes al seguir apostando con su discurso ético, pero sin tener miedo a crear coaliciones para tratar de convencer de que por fuera del imaginario de la derecha también hay vida.
(*) Analista político
Se quedaron los verdes
Luis Carvajal Basto *
Quienes con más entusiasmo que elementos de análisis pronosticaron una participación cercana al 70% perdieron sus apuestas. También quienes creyeron en la aparición de nuevos grupos de población que se subirían todos a la ola verde.
En realidad, el aumento en la participación fue cercano, en el mejor de los casos, al 50%. Cinco por ciento más con relación a las presidenciales de 2006. A las encuestas no les fue bien, aunque en su favor hay que decir que en la última semana, luego de la constante exposición de Mockus y Santos en medios, no tuvimos mediciones. Mockus se fundió en los últimos 15 días.
La votación por Santos es superior a la obtenida por su partido en las elecciones de Congreso. Ello se explica por el flujo de votantes de Noemí y liberales hacia esa candidatura y la de Germán Vargas. En realidad, la ola verde se revirtió. Podría decirse que el país vio hablar a Mockus y se asustó. En la segunda vuelta no se observa cómo la debilidad verde podría cambiar.
Pardo y Noemí tendrán ahora dificultades para seguir hablando a nombre de sus partidos, por lo que se viene un replanteamiento. No es difícil pronosticar que el conservatismo adherirá a Uribe, y después de la confrontación y lo ocurrido es difícil que Pardo lo haga, pero la mayoría de la votación liberal, tanto la obtenida por sus candidatos a Congreso, como los que se sienten liberales en las encuestas (20% en los peores casos) están con Vargas Lleras o con Santos, en su gran mayoría.
La pregunta que queda es si, como sería natural, los perdedores se aglutinarán contra el ganador, generando una segunda vuelta más reñida. Esa posibilidad tiene pocas probabilidades políticas de ocurrir, por cuanto nadie ve a los conservadores (diferente a Noemí) en alianza con Mockus o Petro, y mucho menos a Vargas Lleras o a sus votantes, cambiando de “modelo”. ¿Se reintegrará Vargas Lleras a la coalición? ¿Dejará a sus electores en libertad de votar? ¿Se intentará una nueva coalición?
Porque si nada extraordinario ocurre, desde ahora podemos anticipar que Santos será Presidente el 20 de junio.
(*) Analista político.
Las sorpresas de la jornada
Elisabeth Ungar *
Sorpresa es la palabra que mejor describe las elecciones presidenciales de ayer en el país. Sorpresa, porque el candidato Juan Manuel Santos le sacó una ventaja de cerca de 25 puntos porcentuales al candidato Antanas Mockus, cifra muy superior a lo que preveían todas las encuestas. Sorpresa, porque los candidatos Germán Vargas Lleras y Gustavo Petro obtuvieron una votación muy importante, cada uno con cerca del 10%.
Sorpresa, porque las encuestas fallaron estruendosamente en todas sus predicciones. Porque la participación electoral que se estaba previendo era cerca de 17 millones de votantes, cosa que no sucedió, y la abstención superó el 50%. Y porque los sondeos daban un empate técnico y tampoco acertaron. Sorpresa también lo de la Registraduría, por la velocidad con que dio los resultados.
De cara a la segunda vuelta, necesariamente habrá realineamiento de fuerzas y se plantearán alianzas. Es difícil predecir cómo se harán esas posibles coaliciones y lo que va a pasar al final de la partida. Sin duda, esta derrota dramática del Partido Verde podría tener un efecto psicológico.
Es evidente que los votos no son endosables. El presidente Álvaro Uribe no le pudo endosar sus votos y su popularidad a Juan Manuel Santos. Vargas Lleras no podrá pasarle toda su buena votación a uno de los candidatos para la segunda vuelta, lo cual aplica también para Gustavo Petro e incluso para Noemí Sanín y Rafael Pardo.
Por cierto, queda la impresión de que el Partido Liberal dejó solo a Pardo, que fue muy valiente, nunca renegó y enarboló en medio de esa adversidad las banderas rojas. Ese abandono se palpa en la diferencia con lo que obtuvo el liberalismo en las elecciones al Congreso. En el caso de Petro, si bien obtuvo un millón de votos menos que lo que sacó Carlos Gaviria Díaz en los comicios de 2006, de todas maneras fue más de lo que logró el Polo Democrático en las legislativas, lo que demuestra que fue un buen candidato.
(*) Directora Transparencia Colombia.