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Tras la firma del Acuerdo de Paz con las Farc y el aumento de los cultivos ilícitos en Colombia, es evidente que la región más afectada por los fenómenos de violencia posdesmovilización es el denominado andén Pacífico, una región que recoge 16 municipios de cuatro departamentos: Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, y donde se concentran los mayores problemas de orden público y social hoy en día: allí está el mayor número de hectáreas de coca, las comunidades más pobres y una fuerte disputa entre actores armados por los territorios abandonados por las Farc. Y en este contexto, las elecciones del próximo domingo, en las que se eligen senadores y representantes a la Cámara, serán determinantes para la región.
El departamento más complejo es Chocó. El más pobre de todo el país y corredor estratégico para todas clase de grupos criminales por tener una triple condición: salidas al Pacífico, al Atlántico y frontera con Panamá. Por esto, desde que las Farc dejaron sus armas, se ha iniciado una fuerte confrontación entre el clan del Golfo y el Eln por el control de los territorios dejados por la insurgencia. Casi todo el departamento está cobijado con alerta temprana de la Defensoría del Pueblo y son constantes las noticias de desplazamientos masivos, homicidios y comunidades confinadas.
Chocó tiene 30 municipios, el potencial electoral es de más de 300 mil votantes, aunque hace cuatro años sólo sufragó el 45 % de la población apta para votar. En Cámara de Representantes le corresponden dos curules y actualmente sólo tiene un senador, elegido por la circunscripción especial indígena: Luis Evelis Andrade. En este departamento los partidos Liberal y Conservador se disputan las mayorías, y en las elecciones anteriores se impuso la colectividad del trapo rojo.
De la región Pacífico también forma parte el Valle del Cauca, departamento que tiene el principal puerto del país sobre este océano: Buenaventura. Un municipio que en los últimos años ha figurado ante la opinión pública por sus graves índices de violencia urbana, pues según los analistas de seguridad, por este puerto sale un porcentaje importante de la droga que se produce en el país. Además, esto ha implicado un fuerte control por parte de actores criminales. En Buenaventura votan casi 90 mil ciudadanos, y el Partido Liberal tiene arraigo histórico. Aun así este municipio no aporta un número de votos importante para un departamento que tiene un potencial electoral de más de 3,5 millones de electores, y al que por ley le corresponden 13 curules en la Cámara de Representantes.
Similar situación ocurre con los otros dos departamentos que tienen municipios sobre el Pacífico: Cauca y Nariño, pues las comunidades ribereñas de estos departamentos son marginales de la vida política de sus departamentos. En el caso de Nariño, la principal problemática que actualmente enfrenta es el caso de Tumaco, el segundo puerto de Colombia sobre el Pacífico, y el municipio con mayor número de cultivos ilícitos del país. Allí hoy actúan las disidencias de las Farc, el clan del Golfo y hasta satélites del cartel de Sinaloa. Por eso, en los últimos tiempos, las únicas noticias que llegan de este puerto son de violencia y criminalidad. En Tumaco votan poco más de 50.000 personas y en 2014 la mayoría la obtuvo el Partido Conservador. Sin embargo, el potencial electoral de todo el departamento es de más de un millón de votos, y le corresponden cinco curules en la Cámara de Representantes.
Finalmente, sobre las aguas del Pacífico hace presencia el departamento del Cauca, cuyos municipios de López de Micay, Timbiquí y Guapi concentran los más alarmantes índices de pobreza, violencia y presencia de cultivos ilícitos del departamento. Estos tres municipios no alcanzan a sumar 25 mil sufragantes y en las pasadas elecciones ganó el Partido Liberal en dos de los tres. Sin embargo, la vida política se concentra en la frontera con el Valle, es decir, en Popayán, la capital departamental. El potencial electoral es de más de 950.000 personas y tiene derecho a cuatro curules en la Cámara de Representantes.
Así pues, el centro de las elecciones del posconflicto es sin duda la región Pacífica colombiana, donde la pobreza, la violencia y la criminalidad mantienen capturada a la población y le impone prioridades diferentes a los derechos que les ofrece la democracia. De ahí que las elecciones de este domingo sean determinantes para que elijan representantes en el Senado y la Cámara que contribuyan a que esta región salga del atolladero. Por eso, los candidatos al Congreso Raquel Sofía Amaya, Nilton Córdoba, don Popo Ayara y Luis Abel Pino debatirán sobre los problemas y las soluciones de la región. Un debate organizado por El Espectador, Fescol y CUSO International-Gobierno de Canadá, en la Cámara de Comercio de Chocó, en Quibdó.