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Desmitificando el proceso de paz

Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno en la mesa de La Habana, emitió un comunicado público con la intención de explicar el funcionamiento del proceso de diálogos y salirles al paso a las versiones expresadas sobre éste por los opositores.

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El Espectador
21 de enero de 2014 - 10:30 p. m.
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De la Calle Lombana afirmó que existen una serie de mitos alrededor de los diálogos. Mitos que calificó de inverosímiles, como el de que en Cuba se les está entregando el país a las Farc. “Las conversaciones se han venido ciñendo estrictamente a los puntos pactados en el Acuerdo General de La Habana, suscrito el 26 de agosto de 2012, a saber: desarrollo rural; participación en política y ciudadana; el problema de las drogas, la desmovilización y la dejación de armas; víctimas, que se refiere a los mecanismos de justicia transicional, y por fin, refrendación y garantías”, se lee en el documento.

En este sentido, el exvicepresidente también aclaró que todo lo que las Farc hablan fuera de la mesa debe ser interpretado como un anuncio político, que nada tiene que ver con el trabajo que se hace en la negociación. De la Calle también sostuvo que todo lo que se ha pactado en los dos acuerdos parciales —el primero sobre desarrollo rural y el segundo sobre garantías de participación en política— está “inscrito fielmente en el ideario del Estado social de derecho. Lo pactado implica reformas, incluso reformas constitucionales, pero nada de ello corresponde a devaneos ni concesiones que desvirtúen la esencia de la democracia”.

De igual manera, el jefe de la delegación de paz del Gobierno pidió desestimar la versión sobre la reducción de las Fuerzas Armadas y advirtió: “La estructura y el funcionamiento de las Fuerzas Armadas fue específicamente excluido de las conversaciones”. También negó que los acuerdos en materia agraria afecten la propiedad privada.

Finalmente, De la Calle defendió el principio de confidencialidad que rige los diálogos y negó que esto sea una manera de negociar de espaldas al país. Así como también negó que vaya a haber impunidad para los responsables de graves crímenes contra la humanidad y concluye: “Bienvenida la crítica. Finalmente, como se dijo, serán los colombianos los que decidan el rumbo. Pero, entre tanto, es necesario un esfuerzo leal para que la discusión se base en hechos ciertos y no en mitos y leyendas propalados en contra de la realidad”.

Por El Espectador

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