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Es un hecho que las elecciones locales y regionales del 25 de octubre pasado dejaron maltrecha la coalición de la Unidad Nacional, que apoya el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Antes de los comicios y después de estos, los dirigentes de los partidos que la integran (de la U, Liberal y Cambio Radical) se dedicaron a lanzarse pullas por el supuesto uso del presupuesto público para atraer los votos.
Se vio al senador Horacio Serpa, codirector del liberalismo, criticando al vicepresidente Germán Vargas Lleras; al representante Rodrigo Lara, presidente de Cambio Radical, saliendo a la defensa del funcionario y atacando a Serpa; y el copresidente de la U, senador Roy Barreras, desde su orilla también lanzaba dardos contra Cambio Radical. Además, las rencillas regionales, que se definieron en las urnas, dejaron diferencias que se mantienen vivas en el Congreso.
La situación es tan compleja que ya se hablaba de la muerte prematura de la Unidad Nacional. No obstante, desde el Gobierno hicieron un llamado a bajarle al tono, pues está pendiente la discusión y aprobación de las leyes con las que se reglamentan los acuerdos de paz. Por eso, la coalición llegó a un acuerdo de “hacerse pasito”.
Según manifestó Roy Barreras, “las especulaciones de los últimos días frente a la suerte de la Unidad Nacional y las prematuras aspiraciones presidenciales de otros partidos, son inoportunas. La U está concentrada en sacar adelante la paz”.
Por su parte, el Partido Conservador, aunque negó tajantemente el regreso a la coalición santista, sí planteó su intención de participar en un diálogo con los demás partidos y el Gobierno sobre el proceso de paz, una reforma tributaria que no aumente la carga a los sectores productivos y el apoyo a los proyectos de la colectividad.
En Cambio Radical también han cambiado el discurso para plantear que lo importante es el desarrollo de la infraestructura del país. En el Partido Liberal sostienen que la prioridad es trabajar de forma conjunta por la paz. Lo que sí es claro, y con eso se contradice al senador Barreras, es que cada colectividad ya alista sus cartas para las presidenciales y a medida que se acerquen las definiciones, más se verán las diferencias. Por lo visto, la Unidad Nacional tiene fecha de vencimiento: 2018.