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Diciembre de resurrección para el gobierno Duque

La muerte de alias Guacho; el acuerdo con los estudiantes; la concertación del salario mínimo y el repunte en la agenda legislativa le dan un nuevo aire al presidente para enfrentar el 2019.

-Redacción Política

26 de diciembre de 2018 - 05:50 a. m.
Duque felicitó a la Fuerza Pública por el golpe propinado a alias Guacho. / Archivo SIG
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Después de un complejo inicio de gobierno, que lo tiene en una altísima impopularidad, el presidente Iván Duque cerró año con una seguidilla de golpes de opinión que le han devuelto el oxígeno político. En el tramo final del semestre legislativo logró salvar materias, consiguió conjurar la cruzada por la educación, firmó un acuerdo importante entre sindicatos, empleadores y Gobierno para fijar el aumento del salario mínimo, y asestó el primer golpe militar importante en su mandato. Es decir, en medio de la borrasca política, un viento a su favor le permitirá enfrentar en 2019 unas encuestas que le asignan una imagen cercana al 70 % de desaprobación.

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Para Duque, estos casi cinco meses de gobierno han tenido un alto costo. Su tesis del nacimiento de una nueva relación con la clase política ha puesto a prueba su capacidad de maniobra en aguas turbulentas. Duque ha dicho que llegó la hora de cambiar la manera como se relacionan los poderes Ejecutivo y Legislativo, la cual, asegura el mandatario, ha estado viciada por la mala influencia de la “mermelada”. Esta tesis tiene incendiado al Congreso, que no es otra cosa que el corazón de la vida política del país. Los partidos y sus congresistas están experimentando un síndrome postsantismo que los tiene desubicados en su nueva relación con el poder.

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Y agravó esta situación el que el Gobierno haya tenido un tímido arranque. Los proyectos llevados al Congreso fueron criticados y la coalición oficialista se ha mostrado más bien frágil. Sin embargo, cuando nadie apostaba a que el Ejecutivo pasara el semestre en el Congreso, un viento a favor le permitió salvar la reforma política, la ley de financiamiento y una serie de proyectos sensibles. La mayoría en una sesión atípica de domingo de novena, antes de que se vencieran las sesiones ordinarias, y el resto en tres días de sesiones extras. El timonazo lo logró dar de la mano del Partido de la U y del liberalismo, dos apoyos en adelanto y condicionados, pero que le sirven para empezar un nuevo año.

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Con estas buenas noticias, el Gobierno enfocó sus esfuerzos en conjurar su principal amenaza: un paro de estudiantes que creció alimentado por la indignación de la era digital y al que se fueron sumando los maestros, los sindicatos y los partidos de oposición, y estuvo cerca de tomar la forma de un paro cívico nacional. Para frenarlo, el Ejecutivo instaló mesas para concertar, con estudiantes y profesores, una salida a los reclamos del sector educativo, que se materializaron en un acuerdo de $4,5 billones para el sector. Más de dos meses duró la movilización por la educación y el compromiso de Duque también fue aceptado como un acto de fe en su palabra, so pena de que se reiniciaran las marchas en todas las ciudades.

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Con un acuerdo bajo el brazo, el Gobierno llegó con distinto semblante a la negociación anual de la nivelación salarial. Una mesa de concertación donde sindicatos, empleadores y Gobierno Nacional llegan a defender sus líneas rojas y que usualmente termina sin haberse llegado acuerdo y con un aumento fijado por decreto. Pero a Duque le sopló la brisa veraniega y consiguió un segundo acuerdo que le da para bajar bandera de final de año, de lo que han sido cinco meses de un fuerte desgaste en su popularidad por cuenta de una vida política polarizada, unas redes sociales que se han convertido en campo de batalla y una oposición fuerte y unida.

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Por eso, el acuerdo al que se llegó con los trabajadores y que definió el aumento del salario mínimo para 2019 en 6 % y del auxilio de transporte en 10 % vale oro para este Gobierno. Según el presidente Iván Duque, se trata del incremento más alto en los últimos 25 años, teniendo en cuenta que la inflación proyectada para 2018, hasta noviembre, llegaba al 3,27 %. En resumen, el trabajador que en el próximo año gane el salario mínimo (una población estimada en 1,8 millones de colombianos) recibirá por parte de su empleador un total de $925.148.

Y para terminar el año, casi como un aguinaldo de Nochebuena, también sacado a crédito, el presidente Duque cumplió con una de sus primera promesas como mandatario: contundencia a la hora de golpear a las estructuras criminales que tienen desbordada la situación de orden público en regiones como el Pacífico o los Llanos. Y todo se le dio el pasado viernes cuando anunció al país la caída de Wálter Patricio Arizala, alias Guacho, quien comandaba la disidencia de la antigua guerrilla de las Farc en el suroccidente de Colombia, en la frontera con Ecuador. El golpe certero que dio la Fuerza Pública coincide con el cambio en la cúpula militar, lo que puede ser leído como un acierto del Ejecutivo con una nueva comandancia.

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El golpe se denominó operación David y en él militares y policías, en compañía de la Fiscalía, lograron ubicar a Guacho en área rural de Tumaco. Un francotirador acabó con la vida del disidente, quien, según información oficial, nunca salió de la zona en la que se habían dado los combates en septiembre pasado y en los que, según el Ministerio de Defensa, había resultado herido de gravedad.

Guacho era considerado uno de los hombres más buscados en Colombia y Ecuador, en parte por comandar en el Pacífico colombiano las operaciones del narcotráfico y mantener un posible vínculo con el cartel de Sinaloa, de México, pero sobre todo por ser el principal responsable del secuestro y posterior asesinato del equipo periodístico del diario El Comercio de Ecuador. Así pues, con este golpe de autoridad, Duque parece haber aprovechado al máximo su buena hora para llegar fortalecido al 2019, un año que en política será intenso y competido.

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Por -Redacción Política

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