Donar órganos, donar vida

Si prospera en el Congreso de la República un proyecto de ley radicado por el senador conservador Efraín Cepeda, los colombianos, a través de sus cédulas de ciudadanía y sus licencias de conducción, podrán expresar abiertamente su deseo de ser o no donantes de órganos, con el fin de que estos sean utilizados después de su fallecimiento para trasplantes o implantes en otra persona, con objetivos terapéuticos.

Según la iniciativa, la Registraduría Nacional del Estado Civil, dentro del trámite de expedición de la cedula de ciudadanía en cualquiera de sus modalidades, deberá incluir dentro del formulario de la solicitud correspondiente una opción para que las personas manifiesten de manera expresa ese deseo y en el reverso de la misma deberá indicarse si la persona es o no donante de órganos.

Lo mismo sería con las licencias de conducción y la voluntad de donación expresada en vida por una persona, “solo puede ser revocada por ella misma y no podrá ser sustituida después de su muerte por sus deudos o familiares”, señala el proyecto.

Una iniciativa polémica, según el senador Cepeda, teniendo en cuenta que la donación de órganos es un tema que no ha sido abordado con suficiente profundidad en el país. Actualmente, solo en Bogotá, 1.245 personas están a la espera de una donación de un órgano o un tejido que salve su vida o alivie su dolor.

Se estima que en 2012, apenas 321 personas se recuperaron gracias a la decisión de algunas personas que en vida dejaron por escrito que, al morir, preferían donar un riñón, córneas, corazón, lo que sirviera de sus cuerpos, para salvarles la vida a otros que lo necesitaran.
Un solo donante puede beneficiar a 55 receptores. En Bogotá, el promedio de edad de quienes esperan una donación es de 43 años y la mayoría son de estratos 2 y 3. Y el 7,6% de quienes están en lista de espera son niños.

El proyecto llama la atención en el sentido de que ya existe una ley, la 73 de 1988, que establece una presunción legal de donación y determina que toda persona es donante “cuando durante su vida se haya abstenido de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extraigan órganos o componentes anatómicos después de su fallecimiento, si dentro de las seis horas siguientes a la ocurrencia de la muerte cerebral o antes de la iniciación de una autopsia médico-legal sus deudos no acreditan su condición de tales ni expresan su oposición en el mismo sentido”.

A pesar de lo anterior, existen muchas personas que por desconocimiento a la normatividad existente sobre la materia no manifiestan a sus seres queridos su voluntad de ser donantes de órganos, una vez mueran.

Las estadísticas señalan que en Colombia hay escasez de donantes de órganos y tejidos y las cifras así lo evidencian: existen 10.2 donantes por cada millón de habitantes, mientras que España tiene 40 donantes y Estados Unidos tiene 26 por cada millón. La mitad de los pacientes en lista de espera fallecen por escasez de donantes.

Por eso, buscando revertir esa tendencia, lo que se busca es que al momento de realizar el trámite de expedición de la cédula de ciudadanía o de la licencia de conducción, las autoridades competentes puedan preguntarles a los solicitantes si desean obtener la calidad de donantes de órganos.

“De esta manera, las personas tendrán la oportunidad de manifestar de manera expresa e inequívoca su voluntad de ser o no donantes. Así muchas personas podrán ayudar, beneficiar a cientos de conciudadanos que actualmente necesitan un milagro para poder vivir de manera digna y saludable”, concluye el senador Efraín Cepeda.
 

Si prospera en el Congreso de la República un proyecto de ley radicado por el senador conservador Efraín Cepeda, los colombianos, a través de sus cédulas de ciudadanía y sus licencias de conducción, podrán expresar abiertamente su deseo de ser o no donantes de órganos, con el fin de que estos sean utilizados después de su fallecimiento para trasplantes o implantes en otra persona, con objetivos terapéuticos.

Según la iniciativa, la Registraduría Nacional del Estado Civil, dentro del trámite de expedición de la cedula de ciudadanía en cualquiera de sus modalidades, deberá incluir dentro del formulario de la solicitud correspondiente una opción para que las personas manifiesten de manera expresa ese deseo y en el reverso de la misma deberá indicarse si la persona es o no donante de órganos.

Lo mismo sería con las licencias de conducción y la voluntad de donación expresada en vida por una persona, “solo puede ser revocada por ella misma y no podrá ser sustituida después de su muerte por sus deudos o familiares”, señala el proyecto.

Una iniciativa polémica, según el senador Cepeda, teniendo en cuenta que la donación de órganos es un tema que no ha sido abordado con suficiente profundidad en el país. Actualmente, solo en Bogotá, 1.245 personas están a la espera de una donación de un órgano o un tejido que salve su vida o alivie su dolor.

Se estima que en 2012, apenas 321 personas se recuperaron gracias a la decisión de algunas personas que en vida dejaron por escrito que, al morir, preferían donar un riñón, córneas, corazón, lo que sirviera de sus cuerpos, para salvarles la vida a otros que lo necesitaran.
Un solo donante puede beneficiar a 55 receptores. En Bogotá, el promedio de edad de quienes esperan una donación es de 43 años y la mayoría son de estratos 2 y 3. Y el 7,6% de quienes están en lista de espera son niños.

El proyecto llama la atención en el sentido de que ya existe una ley, la 73 de 1988, que establece una presunción legal de donación y determina que toda persona es donante “cuando durante su vida se haya abstenido de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extraigan órganos o componentes anatómicos después de su fallecimiento, si dentro de las seis horas siguientes a la ocurrencia de la muerte cerebral o antes de la iniciación de una autopsia médico-legal sus deudos no acreditan su condición de tales ni expresan su oposición en el mismo sentido”.

A pesar de lo anterior, existen muchas personas que por desconocimiento a la normatividad existente sobre la materia no manifiestan a sus seres queridos su voluntad de ser donantes de órganos, una vez mueran.

Las estadísticas señalan que en Colombia hay escasez de donantes de órganos y tejidos y las cifras así lo evidencian: existen 10.2 donantes por cada millón de habitantes, mientras que España tiene 40 donantes y Estados Unidos tiene 26 por cada millón. La mitad de los pacientes en lista de espera fallecen por escasez de donantes.

Por eso, buscando revertir esa tendencia, lo que se busca es que al momento de realizar el trámite de expedición de la cédula de ciudadanía o de la licencia de conducción, las autoridades competentes puedan preguntarles a los solicitantes si desean obtener la calidad de donantes de órganos.

“De esta manera, las personas tendrán la oportunidad de manifestar de manera expresa e inequívoca su voluntad de ser o no donantes. Así muchas personas podrán ayudar, beneficiar a cientos de conciudadanos que actualmente necesitan un milagro para poder vivir de manera digna y saludable”, concluye el senador Efraín Cepeda.