La tensión entre el Congreso y la Casa de Nariño cada vez sube más de tono, pese a que se ha intentado tender puentes entre ambas ramas del poder público. Y si bien no es con el grueso del Capitolio que hay distancia, sí está muy marcada con el Senado.
Y precisamente este sábado se vio un nuevo capítulo de esas diferencias, pues el presidente del Senado, el conservador Efraín Cepeda, aseguró que el Gobierno supuestamente quiere condicionar los avances en materia de autonomía para las regiones a que se le dé apoyo a la consulta popular con la que el presidente Gustavo Petro quiere medir fuerzas en urnas para el progresismo bajo la tesis de darle oxígeno a la hundida reforma laboral.
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“La autonomía de la región Caribe y de las demás regiones de Colombia no pueden ser objeto de transacciones ni maniobras políticas. Es inaceptable que el Gobierno utilice la consulta popular para presionar o condicionar esta decisión”, precisó Cepeda.
Y agregó: “La autonomía es un derecho que las regiones han conquistado ante un centralismo agotado, que perpetúa el atraso y ofrece soluciones desconectadas de las realidades territoriales”.
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Cepeda ha tenido duros desencuentros con el presidente Gustavo Petro, quien señaló al legislador de supuestamente ser el “jefe de una banda” que quiere frenar su administración. Y todo en medo de la decisión que se apresta a tomar la próxima semana el pleno del Senado, donde está previsto que se vote el proyecto con el que se daría vida jurídica a la consulta.
En paralelo, el ministro del Interior, Armando Benedetti, aseguró la apelación que se tramita sobre el hundimiento de la reforma laboral el pasado 18 de marzo, así salga a favor de los intereses del oficialismo, ya no da tiempo para seguir adelante con ese proyecto, pues tiene a mediados de año completa los 24 meses de tránsito en el Capitolio y, por ley, ya no puede demorarse más.
“Esta ley cumple los dos años el 20 de junio, entonces si hoy o la otra semana se pronunciaran, llegaría el 20 de mayo a la comisión y hasta que se nombran ponentes, más la discusión de la comisión, más la discusión de la plenaria, no dan 30 días, luego ya está muerta. Así se apruebe la apelación ya está muerta (la reforma) porque los tiempos no dan”, precisó Benedetti.
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