“El Acuerdo de Paz es lo mejor que le pasó al país”: alcaldesa de Alto Baudó

Carmen Edithza Lodoño Mosquera lideró durante cuatro años uno de los municipios chocoanos más golpeados por la guerra. Habla de las dificultades en su gestión, de lo que deja y responde a los cuestionamientos por supuesta corrupción. 

William Acero Arango / Especial para El Espectador
20 de diciembre de 2019 - 09:19 p. m.
La mandataria es cuestionada por supuestamente utilizar la Alcaldía para tratar de elegir en Condoto y ayudar a elegir a su reemplazo.  / Archivo particular
La mandataria es cuestionada por supuestamente utilizar la Alcaldía para tratar de elegir en Condoto y ayudar a elegir a su reemplazo. / Archivo particular

“Yo voy a hacer política y a sacar este pueblo adelante. Si me van a matar, háganlo, pero eso sí, nos tienen que matar a todos”. Eso fue lo que les respondió Carmen Edithza Lodoño Mosquera a los guerrilleros del ELN que le dijeron que no podía lanzarse a la Alcaldía de Alto Baudó, un municipio enclavado en la zona centro-occidental de Chocó, a orillas del río Baudó, y donde a lo largo de la historia se ha sentido la guerra con toda intensidad.

Para llegar allí se debe tomar un avión hasta Quibdó y luego, en una carretera que se asemeja más a una trocha, se arriba a Puerto Meluk, que es la cabecera municipal de Medio Baudó, y de ahí, en lancha, se llega a Alto Baudó. Londoño Mosquera es una administradora de empresas de la Universidad de Santo Tomás de Bogotá, con especialización en Gerencia Pública. En octubre de 2015 fue elegida alcaldesa con 3.445 votos y su mandato, a pocos días de finalizar, ha estado rodeado de elogios y críticas.

Mientras camina por las calles del municipio, son muchas las personas que se acercan a estrechar su mano y darle las gracias por las obras que deja. Alto Baudó es un pueblo de indígenas y afros, la mayoría dedicados a la pesca y la agricultura. “Esta señora trabajó los cuatro años hasta las 12:00 de la noche. Creía que al final sería distinto, pero no”, dice el conductor de la lancha en que nos transportamos, en horas de la noche y sin luz.

Pero, así como algunos elogian su gestión, hay quienes la cuestionan. Dicen que fue jefe de debate de su esposo, que aspiró en las elecciones pasadas a la Alcaldía de Condoto, y de Ulises Palacios, candidato para ser su sucesor. También que se llenó de plata, que tiene muchas propiedades y vehículos, y que muchas obras y contratos se adjudicaron a dedo. En las calles, sin embargo, la gente habla otra cosa: dicen que el municipio cambió, que ahora tiene más de diez calles pavimentadas, nuevas instituciones educativas, un nuevo matadero y casas de la cultura en un sinnúmero de veredas.

“Somos muy felices con lo que tenemos. El logro más importante de esta señora es haber conseguido los recursos para poder salir del Alto Baudó por vía terrestre, que era una petición que se había hecho durante más de 30 años a todos los gobiernos de turno, pero ninguno lo había logrado. Finalmente será una realidad”, dice una habitante de Alto Baudó. “Aquí tenemos elección popular de alcaldes desde hace más de 20 años, todos fueron hombres y ninguno ha tenido el trabajo y la visión que tiene esta alcaldesa”, dice otra persona.

A pocos días de terminar su gestión, la alcaldesa habla de las dificultades, de lo hecho en estos cuatro años de gestión, y responde a quienes la han acusado de hechos de corrupción. 

¿Quién es Carmen Edithza Londoño Mosquera?

Soy la tercera de 11 hermanos y la única mujer, de un hogar de un agricultor y una ama de casa. Estudié administración de empresas y me especialicé en gerencia. Tengo mi esposo, que es un ingeniero civil, con el cual tengo dos hijos de 12 y 16 años. Soy una líder de esta tierra, a la que la quiero como mi sangre.

¿Cómo es crecer con 10 hermanos varones?

Somos una familia muy unida y desde que me acuerdo que tengo uso de razón he sido líder. Mi padre fue concejal y yo, a muy temprana edad, en 1995, fui la concejala más joven de Colombia. Desde allí comencé a trabajar con las comunidades. Posteriormente, fui la primera secretaria de Gobierno del municipio. Creo que heredé la vena política de mi padre. Yo no mando, solo soy la que lidero las cosas.

¿No es difícil ser alcaldesa en un pueblo machista y con tanta hegemonía de los hombres?

Primero ocupé distintos cargos, como le dije, concejala, secretaria de Gobierno y también fui jefe de control interno. He trabajado por esta región desde siempre, desde que tengo uso de razón, y lo seguiré haciendo. De niña quería ser médica, pero pudo más la política, el ayudar a la gente, trabajar por los demás y servir al pueblo.

¿Qué encontró cuando asumió la Alcaldía en 2016?

Lo único que encontré fue que debíamos o teníamos un pasivo pensional de alrededor de $100.000 millones. Hemos trabajado con las uñas, pero aun así tenemos muchas cosas para mostrar: ya tenemos los recursos para construir la sede de la Alcaldía, que tuvimos que improvisarla en una bodega. Tenemos todo sistematizado en la administración y hemos hecho un trabajo en equipo, con alrededor de 70 empleados, en el que han participado los indígenas que son parte de nuestro territorio.

¿Cuántos habitantes tiene hoy Alto Baudó?

En el último censo se habla de cerca de 37.000, más o menos un 50% afros y 50% indígenas.

Esta ha sido una zona escenario de la guerra, ¿cómo está hoy el orden público?

Hay que reconocer que en el pasado fue muy complicado, pero ahora es menos complejo. Hay problemas, pero tratamos de salir adelante. Antes la gente no podía salir ni a la calle y se tenía que guardar en sus casas temprano, hoy sale hasta tarde.

¿Se podría decir que el Acuerdo de Paz con las Farc trajo algo de paz?

Sí, creo que es lo mejor que le paso al país. Los ciudadanos del Chocó y sus municipios nos sentimos mucho más seguros, aunque tenemos preocupación con lo que pueda pasar. Hay mucha incertidumbre porque vemos que desde Bogotá se habla de echar para atrás lo logrado. Eso no lo podemos dejar ir y diría que toda la población chocoana está perpleja por lo que está pasando.

¿Cree que el gobierno Duque ha cumplido con la implementación?

Siempre hemos creído que es necesario trabajar mucho más en lo que tiene que ver con la implementación. Es necesario trabajar para que la paz no sea abandonada y se pueda terminar. Los colombianos no podemos permitir que se desmorone ese proceso de paz, sobre todo los que hemos sufrido la guerra.

¿Cuál es el principal legado que le va a dejar al Alto Baudó?

Nosotros llevamos décadas peleando con todos los gobernantes de turno, tanto nacionales, como departamentales y obviamente locales, para que nos habiliten la vía por tierra, pero fue imposible. Hoy, gracias a mi equipo, al Gobierno Nacional y con los recursos de las regalías, conseguimos $30.000 millones, que ya están en los bancos, para que el municipio tenga vía desde su cabecera municipal hasta Quibdó, a partir de junio o julio de 2020. Fue una lucha titánica, pero lo hemos logrado. Serán 30 kilómetros, que permitirán llegar al resto del departamento con los productos agrícolas y tener así una mejor calidad de vida para nuestros campesinos.

¿Hoy cuánto cuesta para un campesino salir del Alto Baudó a Quibdó?

El tema es muy complejo, pues no es solo llegar hasta Quibdó. Es que tiene que ir primero hasta Medio Baudó o Puerto Meluk, y luego a la capital. Son alrededor de $130.000, solo la ida. Con la nueva carretera, cada ciudadano solo pagaría entre $25.000 o $30.000 y solo se tardaría dos horas y media. Todo eso es calidad de vida.

Hablemos de los cuestionamientos en su contra: hay quienes dicen que utilizó la Alcaldía para tratar de elegir a su esposo en Condoto y que ayudó a elegir a Ulises Palacios en su reemplazo…

Lo que pasa es que la oposición tiene sed de poder.  Hemos trabajado por la comunidad como nadie, se ven las obras y el apoyo de la gente. ¿Cómo puedo ser jefe de debate de mi esposo, si nunca fui a Condoto? Eso es absurdo. Fue un medio de comunicación el que dijo eso, pero es totalmente falso. Le he pedido a la prensa, a la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría que vengan y constaten la realidad.

Tenemos todas las cuentas en orden y al servicio del que quiera revisar. Es muy fácil hablar desde un escritorio en Bogotá o en Quibdó. Vengan hasta aquí. Coloco las lanchas y la comida para que lleguen a ver realmente la situación. Hasta llegaron a decir que dizque yo había contratado artistas por más de $600 millones para las fiestas del municipio. Nada más falaz, es la mentira más grande. ¿A quién se le ocurre pensar que alguien pueda hacer eso en un municipio tan pobre y con tantas necesidades?

Y dicen que consiguió edificios y una flota de carros…

Tengo una moto desde hace años y una casa. No tengo nada más. Tengo un vehículo que me asigno la Unidad Nacional de Protección y las lachas de la Alcaldía. Ni tengo, ni he tenido un solo carro a nombre mío ni de nadie.

¿A usted la han amenazado?

Realmente pasamos de un tema crítico a manejar el tema de orden público de la mejor manera. Hay algo de delincuencia. En el pasado, los alcaldes ni siquiera podían despachar desde el municipio, lo hacían desde Quibdó. Yo lo estoy haciendo desde mi pueblo y con toda la comunidad. Hemos trabajado en el tema social como nunca, y creo que eso es lo que nos ha blindado de los grupos al margen de la ley.

¿Qué papel juegan la Policía y el Ejército aquí?

Yo soy la primera autoridad del municipio y la Policía trabaja mancomunadamente con nosotros. El Ejército, en este 2019, ha brillado por su ausencia. De hecho, lo hemos necesitado y solicitado por el tema del desplazamiento. Son más de 4.000 personas desplazadas y 3.000 confinadas; tenemos más de 9.000 personas que no sabemos qué hacer con ellas, y en repetidas oportunidades nos hemos dirigido al Ejército por escrito y no hemos obtenido respuesta alguna. Nos hemos dirigido también a los ministerios del Interior y de Defensa. El primero nos respondió que ya el segundo tiene las peticiones, pero nada más.

¿Qué se está haciendo entonces con esos desplazados?

Hemos logrado darles alimentación y adicionalmente, hemos pedido ayuda a la Fundación MAPA y a la Unidad de Víctimas, los cuales nos han dado víveres. El Consejo Noruego nos ha ayudado, pero el tema es muy complicado. Alimentar todas estas personas es una gran responsabilidad y este municipio es pobre, no tenemos más recursos.

¿Cómo es eso que los habitantes no pagan impuestos, ni luz, ni agua?

Así es, la población no paga impuestos, ni luz, ni agua. Es que las condiciones de la gente son muy difíciles, no tienen ingresos. Trabajan la tierra y venden lo que sacan para poder comprar una libra de carne o de arroz, o una ración de pollo. La comunidad de Alto Baudó está protegiendo la tierra, cuidando el medio ambiente, ayudando a la naturaleza tan desprotegida por el mundo. Nuestro país debería mirar más hacia el Chocó, que es un pulmón del mundo. Ya es hora de que el Gobierno Nacional nos mire, nos proteja y nos ayude.

¿Se va satisfecha de lo hecho?

Mucho. Aquí no se había gobernado de cara al pueblo y hoy hemos llegado a 148 comunidades con obras, infraestructura, alimentación, vías, educación y transporte para los estudiantes. Me voy contenta y compensada con el cariño de la gente.

Por William Acero Arango / Especial para El Espectador

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