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Uno de los principales críticos del proceso de paz ha sido el exmandatario Álvaro Uribe Vélez y los miembros de su partido el Centro Democrático. No obstante, ante el poco apoyo popular que registra el proceso de paz en las encuestas y la posibilidad de que el plebiscito para ratificar los acuerdos no supere el umbral, Uribe sorprendió al afirmar que si esto sucediera “pediría que no se abandone el esfuerzo que se ha hecho por la paz, pero que se reoriente”.
Sin embargo, lo que pareciera un espaldarazo el proceso de paz, es en realidad un condicionamiento de Uribe para que este proceso se plantee bajo los planteamientos que ha esgrimido el Centro Democrático, pues Uribe agregó que de caerse el plebiscito será necesario que “se busquen contenidos que le den garantías al país, porque nos parece que lo firmado hasta ahora le hace mucho daño a Colombia”.
Agregó que “lo urgente no es la fecha, lo urgente es reorientar el acuerdo, cambiar las cláusulas inconvenientes. Que Farc se concentren en unos sitios, cumpla con un cese de actividades criminales y mientras tanto se puedan reformar los acuerdos inconvenientes que hasta ahora se han publicado. Que se revisen los acuerdos, que se reformen los contenidos, que no haya esa impunidad total, que no haya elegibilidad para los responsables de crímenes atroces”.
Lo que es claro es que la férrea oposición del Centro Democrático ha venido dando un giro desde principios de año cuando la bancada se reunió a a estudiar los acuerdos y aunque mantuvieron sus críticas parecen haberse subido parcialmente al tren de la negociación.
También es claro que en alguna medida se han venido cumpliendo las solicitudes del Centro Democrático, las Farc llevan casi año y medio en cese al fuego unilateral, se comprometieron en la lucha contra el narcotráfico y hasta se ha planteado la posibilidad de que se ubiquen en zonas de concentración con vigilancia de la ONU. En lo que sí parece claro que no se acogerán las peticiones de Uribe es en la participación política y en la privación de la libertad de los miembros de las Farc.
Pero los bandazos de Uribe frente al proceso de paz son constantes y dependen de su opinión sobre lo que se viene adelantando en la negociación con las Farc pues ante la posibilidad de que la guerrilla sea “socia” del gobierno en la lucha contra las drogas la calificó como “un insulto a los colombianos”.
“Miren el problema para las zonas de droga. Lo confirmó el Presidente (Santos) en la ONU. Después de que el Gobierno permitió que cuando el país venía eliminando la droga, o hayamos pasado de 43 mil hectáreas de hace tres años a 159 mil o más de ahora, entonces el Gobierno que abandonó las políticas exitosas hoy dice que cambiaría la política buscando que los muchachos de las Farc y el Eln fueran los socios del Gobierno para eliminar la droga. ¿Cómo les parece a los ciudadanos del Catatumbo, a los ciudadanos del Putumayo?”.
Y agregó “¿Entonces ellos estarán a expensas de que el Gobierno con las mismas Farc y el mismo Eln les elimine la droga? ¡Hombre! Yo creo que es un desafío al país, eso es un insulto a los colombianos, seamos claros en eso”.