
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Cuando el presidente Iván Duque anunció que Alicia Arango reemplazaría a Nancy Patricia Gutiérrez en el Ministerio del Interior hubo gran expectativa. La inconformidad de los parlamentarios frente al trabajo de Gutiérrez, más el talante de mujer trabajadora conocido de Arango, fueron dos factores que sumaron para que gran parte de senadores y representantes la vieran como la persona que mejoraría la casi nula relación que llevaban Ejecutivo y Legislativo desde 2018 hasta principios de 2020.
El 14 de febrero, Arango se posesionó para cumplir con las tareas que le encomendó Duque: acercarse a los partidos para ganar apoyo legislativo; desarrollar la política de protección de líderes sociales y defensores de derechos humanos, y sacar adelante los proyectos claves para el Gobierno, como las reformas política y electoral. Pero no pasó mucho tiempo para que esas intenciones se fueran al traste.
El 24 de marzo, Duque declaró la cuarentena nacional como principal medida para mitigar el colapso del sistema de salud por el nuevo coronavirus. El país se paralizó y el Congreso se enfrascó -hasta el día de hoy- en cuál es la fórmula correcta para sesionar en medio de esta crisis. En esas circunstancias han pasado los primeros tres meses de su gestión de Arango y, por la gravedad de la coyuntura, es que a muchos legisladores les cuesta medir la diligencia y el liderazgo de la mininterior para influir en las corporaciones congresionales.
Sobre su trabajo las opiniones están divididas, incluso en las toldas del uribismo. Un congresista de esa colectividad, que pidió reserva de su nombre, aseguró que se lleva una “decepción muy grande” con el trabajo de Arango. “Tenía expectativa de verla cercana a Uribe, rodearlo en el Congreso y enfrentarse de uno en uno a los legisladores, pero la he visto parada, tomando el asiento trasero y dando respuestas flojísimas en los debates de control político”, aseguró la fuente del Centro Democrático, sin desconocer que es difícil juzgar su labor en esta situación.
(Lea: “No quiero terminar mi presidencia detrás de un computador”: Lidio García)
“El relacionamiento parlamentario ha sido muy escaso, a mí me escribe es el viceministro Daniel Palacios. Quizá habría sido distinto si nos hubiéramos podido reunir. Hemos tenido muy poca interlocución y mandó un mensaje diferente al del partido cuando dijo que se podía sesionar presencialmente. Muestra un distanciamiento con la dialéctica de nosotros”, explicó.
Es más benevolente la lectura que hace el representante uribista Gabriel Jaime Vallejo sobre el liderazgo de Arango en el Congreso. Para este, el cambio en el Ministerio del Interior era necesario, y con Arango esa cartera “ha funcionado mucho mejor”. “Ella llegó y se decretó el aislamiento, entonces aunque no ha tenido visibilidad a la hora de coordinar una reunión con la bancada y los partidos de coalición, uno creería que tiene la aptitud para hacerlo. La ministra y el viceministro tienen un canal de comunicación abierto con nosotros, es una mujer que escucha”, dijo.
De igual forma, manifestó que ha escuchado esa opinión de compañeros de otras colectividades: “La confianza en el mundo político es muy difícil, porque este es hipersensible, pero su nombramiento cayó bien. Lo otro es que entraremos a una segunda etapa de coalición con el acercamiento de Cambio Radical, ¿y uno dónde mide eso? En los votos de los proyectos estratégicos, y es ahí donde Arango no ha podido estrenarse, pero no me cabe duda de que tendrá ese protagonismo cuando se reactive del todo la agenda”, agregó.
Esa misma percepción la tiene el senador liberal Mauricio Gómez, quien la considera como una funcionaria juiciosa en esta pandemia, tanto para responder en el Congreso como por los temas sociales con las comunidades indígenas y afrodescendientes. “Digo cosas buenas porque a mí me ha contestado cuando le he hablado por la crisis en el Amazonas. Es una mujer que está dispuesta. La tendremos hoy en plenaria, pero no es lo mismo ver a una ministra en el recinto del Senado liderando, que virtualmente”, comentó. Sobre el grave retraso en la entrega de mercados a las mencionadas comunidades, expuso que esa responsabilidad no recae solamente en ella: “Sería injusto endilgarle eso, pues hay un gerente del coronavirus que dirige ese barco. Es Guillermo Plata el que debe salir a responder”.
El senador conservador Efraín Cepeda recordó que la entrega de los auxilios alimentarios en esta crisis fue iniciativa de Arango. “Tiene muchos temas que atender, pero ha dado la cara a los medios, a los partidos, a los congresistas y ha sido frentera. Le ha tocado un momento difícil, porque tanto el Gobierno como los partidos estamos concentrados en la emergencia, pero he sido testigo que de responde llamadas y no les saca el cuerpo a las convocatorias, además está pendiente de que comencemos a votar”, contó.
(Lea también: En sexto debate, Cámara aprueba cadena perpetua para violadores de niños)
A su turno, Alexánder López, del Polo, insistió en la idea en que Arango escucha y que no quiere ser injusto con una lectura errónea de su labor congresional. Eso sí, no dejó de lado la realidad de que el Gobierno no está pendiente del Congreso: “La discusión sobre la protección a líderes sociales y de derechos humanos, que los siguen matando en la pandemia, no se puede detener. Necesitamos un diálogo, pero esos temas no están en la agenda por el nuevo coronavirus”, ratificó.
Juan Carlos Losada, representante liberal y presidente de la Comisión Primera, aseguró que solo ha hablado una vez con la ministra y por teléfono nunca. “No tengo una opinión positiva ni negativa. Es cierto que esta administración del Ministerio es más fluida, pero la relación con nosotros pasa por las manos del viceministro Palacios y no por las de ella, que es objeto de control político en la Comisión Primera”, dijo.
De hecho, Losada afirmó que si bien el Congreso entiende que la ministra está encargada de muchas problemáticas sociales en la crisis por la COVID-19, el Gobierno “tiene la responsabilidad de cubrir todos los frentes”. No obstante, en temas del Legislativo, considera que el mejor interlocutor que tiene hoy en día el Ejecutivo es Palacios, aunque hace un mes el Ministerio del Interior no lo contacta para revisar agenda.
(Conozca: Partidos se unen para pedirle mayores medidas económicas al gobierno mientras la pandemia)
“El Congreso en este momento no es una prioridad para ellos. Para el tema de cadena perpetua, que es de interés de Duque, nunca me llamaron a decirme que lo agendáramos. Tanto la ministra del Interior como la de Justicia intervinieron porque las invité, sino no hubieran participado. La situación ha vuelto nulo el diálogo entre la Cámara y la ministra. Ha sido juiciosa en asistir a los debates, pero ahí ha pasado por más penas que glorias porque es blanda argumentativamente. Sobre cómo se ha afrontado la crisis del COVID-19 en territorios PDET, dijo cosas absurdas, habló de implementos innecesarios para esos municipios. Le falta bastante para convencer al Congreso”, concluyó Losada.