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Miembro de la comisión de seguimiento al proceso de Justicia y Paz con los jefes paramilitares extraditados a los Estados Unidos, el senador Rodrigo Lara cree que con la renuncia de Diego Murillo Bejarano, Don Berna, a continuar expresando la verdad, todo está llegando a su fin. En diálogo con El Espectador, Lara aseguró que el Gobierno no tiene intención de darles las herramientas necesarias para escudriñar en esa verdad, cuando aún hay mucho tema pendiente dentro de la parapolítica referente al Congreso y otros sectores del país.
¿Qué lectura hace de la renuncia de ‘Don Berna’ a Justicia y Paz?
Estoy indignado por la pasividad con que los medios de comunicación y el mismo Gobierno reciben la noticia. Ya son dos los cabecillas de las autodefensas que dicen no seguir participando en la Ley de Justicia y Paz, lo que es muy grave porque significa la muerte progresiva de esta herramienta de verdad y reconciliación para el país.
¿Qué va a pasar entonces?
La verdad quedará enterrada en Estados Unidos. Cuando los jefes paramilitares fueron extraditados, yo dije que no había ningún mecanismo de cooperación judicial y que el Gobierno le estaba mintiendo al país. Y advertí también que ellos no iban a hablar porque aquí se iba a montar una campaña sistemática de exterminio de sus familiares y seres queridos. Eso es lo que está pasando ahora, sus familias están siendo amenazadas y asesinadas, y los interesados en acallar la verdad están logrando su cometido.
¿Qué ha hecho el Gobierno al respecto?
El Gobierno pareciera congraciarse con el silencio de estas personas. No he visto una sola acción destinada a esclarecer los crímenes de los familiares de los extraditados ni a garantizar mecanismos serios para que la verdad no quede enterrada. La parapolítica ni empezó ni se agota en el Congreso, hay mucho por descubrir y apenas conocemos la punta del iceberg. Los verdaderos responsables están sepultando la verdad.
¿Qué propone entonces?
Un mecanismo de imputaciones colectivas. Necesitamos, como lo dijo el presidente de la Corte Suprema de Justicia, una herramienta que no sólo contemple un mecanismo individual de esclarecimiento de los delitos, sino que se logre una verdad colectiva. Para ello creo necesario conformar una comisión internacional y nacional de la verdad, que le diga al país la realidad del paramilitarismo y su origen en el narcotráfico.